En Jesús está la verdad de lo que estoy diciendo.
| Luis Van de Velde
“Jamás me he creído líder de ningún pueblo, porque no hay más que un líder: Cristo Jesús. Jesús es la fuente de la esperanza. En Jesús se apoya lo que predico. En Jesús está la verdad de lo que estoy diciendo.” (28 de agosto de 1977)
Quizás no se puede decirlo más claro en la boca de alguien que pretende ser cristiano, en este caso sacerdote y obispo, como Monseñor Romero. “La verdad de lo que estoy diciendo está en Jesús”.
Para averiguar si es cierto, habrá que conocer a Jesús y conocerlo bien, en su tradición judía, en el contexto histórico de su tiempo. Aquí ya tenemos una tremenda debilidad. Nos hace falta conocer a Jesús, nos cuesta entender los Evangelios. Aparentemente hay cristianos que se han fijado mucho más en conceptos teológicos y eclesiales de las cartas de Pablo, en costumbres y tradiciones religiosas que en los testimonios de los cuatro Evangelios. Para saber si es cierto que la verdad de las palabras de Monseñor Romero – y de las nuestras - encuentra sus raíces en Jesús, debemos hacer grandes esfuerzos por conocer a Jesús. No se trata de saber de memoria unas parábolas o saber contar alguna curación o lo de los panes donde comieron tantos o de la última cena. No se trata de saber pintar algunos dibujos relacionados con relatos evangélicos, o algún canto sobre el amigo Jesús. Conocer a Jesús nos exige el esfuerzo por meternos en los Evangelios. Sabemos que Monseñor Romero sí sabía quién era y quien es Jesús.
Una segunda reflexión parte de la frase “Jesús es la fuente de la esperanza”. Nos llama la atención que este texto Monseñor Romero habla de Jesús y no de Cristo, como casi siempre lo hace. Por supuesto se trata del mismo: ese Jesús de Nazareth, Él y no otro, es el Cristo, el Salvador, el Ungido de Dios, la revelación de Dios. Sin embargo, en las iglesias estamos descubriendo que para entender lo que significa “el Cristo”, habrá que regresar al Jesús histórico, así como ha vivido, hablado, actuado, soñando, orado, sudado, curado, dado pan y perdón, como se enfrentó con las leyes religiosas de su tiempo cuando no respondían al proyecto del Reino. Se enfrentó con las autoridades y los especialistas de la religión judía, quienes empezaron a acusarle desde el inicio y quienes promovieron su asesinato. Sin conocer de cerca y cada vez más a ese Jesús de carne y huesos, no podremos captar lo que sígnica que Él es el Enviado de Dios, Hijo de Dios, el Cristo.
Ahora bien, Monseñor Romero nos dice y lo va a repetir varias veces, que ese Jesús es la fuente inagotable de la esperanza. Monseñor vivó, junto con su pueblo, una época de mucha miseria y mucha violencia, sin embargo, gracias a su relación estrecha y profunda con Jesús, ha sido un hombre, un pastor de esperanza. Esa esperanza nació desde su conocimiento cercano de Jesús, desde su relación con Jesús. La fuente de nuestra esperanza será la vida, la persona de Jesús de Nazaret. Debemos armarnos de esperanza en tiempos difíciles como los que vivimos hoy. Podemos alimentar esa esperanza a partir de los evangelios, leyendo despacio, con atención, diariamente un trozo, ir avanzando hasta el final de cada evangelio. Vayamos sin prisa. Donde aparece el nombre de alguien que se encuentra con Jesús, hagamos una segunda lectura y pongamos nuestro nombre ahí. Jesús se encuentra con nosotros/as y nos ofrece vida, salud, perdón, esperanza.
Llama la atención que el lema de la visita del Papa Francisco a Bélgica (26-29 de septiembre de 2024) - en camino con la esperanza - era dar un testimonio de esperanza, ser una voz de esperanza en estos tiempos donde los tambores de guerra ya se han convertido en cañones y cohetes. La Iglesia católica belga en su conjunto aún no sabe cómo actuar y vivir evangélicamente en un mundo secularizado y golpeado por la problemática de abusos. Cada comunidad de fe tiene como misión fundamental ser una voz de esperanza, enraizada en Jesús. Esa voz no solo debe sonar en palabras (escritas, habladas) sino también desde los hechos, desde nuestra práctica de servicio, especialmente a quienes viven en desesperanza. Veremos si Francisco ha logrado alimentar la esperanza.
En su discurso en el encuentro de movimientos populares en septiembre de 2024 el Papa Francisco[1] clamó: “¡Ninguna persona sin esperanza! El silencio de la indiferencia que habilita el rugido del odio abre paso a la división social, la división social a la violencia verbal, la violencia verbal a la violencia física y la violencia física a la guerra de todos contra todos. La competencia ciega por tener más y más dinero es una actitud enfermiza y un camino a la perdición. Esa conducta irresponsable, inmoral e irracional está destruyendo la creación y dividiendo a los pueblos. No dejemos de denunciarla. Hoy todo entra en el juego del negocio y de la competencia donde el poderoso se come al más débil y grandes masas se ven excluidas y marginadas. …. Es el momento de un salario universal para los trabajadores más humildes y sin derechos. Esfuércense para hacer sentir su voz, también en esos lugares; por favor, no se dejen encorsetar ni corromper… Esto no es comunismo, es Evangelio puro.”
Ninguna comunidad eclesial (de base) puede dejar de reunirse para leer y reflexionar juntos los evangelios. En realidad los Evangelios han sido escritos como testimonios comunitarios de la vivencia de las primeras comunidades en su memoria de ese Jesús. Ahí vale lo que cantamos en las comunidades: “el texto debo leerlo, en mi grupo, con alguien que nos oriente en historia y tradiciones y la enseñanza será un fundamento que anima y hacia Dios nos llevará.” (Cancionero “El pueblo canta”. #40 anexos). Otros textos – como los de Mons. Romero – pueden ayudarnos a conocer mejor y a encontrarnos de verdad a Jesús. También desde los Evangelios nos llama, nos convoca, nos envía y así será nuestra esperanza.
“En Jesús se apoya lo que predico. En Jesús está la verdad de lo que estoy diciendo” Monseñor Romero nos desafía. Lo que nosotros decimos, lo que predicamos, lo que hablamos, ¿se apoya en Jesús? Nuestra palabra (en la vida diaria, con los vecinos, en el trabajo, en la política, en la iglesia,….) ¿de verdad tiene sus raíces y su fundamento en la Vida y la Palabra de Jesús? Revisemos si es real que “en Jesús está la verdad de lo que estamos diciendo.”
Cita 2 en el capítulo II (Jesús de Nazaret) en 'El Evangelio de Monseñor Romero'
[1] ENCUENTRO DE LOS MOVIMIENTOS POPULARES PROMOVIDO POR EL DICASTERIO PARA EL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL. DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO Palacio de San Calixto. Viernes, 20 de septiembre de 2024 https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2024/september/documents/20240920-movimenti-popolari.html