El cristianismo es un germen de nueva vida.

“El cristianismo viene a darle gérmenes eternos a los poderes y a todo aquel que quiera sembrar esa cepa en su corazón.   El cristianismo es un germen de nueva vida.  Los hombres nuevos, las sociedades nuevas no cambiarán sus sistemas, seguirá siendo un sistema democrático; pero si de verdad son cristianos, los que viven ese sistema democrático no harán de la democracia una farsa, sino que harán el canal para vitalizar con vida de Dios la sociedad, abriendo cauces, expresiones de libertad, de dignidad, dignificando lo noble y bueno que hay en la raza humana, en la sociedad salvadoreña.  Reprimir a la Iglesia para que no siembre su cepa cristiana es ser muy ingenuo o muy perverso”

“Por eso decía monseñor Tihamér Tóth, aquel obispo de Hungría, la pobre Hungría muchas veces pisoteada por las tiranías extranjeras: “ cuando afuera no se puede cantar el himno nacional, dentro de las Iglesias estaremos cantando, con toda la libertad del patriotismo, el himno libre de nuestra patria”. Es aquí, hermanos, en el ambiente cristiano de nuestros templos, es en las reflexiones de la Palabra, en los grupos de las comunidades de base, es allí donde se está predicando el auténtico patriotismo.  Perseguirlo es destruir la patria. Perseguir el cristianismo es suicidarse.”

Monseñor Romero pronunció su homilía en el contexto de una persecución creciente contra la Iglesia.  Ya habían asesinado a catequistas y sacerdotes.  En las ermitas en el campo la gente se sentía amenazada por quienes, con apoyo de los cuerpos de seguridad, estaban “escuchando”.  Hasta el tener la Biblia en casa podría ser justificación de ser capturado o asesinado.  Año y medio después el mismo Mons. Romero fue asesinado por “sembrar el germen del cristianismo en la sociedad salvadoreña”.

Hoy vemos en Nicaragua acontecimientos y tendencias muy semejantes en contra del cristianismo, especialmente en contra de la Iglesia católica.  Un obispo exiliado, un obispo encarcelado, sacerdotes expulsados o prohibidos su entrada, religiosas expulsadas, confiscación y expropiación de los bienes y propiedades de variedades de  instituciones de la Iglesia, la prohibición de procesiones religiosas públicas (entre otras las de la semana santa), bloqueo de cuentas bancarias de instituciones eclesiales (como escuelas parroquiales y otras), hasta quitando la nacionalidad Nicaragüense dejando a las personas como “no existentes”. …   Ni faltan “orejas” en los templos para controlar lo que se dice.   Se ha prohibido mencionar u orar por la vida de Mons. Rolando Álvarez que está en la cárcel.  En el mes de agosto de este año, la cancelación de la UCA, universidad de los padres jesuitas, la usurpación de las instalaciones físicas y sus cuentas financieras, la eliminación de la personería jurídica de la congregación de los jesuitas ….  Los hermanos salesianos extranjeros que trabajan en Nicaragua tendrán que salir del país por que no se les renovará su residencia.  

Al otro lado se da todas las facilidades a pastores evangélicos de renombre internacional para hacer sus campañas evangelísticas.  Se utiliza y se abusa del adjetivo “cristiano” en los eslogan del gobierno.  Voceros del gobierno pretenden ser las voces autorizadas para definir que debe predicar y que debe hacer la Iglesia, y todo lo que se le prohíbe, como se debe interpretar el Evangelio,…   Al mismo tiempo se le quita a la Iglesia las herramientas sociales para prestar su servicio.

Aunque esa persecución a la Iglesia en Nicaragua se sitúa dentro de un tsunami de cancelación de muchas iniciativas de la sociedad civil y gremial, debilitando muchas formas de organización de sectores de la nación,  nos limitamos en esta reflexión a la clara persecución a la Iglesia, que es considerada como uno de los mayores obstáculos para consolidar  el poder (absoluto).

Mons. Romero está convencido que el cristianismo, la esencia del Evangelio y del mensaje y el actuar de la Iglesia es “sembrar la cepa del Reino de Dios”.  De ahí que no duda en declarar formalmente: “Reprimir a la Iglesia para que no siembre su cepa cristiana es ser muy ingenuo o muy perverso”.   Si los miembros de la Iglesia  “de verdad son cristianos, los que viven ese sistema democrático no harán de la democracia una farsa.”   Cristianos con vocación política trabajarán por una democracia que no sea meramente fachada.  Si tienen el valor de ser cristianos de verdad “harán el canal para vitalizar con vida de Dios la sociedad, abriendo cauces, expresiones de libertad, de dignidad, dignificando lo noble y bueno que hay en la raza humana, en la sociedad.”   Esto es lo contrario de callar la voz de la Iglesia, lo contrario de destruir (confiscando, expropiando) las obras y las instituciones de la Iglesia, lo contrario de la expulsión de religiosas/os y sacerdotes, lo contrario de encarcelar a un obispo.   La Iglesia quiere ser la voz profética que abre el horizonte del Reino de Dios, que es incluyente.   Aparentemente han aprendido de la persecución a la Iglesia en El Salvador en los años 70 - 80 y desean evitar el asesinato de sacerdotes o obispos, porque como mártires seguirían tocando la conciencia  y movilizando al pueblo.

Llama la atención que Mons. Romero en tiempos de persecución a la Iglesia se atreve a referirse al papel patriótico del cristianismo y de la Iglesia.   Tiene la misión de fomentar un verdadero patriotismo que incluye a todos y todas por el bien común de las grandes mayorías.  Recordando la persecución a la Iglesia en Hungría en la primera mitad del Siglo XX, nos dice que “cuando afuera no se puede cantar el himno nacional, dentro de las Iglesias estaremos cantando, con toda la libertad del patriotismo, el himno libre de nuestra patria.”   Cuando afuera no se puede izar la bandera nacional ( a no ser a la par de la bandera ideológica del partido en el gobierno), la Iglesia la levantará al interior del Templo.  De ahí que el arzobispo anima a la gente que le escucha en catedral y por radio diciendo. “Es aquí, hermanos, en el ambiente cristiano de nuestros templos, es en las reflexiones de la Palabra, en los grupos de las comunidades de base, es allí donde se está predicando el auténtico patriotismo.”    El arzobispo anima a la comunidad creyente a ser fiel, a vivir el verdadero patriotismo sembrando esa cepa del cristianismo, del Reino de Dios, con un lenguaje inclusivo, misericordioso, abierto al perdón, dispuesto a servir para que no hay una farsa democrática, sino una verdadera participación activa de todos y todas, sin exclusiones.}

Muy lamentable es cuando la jerarquía de la Iglesia nacional se doblega ante las amenazas y los ataques de un gobierno que quiere callar la voz del Evangelio y que hace lo imposible para evitar que la Iglesia siembre esa cepa del cristianismo en las estructuras de la sociedad.  Una Iglesia, a todos sus niveles, que se calla ante el atropello que sufre tanto ella misma, como otros sectores de la sociedad, se hace cobarde, sal que pierde su sabor, o luz escondida sin iluminar.   Pero también a nivel internacional otras iglesias locales tenemos la responsabilidad de solidarizarnos con iglesias perseguidas, denunciar en foros y en la opinión pública lo que está sucediendo. 

Monseñor Romero nos llama a ser verdaderos patriotas que aman a su pueblo, que combaten la corrupción, que tienen el valor profética para denunciar los atropellos cuando se cierra los espacios de actuar de organizaciones gremiales y sectoriales, cuando se corta las herramientas sociales para el servicio de la Iglesia.  No  tengamos miedo recordando las palabras de otro mártir salvadoreño, Padre Alfonso Navarro:  “La verdad nos hará libres”.

Reflexión para domingo 8 de octubre de 2023.    Para la reflexión de este día hemos tomado una cita de la homilía  durante la eucaristía del 27 domingo ordinario, ciclo A , del 8 de octubre de 1978.  Homilías, Monseñor Oscar A Romero, Tomo III,  Ciclo A, UCA editores, San Salvador, p 310-311.

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