Bach-Goosens, Concierto de Brandeburgo, BWV 1047
¡Feliz domingo! Vamos con la imprescindible ración semanal de música de Bach. Y digo que es imprescindible porque para quienes disfrutamos con la música clásica, la escucha de la del alemán tiene que ser algo asiduo. Por lo menos es lo que pienso.
Vamos, pues, con algo de la biografía de Johann Sebastian Bach (1685-1750), compositor alemán nacido en Eisenach. Seguimos hablando algo de esa asombrosa pieza que es El Arte de la Fuga. Haya quedado inconclusa o no, es quizá el mejor compendio de la música de Bach en el momento de su composición, y a la vez es una obra muy personal. Que las letras de su apellido aparezcan en la grandiosa fuga final es algo más que un ejercicio académico: es un verdadero compendio de teoría y práctica, puesto que emplea técnicas antiguas con otras más novedosas. El Arte de la Fuga es uno de los representantes más característicos del arte universal de Bach. Ocupó la mente del maestro durante la última década de su vida.
Otra de sus grandes composiciones es el Concierto de Brandeburgo n.º 2 en fa mayor, BWV 1047. Es muy conocido y sabemos que está compuesto para un cuarteto solista formado por trompeta, oboe, flauta dulce y violín, además de las cuerdas y el continuo. Nosotros vamos a escuchar el segundo movimiento, Andante, en el que precisamente la trompeta no suena. Aquí no hay ripieno, puesto que a los tres solistas restantes los acompaña solamente el continuo. El ambiente generado es muy íntimo y está escrito en el tono relativo (re menor), en forma de minueto y en compás de 3/4. La línea del continuo es muy compacta y lleva en ritmo implacablemente. Nosotros vamos a escuchar la reducción para piano de Eugene Goosens (1893-1962).
La intepretación es de Jonathan Plowright al piano.