¡Feliz lunes! Empezamos la semana con la música procedente de uno de esos maestros contemporáneos que tan maravillosamente componen música coral. En este caso, con texto tomado de una oración similar a esa famosa que se atribuye a san Patricio.

Nos visita hoy David Briggs (1962), compositor británico nacido en Bromsgrove. Su abuelo era organista en Birmingham y desde pequeño ya se sentaba con él a la tribuna del instrumento. Fue niño de coro de la catedral de esa ciudad y siempre por lo que se sintió más atraído fue por el órgano. Obtuvo una beca y entonces aprendió a tocar el piano, el violín, la viola y el órgano. Empezó a ganar diversos premios puesto que lo que aprendía lo absorbía con una gran eficacia. Llegó a estudiar con Popplewell, organista de la reina, quien le daba clases una vez a la semana en el órgano de la capilla real del palacio de St James. Durante cuatro años tocó la viola en la Joven Orquesta Nacional de Gran Bretaña, llegando a ser hasta el solista, y también quedó cautivado por los sonidos orquestales.

Vamos a escuchar una obra suya titulada God be in my head. Tiene un texto tomado de la liturgia sarum de 1558 y podemos decir que habla de que Dios está en todos los lugares (en la cabeza, en los ojos, en la boca, en el corazón...). Tiene unas fuertes reminiscencias del O sacrum convivium de Messiaen. Es una obra compuesta con un alto grado de intimidad gracias a ese gran ambiente que sabe crear el compositor. La subtituló Une prière personnelle, lo que nos da a entender el fuerte carácter de oración privada que tiene esta bella y breve composición que hoy vamos a disfrutar.

La interpretación es del Coro del Trinity College de Cambridge dirigido por Stephen Layton.