¡Feliz sábado! El maestro de hoy aparece por aquí de vez en cuando puesto que es uno de esos grandes compositores de la época renacentista, porque miraban ya a la barroca de una forma bastante marcada. Vamos a maravillarnos con sus composiciones una vez más.

Se trata de Cipriano de Rore (1515/16-1565), compositor neerlandés nacido en Ronse. Estuvo activo en Italia y está considerado como uno de los compositores más importantes de las décadas centrales del siglo XVI. En sus últimas obras encontramos una gran evolución, algo que se aprecia especialmente en sus madrigales italianos. También hallamos una gran innovación en su lenguaje armónico. En sus texturas teje un estilo dramático muy expresivo, algo que influyó en compositores posteriores. Se alude a él en multitud de ocasiones como il divino Cipriano. Su reputación era tal que Pierre Phalèse (1573) y Gardano (1573) editaron póstumamente sus madrigales completos. Su obra aparecía en una gran cantidad de colecciones y muchos compositores decían que habían estudiado con él... muchos sin haberlo hecho.

Escuchemos su antífona Ave Regina Caelorum. Es una impresionante composición a siete voces; fue publicada en 1559. Sigue un patrón típico de mediados del renacimiento que podemos encontrar en otros maestros como Mouton o Willaert. Consiste en una abigarrada textura a cuatro voces que contiene en su interior otras tres que cantan en canon. Las partes canónicas tienen unas notas que son relativamente largas y las tres mantienen sus notas originales: principal, cuarta y sexta, lo que da lugar a una obra que tiene un hipnotismo especial. Sin embargo, ese hipnotismo especial es lo que confiere a la pieza una sonoridad llena de fuerza y de profundidad.

La partitura de la obra puede descargarse aquí.

La interpretació es de VOCES8 y Apollo5.