¡Feliz jueves! Para esta Cuaresma, el canto del miserere siempre es un habitual en iglesias y otros actos piadosos. Hoy vamos a disfrutar de uno compuesto por uno de esos maestros barrocos nuestros que no son nada conocidos, lo que es una auténtica pena.

Es Sebastián Durón (1660-1716), compositor español nacido en la localidad guadalajareña de Brihuega. Su primer profesor fue otro insigne organista, Andrés de Sola, organista de la Seo de Zaragoza. Este recomendó a Durón, pero este solo estuvo en Zaragoza nueve meses ya que fue nombrado segundo organista de la catedral de Sevilla. Ganó por oposición el puesto y estuvo en el puesto hasta 1685. De ahí pasó al Burgo de Osma y luego Palencia. En 1691 fue contratado como organista de la capilla real de Madrid, de la que fue maestro de capilla y director del coro. Su empleo terminó abruptamente en 1706 cuando fue exiliado a causa de su apoyo a los austrias. Terminó huyendo a Francia y entró al servicio de Mariana de Neuburg. Escribió tanto música religiosa como profana.

Vamos a escuchar su Miserere a 8 con violines. En esta pieza, junto con otras, es donde muestra su estilo más avanzado. Durón recoge aquí la influencia italiana y la pasa por el tamiz ibérico, concibiendo una pieza realmente impresionante. Es una de las pocas obras de gran formato suyas que han llegado a nosotros. Antes de exiliarse a Francia dejó escrito que le devolviesen las obras. Parece demostrado que el copista de este miserere es una persona dependiente de la capilla real, que también pudo copiar otras obras escénicas suyas.

La interpretación es de La Academia de los Nocturnos.