¡Feliz lunes! Empezamos semana con una obra cuyo texto está dedicado al Espíritu Santo. En él le pedimos que derrame su gracia con nosotros y nos asista siempre. La música proviene de épocas remotas, pero también llena de ebullición.

La obra de hoy es de Notker Balbulus (h. 840-912), maestro nacido en Saint Gall; su nombre puede traducir se como Notker el tartamudo. Su centro de actividad era precisamente la abadía de Saint Gall (en lo que hoy es Suiza), junto con sus compañeros Ratpert y Tuotilo. Aunque estos últimos compusieron música, Notker compuso canto. Es reconocido en la historia de la música por el Liber hymnorum (Libro de himnos), una colección de textos y melodías de secuencias para todo el ciclo del año litúrgico. Las obras de Notker se usaban diariamente en Saint Gall en su época y pronto se extendieron por toda Alemania y Europa Central. Fue una de las figuras principales de su tiempo, siendo admirado en la corte imperial y su libro de himnos estaba dedicado al canciller imperial, Luitward, arzobispo de Vercelli. Balbulus fue beatificado en 1513.

Escuchemos su secuencia Sancti spiritus assit nobis gratia que es propia del día de Pentecostés. Se cantó por toda Europa y era tan famosa que incluso se usó en países que de por sí solían rechazar el uso de secuencias, como Italia o Francia. En la catedral de Palencia hay un misal medieval en el que el ordenado sacerdote debía mantener entre sus manos una paloma mientras se empezaba a cantar esta secuencia, y luego la dejaba que volase. No deja de ser canto gregoriano medieval, pero en este caso es de una gran popularidad y con una bella línea melódica.

La interpretación es de la Coral de la Catedral de Saint Gall.