Que quitas el pecado del mundo

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¡Feliz lunes! El Agnus Dei de la música suele ser un momento de recogimiento y grandiosidad cuando lo reflejamos desde el punto de vista de la música. Una música intensa es la que vamos a escuchar hoy, dedicada a este lugar justo antes de la comunión.

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La música de hoy es de René Clausen (1953), compositor estadounidense nacido en Faribault. Allí su padre era organista de una iglesia luterana, lo que también hizo que la familia se mudase frecuentemente, llegando a vivir en Iowa y California. En este estado escuchó por primera vez al Coro de San Olaf y eso hizo que su mente se focalizase en la música de forma permanente. Empezó a estudiar música en 1970 y consiguió graduarse por la Universidad de Illinois. Una de sus pasiones es la dirección de coros, cosa que ha hecho con el del Concordia Choir durante más de veinticinco años y que ha hecho que la institución adquiera un nivel internacional. Anualmente organiza conciertos de navidad. Además de sus labores como director también compone, como vamos a comprobar, da clases y conferencias.

Una de sus grandes obras es la Misa para Doble Coro, que fue un encargo de coros de Kansas City y Phoenix. El compositor vi un reto en esto puesto que nunca antes había compuesto una misa. Lo que le resultaba más laborioso era mantener el estilo a lo largo de todos los movimientos. También era importante para él mantener siempre el sentido de función litúrgica a pesar de que la obra fuese interpretada en un auditorio. Vamos escuchar el Agnus Dei de la misa, que es el último movimiento. Está lleno de figuras que recuerdan al llanto y que se repiten para dar lugar a la compasión, a la vez que escuchamos una música cálida y serena.

La interpretación es de Kansas City Chorale dirigido por Charles Bruffy.

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