Manos Unidas denuncia la muerte del defensor ambiental en Perú La Amazonía llora el asesinato de otro líder kakataibo, Benjamín Flores Ríos
La Organización Regional de Aidesep Ucayali (ORAU), que representa a 15 pueblos indígenas amazónicos, ha informado sobre la muerte de un nuevo defensor ambiental de la segunda región más grande de Perú
Se trata del líder kakataibo Benjamín Flores Ríos, de la comunidad nativa Mariscal Cáceres, ubicada en la provincia de Padre Abad
Con este crimen, son ya 33 los líderes asesinados por proteger sus territorios durante los últimos diez años, según la Aidesep
Con este crimen, son ya 33 los líderes asesinados por proteger sus territorios durante los últimos diez años, según la Aidesep
(Manos Unidas).- La Organización Regional de Aidesep Ucayali (ORAU), que representa a 15 pueblos indígenas amazónicos, ha informado sobre la muerte de un nuevo defensor ambiental de la segunda región más grande de Perú. Se trata del líder kakataibo Benjamín Flores Ríos, de la comunidad nativa Mariscal Cáceres, ubicada en la provincia de Padre Abad. Con este crimen, son ya 33 los líderes asesinados por proteger sus territorios durante los últimos diez años, según la Aidesep.
Flores había sido amenazado hace una semana por quienes cultivan hoja de coca, ya que, como exagente municipal, defendía el territorio de su comunidad ante el avance de grupos criminales. «Fue asesinado a las diez de la noche aproximadamente, cuando descansaba en su vivienda», recoge el comunicado.
Desde Manos Unidas, nos sumamos a la denuncia que hacen desde ORAU y FENACOKA (Federación Nativa de Comunidades Kakataibo): «Expresamos nuestra más profunda condolencia a los familiares, a la comunidad y al pueblo kakataibo por el cobarde y cruel asesinato y pérdida irreparable de su líder Benjamín Flores Ríos, quien venía luchando por el cuidado del territorio integral de su comunidad, para que no ingresaran los invasores a su territorio. Asimismo, rechazamos y condenamos la violencia venga de donde venga. Una vez más, la Amazonía se tiñe de sangre para silenciar la voz de un defensor ambiental», señala el comunicado difundido por la organización indígena.
Ambas organizaciones condenaron el hecho y responsabilizaron «al Estado peruano, porque, hasta ahora, a pesar de nuestras demandas y propuestas constantes, no ha implementado una real protección de vida de los defensores ambientales amenazados en sus propios territorios indígenas».
Además de pedir una exhaustiva investigación para hallar a los responsables, las organizaciones indígenas también exigieron «atender de manera inmediata a los deudos y familia» del defensor ambiental. También pidieron al Gobierno «asignar presupuesto a la propuesta de protección de los defensores y defensoras ambientales, que está en mano de la Comisión Multisectorial, presidida por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos».
Qué hay detrás de estos asesinatos
Luis Hallazi, del Instituto del Bien Común (IBC), socio local de Manos Unidas en Perú, explicó en un artículo publicado en 2021 qué hay detrás de estos asesinatos. Aquí, un resumen:
"En el centro de esta violencia están cuestiones estructurales que el Estado peruano no ha resuelto, relacionadas principalmente con el modelo extractivista por el que ha apostado el país, así como con la minería ilegal, la tala ilegal, el tráfico de tierras o el narcotráfico".
"Esta situación se agrava al no existir la debida seguridad jurídica de las tierras de los pueblos indígenas, como es el caso de la titulación de comunidades pertenecientes al pueblo kakataibo, que resiste ante la amenaza permanente de invasión de sus tierras".
Este pueblo, ubicado entre las regiones de Huánuco y Ucayali, cerca de las cuencas de los ríos Aguaytía, San Alejandro y Sungaroyacu, cuenta con una población que el Estado peruano calcula en 3.715 personas, aunque la información que hemos recabado en el Instituto del Bien Común, cifra en 7.500 las personas que forman parte del pueblo kakataibo.
Esto es solo una muestra de los límites del Estado peruano para obtener una información más precisa no solo de este pueblo, sino de los 55 pueblos indígenas que habitan en el Perú.
Los hechos de violencia en esta región amazónica tienen un precedente claro que se remonta a enero de 2020, cuando Arbildo Meléndez, jefe de la comunidad Unipacuyacu del pueblo kakataibo y otros dirigentes indígenas, informaron al relator especial de las Naciones Unidas para la Defensa de los Derechos Humanos, Michel Forst (hoy exrelator), sobre las amenazas e intimidaciones que soportaban dichos líderes.
Tras la visita realizada, el relator entregó una declaración con recomendaciones y propuestas al Estado para proteger a los defensores de derechos. Dos meses después, al inicio de la pandemia del coronavirus en Perú, Arbildo Meléndez fue asesinado en un bosque cerca de su comunidad.
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