"El centro del catolicismo no está en Europa y eso tiene su trascendencia", señala el arzobispo de Caracas a RD Cardenal Porras: "Me parece un acierto el nombramiento de Tucho Fernández como prefecto de Doctrina de la Fe"
"Los cambios generan resistencias. Por vez primera, un latinoamericano y pastoralista estará al frente del dicasterio de la Doctrina de la Fe. La carta dirigida por el Papa a Tucho, en ocasión de su nombramiento, no tiene desperdicio de por dónde quiere el Pontífice que vaya este dicasterio"
"Las relaciones entre los gobiernos de América Latina y la Iglesia, entendida principalmente como la relación con la jerarquía, no son nada fáciles. El caso de Nicaragua apunta a ello. (...) Venezuela no escapa a este escenario"
"La diversidad, la disensión no es un mal a evitar, la criba producto del discernimiento colectivo es una rara virtud, indispensable para no ser autorreferenciales… Los sínodos de la familia y de la Amazonía dan fe de ello"
"La diversidad, la disensión no es un mal a evitar, la criba producto del discernimiento colectivo es una rara virtud, indispensable para no ser autorreferenciales… Los sínodos de la familia y de la Amazonía dan fe de ello"
El arzobispo de Caracas acaba de estar en el Vaticano, en donde fue recibido por el Papa, con quien mantiene una estrecha relación desde hace años. "La vitalidad de Francisco es impresionante. Parece un joven lleno de vigor y entusiasmo", señala en entrevista con Religión Digital tras ese encuentro, acaecido pocos días después de que el Pontífice recibiese el alta tras su operación de abdomen. La próxima asamblea sinodal, los nuevos cardenales, el flamante nuevo prefecto de Doctrina de la Fe -"Tucho Fernandez en América Latina ha sido y es un referente lúcido"- o la situación en Venezuela son algunos de los temas abordados con un cardenal que no rehuye las respuestas, siempre claras y luminosas. Aunque algunas escuezan.
Hace unos días ha sido recibido por el papa Francisco. ¿Cómo lo encontró de salud? Apenas salido del hospital, cambió al prefecto de Doctrina de la Fe, llenó de sorpresas el próximo Sínodo, con el nombramiento de numerosos laicos, muchos de ellos mujeres y con derecho a voto, y ha anunciado la creación de 21 nuevos cardenales para el consistorio del 30 de septiembre…
La vitalidad del papa Francisco es impresionante. Parece un joven lleno de vigor y entusiasmo. Los médicos que lo atienden deben tener la convicción de que están ante un paciente un tanto díscolo. Lo percibo con una mente muy clara y con ese sentido del humor que denota su paz interior y su visión de entrega total al Señor.
Según cuentan, en el Gemelli, ya el segundo día pidió una mesilla para despachar asuntos y al día siguiente a visitar a los niños enfermos… Está claro que su prioridad son los demás y no él. Los cambios y nombramientos que ha hecho en estos días son prueba del camino de apertura y búsqueda de llegar a todos, a los más lejanos y excluidos… en la creación de los 21 nuevos cardenales da pie para muchas lecturas pues rompe los esquemas tradicionales.
¿A usted le han sorprendido los nombramientos del Papa para la próxima asamblea sinodal de octubre? ¿Qué es lo que destacaría?
La concepción del sínodo de los obispos en asamblea sinodal, previa, además, de la del año próximo, es signo de la necesidad de generar procesos inclusivos, en la que caminar juntos no puede ser un eslogan, sino una manera distinta, pero necesaria, de vivir la corresponsabilidad en un mundo plural, distinto, pues estamos en otra época y no podemos quedarnos llenando odres viejos…
Se han subrayado una serie de nombramiento, como el del jesuita James Martin, abanderado de la acogida a la comunidad LGTBIQ+ en las estructuras pastorales de la Iglesia, pero ha pasado más desapercibido que también tendrá derecho a voz y voto uno de los mayores críticos de Francisco, el cardenal Müller. ¿Qué le sugiere?
La diversidad, la disensión no es un mal a evitar, la criba producto del discernimiento colectivo es una rara virtud, indispensable para no ser autorreferenciales… Los sínodos de la familia y de la Amazonía dan fe de ello.
Un cardenal Müller, ex prefecto de Doctrina de la Fe, que no se ha privado de criticar al nuevo prefecto, Víctor Manuel Fernández. ¿Florecen ahora las críticas de quienes antes no las toleraban?
Los cambios generan resistencias. Por vez primera, un latinoamericano y pastoralista estará al frente del dicasterio de la Doctrina de la Fe. La carta dirigida por el Papa a Tucho, en ocasión de su nombramiento, no tiene desperdicio de por dónde quiere el Pontífice que vaya este dicasterio, siempre sometido en todos los tiempos a críticas.
El que las críticas salgan a la luz pública es más sano que los comentarios típicos de quienes no dan la cara. Saber quién es quién es saludable y no debe escandalizarnos. Hay grupos, a Dios gracias minoritarios, que tienen acceso a poderosos medios, intentan dar otra imagen. El sensus fidei fidelium se está viendo que no es una quimera sino una realidad que siempre ha acompañado a la Iglesia sobre todo en los momentos más difíciles y conflictivos.
¿Qué le parece a usted el nombramiento de Tucho Fernández?
Me parece un acierto. Tal vez, Monseñor Fernández haya sido poco conocido en los ambientes tradicionales, pero en América Latina ha sido y es un referente lúcido con el vigor de la parresía, la creatividad propia de nuestro continente, con un sentido de fidelidad plena a la Iglesia. Hay que leer y meditar no solo los textos que puedan ser polémicos. Es bien conocido por el Papa desde tiempo atrás, y se me ocurre pensar que no lo había promovido a estar más cerca de él, por ser argentino.
Uno de los pedidos que le ha hecho Francisco al nuevo prefecto de Doctrina de la Fe es que ‘incorpore’ también el magisterio emanado a lo largo de estos diez años de pontificado. ¿No lo ha tenido suficientemente en cuenta hasta ahora, una década después, ese Dicasterio? No parece dejar en muy buen lugar a los prefectos anteriores…
Los tiempos de cambio requieren tiempo, discernimiento y disponibilidad. El peso de la tradición sobre este dicasterio es muy grande. Además, en estos años ha tenido que dedicar buena parte del tiempo a los casos de abusos. Las comisiones doctrinales, en el Vaticano y en otras instancias eclesiales, han sido más bien, “custodios” del depósito y poco propositivos en abrir nuevos derroteros. Es parte de lo solicitado en Praedicate Evangelium.
Sin duda el peso de la Iglesia europea es necesario e indispensable, pero entiendo que causa cierto escozor no estar a la cabeza. Eso no significa que quede relegada. Lo cierto es que el centro del catolicismo no está en Europa
De los 21 nuevos cardenales, un tercio son hispanos, y de nuevo, en su conjunto, llegan de los cinco continentes. ¿Se acabó definitivamente la era de la Iglesia eurocéntrica?
Sin duda el peso de la Iglesia europea es necesario e indispensable, pero entiendo que causa cierto escozor no estar a la cabeza. Eso no significa que quede relegada. Lo cierto es que el centro del catolicismo no está en Europa y eso tiene su importancia y trascendencia. Sin duda, el bloque hispano es el que ha tenido una historia más coherente, sobre todo, en el período postconciliar. Saber sumar en la diversidad de visiones es un ejercicio nada fácil pero necesario en estos momentos. La sensatez está en manos del colegio cardenalicio, tarea en la que hay que apostar a que el Espíritu sople y sea recibido más allá de las apetencias particulares.
Dos tercios del Colegio Cardenalicio han sido nombrados por Francisco. ¿Apuntala esto el perfil de su sucesor?
Tengo la impresión de que el próximo cónclave tendrá en sus manos una escogencia que requiere mucho discernimiento, disponibilidad y visión de la Iglesia que queremos en un mundo distinto al de tiempos pasados.
Imagino que en su encuentro con Francisco han hablado de la situación en Venezuela. ¿Cómo están ahora las relaciones entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la Iglesia en su país? ¿Está preocupado el Papa?
Las relaciones entre los gobiernos de América Latina y la Iglesia, entendida principalmente como la relación con la jerarquía, no son nada fáciles. El caso de Nicaragua apunta a ello. Y vemos en otros países situaciones complejas, con temas como la migración, la corrupción, los grupos armados disidentes, en los que la postura de la Iglesia choca con los postulados de una imposición unilateral de parte del poder políticos y de los grupos económicos y comunicacionales que tienen agenda propia. Venezuela no escapa a este escenario.
El Papa y sus colaboradores más cercanos están muy pendientes y atentos a todo ello. Muestra del cariño y cercanía del Papa para con Venezuela ha sido el nombramiento de Monseñor Diego Padrón como cardenal. Es un reconocimiento a la labor de un hombre de Iglesia, sencillo, humilde que ocupó cargos importantes y de dirección en momentos conflictivos en lo que hacía falta prudencia, paciencia y escucha del otro. Fueron virtudes que sobresalieron en Monseñor Padrón. Estar en situación de retiro no significa estar retirado.