El futuro sucesor de Ojea escribe una carta a la comunidad bonaerense de la diócesis de San Isidro Monseñor Caride anhela poder "sentir con la Iglesia" y caminar junto a la comunidad
Monseñor Guillermo Caride escribió una carta a la comunidad diocesana, con motivo de su elección como obispo coadjutor de San Isidro y futuro sucesor de monseñor Oscar Ojea en esa jurisdicción eclesiástica
Pidió a Dios aprender del testimonio de sus antecesores, "en cuanto a la cercanía con la gente y el amor sincero por el pobre y toda persona que sufre"
(AICA).- Monseñor Guillermo Caride escribió una carta a la comunidad diocesana, con motivo de su elección como obispo coadjutor de San Isidro y futuro sucesor de monseñor Oscar Ojea en esa jurisdicción eclesiástica.
“Aquí nací, me crié, descubrí a Jesús en la fe, ingresé al seminario, y fui ordenado sacerdote y obispo. Son muchos los rostros y nombres de tantas personas y comunidades que, a lo largo del ministerio, se han ido grabando en el corazón”, aseguró, al recordar su vivencia en esa diócesis del norte del conurbano bonaerense.
Monseñor Caride agradeció especialmente a monseñor Ojea, a quien acompañó hasta ahora como vicario general y obispo auxiliar.
“Dios me conceda aprender de su testimonio de estos años, de cercanía con la gente y de amor sincero por el pobre y toda persona que sufre”, pidió.
“Siento la invitación de Jesús a confiar en Él, dejarme conducir por Él, para servir mejor a su Iglesia. Él me regale la gracia a la cual me invita mi lema episcopal, ‘Sentir con la Iglesia’, para caminar junto a todo el pueblo de Dios de la diócesis de San Isidro”, agregó.
Texto de la carta
Queridos hermanos y hermanas de toda la diócesis:
Una profunda emoción me embarga desde el momento que me fue comunicada mi designación como obispo coadjutor de la diócesis. Aquí nací, me crié, descubrí a Jesús en la fe, ingresé al seminario, y fui ordenado sacerdote y obispo. Son muchos los rostros y nombres de tantas personas y comunidades que a lo largo del ministerio se han ido grabando en el corazón. Ahora, el Señor me llama a pastorear esta diócesis sucediendo en el futuro a monseñor Oscar.
Vivo con gratitud la experiencia de hermanos en este presbiterio, el testimonio de tantos que me ha hecho tanto bien, el compartir el ministerio episcopal con Mons. Raúl (Pizarro), en su alegría y entrega, el servicio de los diáconos, el don de la vida religiosa y el seguimiento de Jesús y la búsqueda de su Reino que tantos laicos y laicas me muestran cotidianamente.
Sucesión habla de historia, y de pastores de esta diócesis, por eso mi gratitud a Mons. (Antonio) Aguirre que me recibió en el Seminario y a Mons. Jorge Casaretto que fue el pastor a quien miraba en mi formación y me confirmó en el deseo de ser sacerdote. A Mons. Oscar Ojea, a quien pude acompañar en este tiempo, primero como vicario general y luego como obispo auxiliar; Dios me conceda aprender de su testimonio de estos años de cercanía con la gente y amor sincero por el pobre y toda persona que sufre.
Siento la invitación de Jesús a confiar en Él, dejarme conducir por Él, para servir mejor a su Iglesia. Él me regale la gracia a la cual me invita mi lema episcopal, “Sentir con la Iglesia”, para caminar junto a todo el pueblo de Dios de la diócesis de San Isidro.
Para dar inicio a este ministerio pastoral, quiero invitarlos a la misa que celebraremos el viernes 5 de abril a las 20.30 en la catedral de San Isidro.
Dios nos bendiga y acompañe en nuestro caminar como Iglesia diocesana.
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