La pascua de un grande A J.I. González Faus, maestro y hermano: in memoriam

A J.I. González Faus, maestro y hermano: in memoriam
A J.I. González Faus, maestro y hermano: in memoriam

Creo que se ha ido, en mi opinión, uno de los más grandes teólogos de lengua hispana del post-concilio. Y, subjetivamente, siento que me he quedado un poco huérfano de quien fue uno de mis grandes formadores y, me animo a decir, hermano mayor y amigo.

Desde su palabra teológico-profética buscó siempre la desautorización de la muerte y sus victimarios, y la rehabilitación de las víctimas como corazón de la Causa del Reino.

Necesito decir algo. Pido perdón por el tono apurado y un tanto autoreferencial (ya escribiré con más calma sobre su legado teológico). Acabo de llegar a mi patria, Argentina, después de unos días de paso por España. Estando en Madrid pensé seriamente acercarme a San Cugat simplemente para saludar al querido Chalo… presintiendo que podría ser mi última oportunidad de vernos en esta vida. No lo hice. Y, claro, ya me arrepiento, porque acabo de enterarme de su pascua. Por eso, necesito compartir unas palabras, a modo de desahogo y acción de gracias.

Creo que se ha ido, en mi opinión, uno de los más grandes teólogos de lengua hispana del post-concilio. Y, subjetivamente, siento que me he quedado un poco huérfano de quien fue uno de mis grandes formadores y, me animo a decir, hermano mayor y amigo. Tuve la oportunidad de conocerlo y encontrarme varias veces con él mientras vivía yo en Roma y preparaba mi tesis doctoral en teología, que tenía como objeto de estudio su Cristología fundamental (y, paralelamente, la de O. González de Cardedal). Desde esa primera década de nuestro siglo hasta hace pocos días, seguimos en contacto con algunos encuentros personales y otros vía e-mail. Yo, contándole de mis aventuras y temores teológicos, y él, siempre alentándome sabiamente.

Newsletter de RD · APÚNTATE AQUÍ

Me honró prologando un pequeño libro que publiqué sobre un maestro en común: Pedro Casaldáliga (M.Moore, Pedro CasaldáligaCuando la fe se hace poesía, BsAs-Barcelona, Claret 2021, 11-16). Y, al poco tiempo, me escribió diciendo “prólogo con prólogo se paga”, pidiéndome que presentara la re-edición argentina a un pequeño-gran libro suyo titulado “Al tercer día… resucitó entre los muertos” (Bs As, Bonum 2022). Me permito reproducir los primeros párrafos que escribí, orgulloso:

Prólogo (casi) innecesario a la edición argentina

“Innecesario” porque el autor no necesita presentación para los lectores argentinos: muchos de los que hemos estudiado teología de modo sistemático nos hemos formado (y re-formado, al menos en mi caso) con sus numerosos libros, y otros se han nutrido con los variados escritos destinados al gran público. Digo numerosos y agrego variados porque, para nuestra fortuna, González Faus tiene la pluma fácil. Pero no solo eso: en lenguaje escolástico, diríamos que en sus obras convergen lo bueno, lo verdadero y lo bello; a lo que habría que añadir la capacidad de traducir en lenguaje accesible los temas más complejos de nuestra fe, con una bajada directa a la realidad, sin necesidad de aguzar la vista para descifrar entre líneas qué es lo que quiso decir. En lenguaje ya no escolástico sino criollo, “va al grano” […] Pero agrego el “casi” porque este prólogo se justifica algo en cuanto conviene recordar la importancia del tema que se aborda en el libro […] Es un argumento nuclear para los creyentes (y para todo aquel que espera…, aunque crea que no cree) porque, como dice el apóstol Pablo: “si Cristo no resucitó… vana es nuestra fe” (1 Co 15, 14)” (pp.13-15).

Y un poco más adelante transcribí una de las afirmaciones de ese libro que me impactó teologalmente desde la primera vez que la leí, y que luego he citado en más de una oportunidad: “es enormemente humana la pregunta por si en algún lugar se ha producido alguna vez algún suceso o palabra que proclame decisivamente la desautorización de la muerte, quitándole su poder, la desautorización de los vencedores, restableciendo a sus víctimas, y la desautorización de esta realidad que acaba por imponerse” (p. 17). Sobre el final, sintetiza la respuesta que ha desarrollado a lo largo de esas páginas: “en la vida, muerte y Resurrección de Jesucristo ha ocurrido algo que cambia totalmente el significado de este mundo y esta historia, y de la relación de los hombres con Dios” (p. 108). Creo que esa pregunta y esta respuesta resumen bien el sentido de la vida y la obra de González Faus: desde su palabra teológico-profética buscó siempre la desautorización de la muerte y sus victimarios, y la rehabilitación de las víctimas como corazón de la Causa del Reino.

Mi último contacto con él fue con ocasión de su cumpleaños, el pasado 27 de diciembre. A mi correo de salutación, me respondió: “muchas gracias hermano: celebro mi aniversario con aquellos versos de Calderón de la Barca; que `el delito mayor - del hombre es haber nacido'. Pero un buen alumno me dice que eso lo escribió Calderón mientras soñaba....”

A lo cual contesté enseguida en otro correo electrónico:  “y yo te respondo con otro poeta mayor, nuestro común amigo y maestro:

PC

Gracias Chalo querido por haber pasado tu vida tan útilmente engendrado hijos en una fe madura, sin perder nunca la valentía, la claridad y el buen humor. 

Y concluyo –por ahora– compartiendo un poema de su autoría, escrito en 2019, hoy, 6 de marzo de 2025 cuando nuestro amigo se ha dormido "como el niño / seguro y confiado en los brazos de la madre".

GF

Etiquetas

Volver arriba