50 años de la Prelatura de Cafayate (Salta) Nicolás Castellanos: "En las periferias humanas y geográficas se vive la vida como encuentro"
"Esta extensa zona del Norte argentino está en los límites de Chile y Bolivia"
"La Virgen del Rosario, conocida por “La Sentadita”, procesionó desde la escuela hasta la catedral"
Participé en la solemne celebración de los 50 años de la Prelatura de Cafayate, encomendada a los Agustinos por Pablo VI en el año 1969, siendo provincial de la Provincia de España Fr. Antonio Macia.
La prelatura de Cafayate abarca una extensa zona del Norte argentino, denominada Valles Calchaquíes; toma parte de las tres provincias Salta, Tucumán y Catamarca. Está en los límites de Chile y Bolivia. Tiene una extensión de 46.847 Km2, entonces con una población de 50.000 habitantes.
Los primeros misioneros, todos misioneros de raza y de casta fueron Fr. Diego Gutiérrez, luego obispo, mi amigo Fr. Gerardo Ureta, que reside en Santa María, Fr, Esteban Labrador, fallecido en Santander, Mons. Cipriano García, obispo sucesor de Diego y Fr. Daniel García Movillán.
Tuve especial predilección por la Prelatura, como provincial de los Agustinos (1973 - 1978), que traduje en una dedicación especial enviando misioneros de vocación, visitándola con frecuencia, y financiando la viña y la bodega, obra ejemplar de Fr. Gerardo Ureta. Y también adquirí la casa y parroquia de Santa Teresa. Participé como provincial en la ordenación episcopal de Mons. Diego Gutiérrez Pedraza, el primer obispo de la Prelatura. Le dimos a Diego la sorpresa de traer a su padre Valentín a su ordenación.
Entonces no podría pasar desapercibida esta fecha jubilar. El cuarto obispo de la prelatura Mons. José Demetrio Jiménez Osa declaró año santo jubilar el 2019, con motivo de los 50 años de la prelatura (1969 - 2019).
La celebración principal fue el 7 de octubre, con el repique de campanas por la mañana en Cafayate. Y por la tarde solemne procesión de la Patrona, la Virgen del Rosario, conocida por “La Sentadita”, desde la escuela Nicolás Avellaneda hasta la catedral, acompañada con todos los estandartes de las parroquias, capillas de la prelatura, barrios, instituciones, escuelas…
En el pórtico de la catedral en la plaza de Cafayate, a rebosar, no cabía uno más, toda la ciudad y prelatura. Presentes las autoridades, tuvo lugar la solemne Eucaristía presidida por el Cardenal Primado, Mons. Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y concelebrada por el obispo de Cafayate José Demetrio Jiménez osa, Mons. Cipriano García, obispo emérito de Cafayate, Mario Cargnello, arzobispo de Salta, Carlos Sánchez, arzobispo de Tucumán, Pedro Olmedo, obispo de Humauaca, Luis Urbane, obispo de Catamarca, Vicente Vokalic, obispo de Santiago del Estero, Dante Braide, obispo de la Rioja, José María Rossi, obispo de Concepción, Nicolás Castellanos, obispo emérito de Palencia.
También estaban presentes el General de los Agustinos Fr. Alejandro Moral, acompañado de Consejero General Marín, Jesús Baños, el provincial de los Agustinos de España, el vicario de los Agustinos de Argentina, Fr. Pablo Hernando, muchos años misionero en Cafayate y promotor de un importante proyecto social evangelizador.
La celebración solemne y sencilla, expresiva y entrañable, multitudinaria y silenciosa, profundamente religiosa, nos conmovió a todos. Sentimos la presencia liberadora de la Virgen del Rosario, “La Sentadita”. Y llegó a su culmen cuando el cardenal Mario Poli abrazó y felicitó al hermano obispo Demetrio, Pastor queridísimo en la Prelatura, que se recupera de su enfermedad, que lo tiene postrado. Pero a pesar de ello, nos dirigió un mensaje profético y alentador de todas las liberaciones humanas, sociales, políticas y eclesiales de una Iglesia en salida, presente en las periferias humanas y geográficas, donde se vive la vida como encuentro, que, en definitiva, es lo que nos hace felices. El mensaje del obispo de Cafayate fue acogido con un fuerte aplauso, prolongado durante varios minutos, así le demostró el gran cariño y amor que profesa a su Pastor José Demetrio.
Concluida la celebración de la Eucaristía, de fuerte sabor religioso y mariano, tuvo lugar el desfile prolongado, mostrando la dimensión pastoral, evangelizadora, cívica, empresarial, agrícola, vinícola, con sus logradas carrozas, trabajadores del campo y fortines de cauchos.
Pudimos contemplar y admirar el proyecto integral de humanización, de evangelización, a través de todas las realizaciones, obras y actividades religiosas, sociales y emprendimientos empresariales, sobre todo en el ramo de los vinos y el turismo durante estos 50 años de existencia de la Prelatura.
Se percibía la presencia multiplicada de los agustinos en la promoción integral de las personas e instituciones de los valles calchaquíes. Así lo reconocieron las autoridades, presente el gobernador de Salta y el intendente de Cafayate y la multitud del pueblo arropando a su pastor enfermo y expresando su amor y devoción a “La Sentadita”. Me sentí orgulloso de mis hermanos agustinos. De los primeros, el obispo Cipriano, Gerardo Ureta, promotor de la Viña y la bodega, de Pablo, misioneros de casta y raza y de los actuales José Antonio, Antonio, Pablo, Ariel, Oscar. Soy testigo del nacimiento, crecimiento y proyección ejemplar de la Prelatura de Cafayate en su dimensión de proyección integral, social, humana y evangelizadora. A través de un grupo de agustinos y últimamente de sacerdotes diocesanos, con la participación plena de todo el Pueblo de Dios donde destacan la presencia de las religiosas, religiosos y sobre todo de la mujer que nuestra Prelatura ha tenido un fuerte papel de protagonismo.
Me encantó la canción que recordaba con cariño y gratitud a los cuatro obispos: Diego, Cipriano, Mariano y Demetrio. También me llamó la atención la explosión turística de Cafayate y su infraestructura hotelera, que pude comprobar en el Hotel Asturias, donde el asturiano Susin, personaje polifacético, nos acogió espléndidamente.
Al Vicario General Walter Gonza y a todos los organizadores y al coro brillante les felicito porque consiguieron una celebración multitudinaria profundamente religiosa, mariana y socialmente seductora, festiva, evangelizadora y didáctica. Felicidades Cafayate. Felicidades a su pastor y obispo José Demetrio, culto, apóstol y profeta, felicidades a todo el Pueblo de Dios. Allí sentimos que existía comunidad creada por los obispos, agustinos, sacerdotes diocesanos, religiosos, laicos y autoridades.
En el aire se respiraba el testimonio humano y cristiano de los siervos de Dios Mons. Diego Gutiérrez y Fr. Salustiano Miguelez, que con la fuerza del Espíritu Santo infunde luz, fuerza y aliento para seguir a Jesús en el camino de los pobres hacia el Reino.