04 I Miércoles de Adviento: (Isa 25, 6-10ª; Mt 15, 29-37) 

Ventana: La Eucaristía: 

Si hay alguna provisión necesaria para hacer el camino espiritual sin extenuarse es abastecerse del pan de la Palabra y del Pan santo. De manera profética, Isaías describe: “Preparará el Señor del universo para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, | un festín de vinos de solera; | manjares exquisitos, vinos refinados” (Isa 25, 6). Monte que es el altar, y banquete que es la Eucaristía. 

La imagen del Éxodo y del pueblo de Israel alimentado con el maná, se hace realidad en la ofrenda de Jesús de darse en el pan partido. No somos vagabundos, sino hijos de Dios, invitados al banquete de bodas. 

Una llamada que se nos hace en este tiempo es la de compartir los bienes, de manera especial con quienes tienen necesidad. Jesús nos dio ejemplo de solidaridad y de misericordia: “Llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino». Tomó los siete panes y los peces, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron todos hasta saciarse” (Mt 15, 32.36-37). 

Propuesta 

¿Te alimentas con los sacramentos?