¡Profesa tu fe en Cristo! 8 Octava de Pascua: Divina Misericordia
Profesión de fe
08 Octava de Pascua
Texto bíblico
“Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros». Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto». (Jn 20, 24-29)
Comentario: La Misericordia
Jesús se dejó palpar para que el incrédulo Tomás llegara a profesar su fe: “Señor mío y Dios mío”.
Es momento de unirnos a la profesión de fe de los Apóstoles: “Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para el Evangelio de Dios, que fue prometido por sus profetas en las Escrituras Santas y se refiere a su Hijo, nacido de la estirpe de David según la carne, constituido Hijo de Dios en poder según el Espíritu de santidad por la resurrección de entre los muertos: Jesucristo nuestro Señor (Rom 1, 1-4).
Vengo ante ti, Señor. Sé que estás, mas no te veo.
Te miro, sin poder describir tu rostro,
y sé que me miras con ternura.
En soledad aparente, no estoy solo, ni el silencio es la razón de este encuentro.
Me dirán que es subjetivo este abrazo,
y yo sé que es real nuestro embeleso.
Me atraes, sin poseerme, me cercas, sin sentir acoso.
Me dejas ser, hasta que retorno,
camino de ida y vuelta, a tu presencia.
Si me entretengo en mis afanes, me llamas.
Si huyo en mis quehaceres, te cruzas Mendigo en las tareas hacendosas.
Y conviertes el tramo solidario en alabanza.
Propuesta
¡Profesa tu fe en Cristo!