San Bernardo San Bernardo

San Bernardo
San Bernardo

Padre del Císter

20 de agosto: San Bernardo 

Texto bíblico 

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Lo repito: más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos». Al oírlo, los discípulos dijeron espantados: «Entonces, ¿quién puede salvarse?». Jesús se les quedó mirando y les dijo: «Es imposible para los hombres, pero Dios lo puede todo». Entonces dijo Pedro a Jesús: «Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?». Jesús les dijo: «En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos primeros.” (Mt 19, 23-30). 

Comentario 

El Evangelio de este día corresponde al martes de la vigésima semana del Tiempo Ordinario. En muchos monasterios cistercienses y benedictinos se celebra la fiesta de San Bernardo de Claraval (1090-1153). Sin escoger la lectura, sorprende la concurrencia que se da entre el texto y la fiesta, si se tiene en cuenta la opción del joven Bernardo de seguir con toda su familia los pasos de los santos fundadores del Císter: San Roberto, San Alberico y San Esteban. 

Según cuenta la historia, cuando la reforma cisterciense parecía sin futuro, llegó el joven Bernardo con treinta compañeros. Este ingreso supuso un florecimiento de la Orden, a pesar de que el modo de vida era muy austero, pues con ello se intentaba vivir de forma muy viva la enseñanza de Jesús y lo que mandaba la Regla de San Benito de no anteponer nada al amor de Cristo. 

Jesús, con su enseñanza, avala la radicalidad evangélica, no tanto porque se oponga a las relaciones familiares naturales, sino porque se presenta como la razón suprema de opción de vida. En los siglos XI y XII se afianzaba el cristocentrismo. Con San Bernardo se fortalece la relación con la Humanidad de Jesús. 

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