somos débiles en él, pero viviremos con él por la fuerza de Dios V Viernes de Cuaresma
Viernes de Dolores
V Viernes de Cuaresma
Viernes de Dolores
(Jeremías 20,10-13; Salmo 17; Juan 10,31-42)
Texto bíblico
“Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; has sido más fuerte que yo y me has podido. Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; has sido más fuerte que yo y me has podido. Cantad al Señor, alabad al Señor, que libera la vida del pobre | de las manos de gente perversa” (Jr 20,7.10.13).
Tiempo de saberse defendido
A medida que se acercan los días de la Pasión del Señor, cabe preguntarse por la fuerza que alberga Jesús para entregarse en manos de su verdugos, y no encontramos otra que la asistencia interior del Espíritu de amor de su Padre. San Pablo da testimonio de esta fortaleza cuando pide a Dios verse libre de toda tentación: “Te basta mi gracia: la fuerza se realiza en la debilidad». “Así que muy a gusto me glorío de mis debilidades, para que resida en mí la fuerza de Cristo” (2Cor 12,9-10).
Jesús es nuestro defensor
Antes de ascender nos dijo, como dice el Evangelio: «Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final del mundo» (Mt 28,20). Jesús no nos deja solos. Él se ha comprometido a estar con nosotros. No solo junto a nosotros, sino dentro de nosotros mismos. De manera especial en los momentos de peligro. El papa Francisco, en la hora del ángelus del día de la Ascensión de Jesús a los cielos, nos dejó uno de los comentarios más esperanzadores. Se preguntó: “¿Qué hace Jesús en el cielo? Él está por nosotros delante del Padre, le muestra continuamente nuestra humanidad, muestra las llagas.
Propuesta
“Es cierto que (Cristo) fue crucificado por causa de su debilidad, pero ahora vive por la fuerza de Dios. Lo mismo nosotros: somos débiles en él, pero viviremos con él por la fuerza de Dios para vosotros. Examinad vosotros si os mantenéis en la fe. Comprobadlo vosotros mismos. ¿O no reconocéis que Cristo Jesús está en vosotros?” (2Cor 13,4-5)