El “no será así entre vosotros” debe parar el dominio clerical Recordamos hoy al protomártir de los Doce: Santiago (25.07.2022)

La autoridad de la Iglesia no debe inspirarse en el imperialismo romano

Comentario: “No será así entre vosotros” (Mt 20, 20-28)

Mateo quiere dejar en buen lugar a los dos apóstoles, y dice que quien “se postró para hacerle una petición” es “la madre de los hijos de Zebedeo”. En Marcos “se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir»” (10,35-45). “Los hijos del trueno” (Mc 3,17) pretenden sentarse en los primeros puestos “en el reino” de Jesús.

No sabéis lo que pedís”, es la respuesta rotunda de Jesús. No entienden el mesianismo de Jesús. Le imaginan encaramándose al poder y llegando a ser un monarca que dirija los destinos de Israel. “¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?”, les pregunta Jesús. Esta es la cuestión: si están dispuestos a seguir su camino de vida, a curar, hermanar, enjugar lágrimas, realizar la morada del Amor en los seres humanos. Este camino puede conducir a la muerte social, incluso a la física de forma ignominiosa, como preveía Jesús.

Contestaron: «Podemos».El atrevimiento para lograr lo que se quiere no tiene medida. El texto que sigue supone la muerte y resurrección de Jesús, y quizá también el asesinato de Santiago. Por eso el evangelista concluye, poniendo en boca de Jesús: “mi cáliz lo beberéis”. Es parte del compromiso del discípulo. El “sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre”. El Jesús histórico no tiene otra respuesta: la vida definitiva está en manos del Padre.

Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos»”. Se muestra aquí la mentalidad de Jesús respecto al poder en su comunidad. Rotundamente ningún seguidor suyo puede tener la mentalidad tolerante con la tiranía y la opresión. Aquí debe inspirarse la teología del poder eclesial. La jerarquía (papa, obispo, párroco...) debe abandonar el dominio, expresado como “jurisdicción”, monarquía absoluta... Jesús sólo habla de “primado de servicio”, ejercido en humildad fraterna. La autoridad de la Iglesia no debe inspirarse en el imperialismo romano, con envoltura religiosa interesada. Los primados de “honor” y “jurisdicción” (autoridad y poder que niegan u ocultan el servicio gratuito) no se inspiran en la vida de Jesús. Los primados de “honor” nadie los puede conceder con la autoridad de Cristo, y nada pueden ayudar al crecimiento espiritual. Son vana gloria. Desde el evangelio sólo tiene valor “el primado de servicio”: ministerios para afianzar la fe y apacentar a los hermanos para que se mantengan en el Amor cristiano. Es el primado pastoral, ministerial. No suplanta a las comunidades, sino que favorece su crecimiento, desarrolla sus carismas, respeta procesos de organización, elección y cambio de responsables, etc. Así son posibles comunidades adultas, dignas de la persona y del evangelio de la libertad, guiada por el amor de Jesús.

Este es el testimonio de Santiago, protomártir de los Doce, que hoy celebramos. Dedicó su vida a dar testimonio de la muerte y resurrección de Jesús, creando comunidades que siguieran su camino: “Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen». Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos” (He 5,32-33). Un tirano encontró pronto motivos para perseguir a los testigos de Jesús: “Por aquel tiempo, el rey Herodes decidió arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan” (He 12,1-2).

Oración: “No será así entre vosotros” (Mt 20, 20-28)

Señor Jesús, servidor de todos:

recordamos hoy al protomártir de los Doce, a Santiago;

su vida ilumina también nuestra existencia;

su fragilidad queda patente en el evangelio de hoy:

con su madre y hermano busca los primeros puestos;

quería sobresalir, dominar, imponerse...;

como los trepas en la sociedad y en la Iglesia;

no había percibido aún tu reino de Amor.

¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?”:

les invitas a descentrarse de sí mismos;

les pides dedicarse a los pobres, víctimas, marginados...;

“encarar tu camino” frente a tiranos y opresores;

camino que termina en “el trago” de la cruz.

Ante la indignación de “los otros diez:

llamándolos, les dijiste:

«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan

y que los grandes los oprimen.

No será así entre vosotros:

el que quiera ser grande entre vosotros,

que sea vuestro servidor,

y el que quiera ser primero entre vosotros,

que sea vuestro esclavo.

Igual que el Hijo del hombre no ha venido

a ser servido sino a servir y

a dar su vida en rescate por muchos»”.

Santiago, como su hermano, terminó sirviendo:

siendo testigo de tu vida, de tu muerte y resurrección;

Testigos de esto somos nosotros

y el Espíritu Santo, que Dios da

a los que lo obedecen».

Ellos, al oír esto, se consumían de rabia

y trataban de matarlos” (He 5,32-33).

Un tirano encontró pronto motivos para perseguirlos:

Por aquel tiempo, el rey Herodes decidió arrestar

a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos.

Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan” (He 12,1-2).

Gracias, Jesús de la vida, por el servicio de los hermanos:

tu amor los lleva a los que nadie ama, ni cuentan en la sociedad;

buscan la felicidad, no en la primacía del poder,

sino en la cuidado de los más débiles;

edifican comunidades decididas por la vida fraternal;

ligeros de equipaje, contagian y mueven a la solidaridad;

descubren manantiales olvidados de gozo fraternal;

intentan vivir la misericordia sin límite;

dan la cara, corren riesgos de marginación, incluso de muerte.

Preces de los Fieles (Santiago, Apóstol 25.07.2022)

El “no será así entre vosotros debe parar el dominio clerical, el afán de ocupar primeros puestos, el usar títulos no evangélicos (santidad, eminencia, monseñor...)... Pidamos la conversión a la fraternidad, diciendo: “no sea así entre nosotros, Señor”.

Por la Iglesia:

- que no imite a poderes mundanos: imponiendo, excomulgando...;

- que no existan pecados reservados a ninguna instancia superior.

Roguemos al Señor: no sea así entre nosotros, Señor”.

Por las intenciones del Papa (Julio 2022):

- que cuidemos a los ancianos “raíces y memoria del pueblo”;

- que “su experiencia y sabiduría ayude a los más jóvenes

a mirar hacia el futuro con esperanza y responsabilidad”.

Roguemos al Señor: no sea así entre nosotros, Señor”.

Por nuestra sociedad:

- que sea capaz de eliminar la guerra y la pena de muerte.

- que no deje a nadie en la miseria, sin salud y educación;

Roguemos al Señor: no sea así entre nosotros, Señor”.

Por nuestra diócesis y parroquia:

- que no apague el Espíritu de igualdad, de libertad, de amor...;

- que “lo que afecta a todos” sea decidido por todos.

Roguemos al Señor: no sea así entre nosotros, Señor”.

Por los más débiles:

- que sean el centro de nuestra atención y cuidado;

- que nuestros gastos superfluos estén a su disposición.

Roguemos al Señor: no sea así entre nosotros, Señor”.

Por esta celebración:

- que el Espíritu de Jesús ns empape el alma...;

- que la comunión con Jesús sea comunión con los necesitados.

Roguemos al Señor: no sea así entre nosotros, Señor”.

Que el apóstol Santiago, fiel servidor de Jesús, nos anime a vivir en fraternidad, igualdad de trato, diligencia en el anuncio del Evangelio. Por los siglos de los siglos.

Amén.

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