Comentario a la lectura evangélica (Juan 1, 1-18) "Y su pueblo no lo acogió... este es el verdadero misterio incomprensible"

Jesús
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"En el Principio… Se nos revela el secreto que envuelve al universo. Este mundo rico y complejo no es un misterio indescifrable o absurdo. Dios nos trata como amigos y quiere compartir con nosotros lo que ha hecho y cómo lo hizo"

"La verdadera luz vino al mundo... El Logos es la luz de Dios, así como la luz natural nos permite ver el mundo y saber orientarnos en él, así el Logos encarnado es quien nos enseña el camino de la vida". "Su pueblo no lo acogió..."

"Jesús nos amó en la carne, revelándonos el potencial de amor que hay en el cuerpo, en la carne, en el mundo, en la historia"

En el Principio… Se nos revela el secreto que envuelve al universo. Este mundo rico y complejo no es un misterio indescifrable o absurdo. Dios nos trata como amigos y quiere compartir con nosotros lo que ha hecho y cómo lo hizo. Esto nos habla del origen de todo. Un origen que no es sólo un comienzo en el tiempo, sino lo que siempre permanece. Lo que se encuentra en el principio es también lo que encontramos hoy y es también nuestro futuro. Es la misma expresión que encontramos al comienzo de la Escritura en Gén 1,1 "en el principio creó Dios los cielos y la tierra". El plan de Dios descrito en el libro del Génesis espera su cumplimiento. El Verbo hecho carne nos mostrará cómo.

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Todo se hizo a través de él... Todo se hizo en el Logos. Todas las cosas pueden hablar de Dios y pueden conducirnos a él porque cada una de ellas es reflejo de su Palabra. Las realidades más sublimes que encontramos en la naturaleza, como los acontecimientos cotidianos, están inmersas en su logos. Por eso San Pablo en Atenas afirma que nuestro Dios no está lejos "de cada uno de nosotros"De hecho, "en él vivimos, nos movemos y existimos" hasta el punto de que podemos incluso reconocerlo en un canto "como también han dicho algunos de vuestros poetas: "Porque somos linaje suyo" (Hch 17, 28).

Juan, testigo de la Luz – Evangelium Gratiae

Vino un hombre enviado por Dios Juan... Dios es un misterio de comunión, por eso no quiere hacer las cosas solo, quiere compartir hasta los proyectos más importantes y delicados. Por eso siempre ha buscado colaboradores, no quiere hacerlo todo Él mismo. SanJuan representa todo el largo camino del Antiguo Testamento, la larga preparación para la venida del Hijo. Dios eligió hacerse entender por los hombres, aceptando hablar su lengua y esperar sus tiempos de asimilación. Al mismo tiempo, nos considera socios fiables para llevar a cabo su misión, como lo hizo con San Juan.

La verdadera luz vino al mundo... El Logos es la luz de Dios, así como la luz natural nos permite ver el mundo y saber orientarnos en él, así el Logos encarnado es quien nos enseña el camino de la vida. Él no viene a quitarnos nada, sino a darnos todo. El primero de sus dones es el discernimiento para que finalmente podamos ver cómo llenar nuestra vida y revelar los engaños de las tinieblas.

Y su pueblo no lo acogió... este es el verdadero misterio incomprensible, porque 'su pueblo', en definitiva cada hombre dado que todos hemos sido pensados en Él, en el momento en que Él se hizo tan cercano, al alcance de la mano, no fue aceptado. Es la oscuridad que se manifiesta precisamente porque ha salido a la luz. En el gris todo es confuso. La presencia del médico revela la presencia de la enfermedad. Haber eliminado este sentimiento de rechazo y oposición ya es parte de las buenas noticias de la próxima recuperación.

Y contemplamos su gloria... San Ireneo dice que el hombre vivo es la gloria de Dios. Esto es posible porque Dios nos ha revelado la dimensión gloriosa de nuestra carne. Al hacerse hombre semejante a nosotros en todo menos en el pecado, Dios nos reveló el secreto de nuestro ser cuerpo, de nuestro ser finito, algo que muchas veces nos angustia y es motivo de preocupación. Más bien, es en la carne donde su gloria puede brillar, como nos mostró el Hijo, quien a través de esa carne habló con cada uno de nosotros como se habla con los amigos. Jesús nos amó en la carne, revelándonos el potencial de amor que hay en el cuerpo, en la carne, en el mundo, en la historia.

Él es quien lo reveló…El hijo es quien nos revela al Padre. La expresión griega también se puede traducir como Él es quien nos dice, quién nos explica quién es el Padre. Esto es muy importante para poder leer toda la Biblia como una Buena Noticia. Cuando leemos ciertos pasajes difíciles en los que Dios parece pintado con un rostro violento o feroz, recordamos este versículo y volvemos nuestra mirada hacia Él, manso y humilde de corazón, que nos hace comprender el verdadero rostro del Padre porque Él es su mejor intérprete y revelador.

Fiesta litúrgica en honor de Dios Padre

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