A raíz de la legalización de su consumo en el país Los obispos canadienses ven "inmoral" el uso no medicinal de la marihuana
A raíz de la reciente legalización del consumo de marihuana en Canadá, los obispos católicos de la Columbia Británica y de Yukón publicaron una Declaración Pastoral para orientar a los fieles sobre los límites morales del uso de la planta y la manera como deben responder ante la disponibilidad legal de la droga en el territorio. En el documento, los prelados reiteraron que el consumo placentero de la droga es inmoral según enseña la Iglesia Católica.
"En primer lugar es importante recordar que los católicos buscan en las enseñanzas de Jesús, la Sagrada Escritura y en la Iglesia la guía sobre las materias morales. El simple hecho de que una actividad haya sido legalizada por el gobierno no significa automáticamente que es aceptable moralmente", indicaron los Obispos en la introducción de su declaración.
Los prelados hicieron una distinción entre los posibles usos de la planta, los que pueden tener aplicaciones terapéuticas legítimas. "Esto no se diferencia del uso de cualquier otra medicina que ayude a promover la salud y el bienestar", afirmaron los obispos, y recordaron que las personas deben consultar a los médicos para emplear esta planta por serias razones de salud. De manera especial, recomendaron que los componentes farmacéuticos del Cannabis puedan ser separados de la planta y consumidos en distintas formas como cápsulas, aceites o como adición a las comidas con el fin de ofrecer alternativas al acto de fumar la planta, lo que representa riesgos para la salud.
Incluso cuando el uso medicinal de la planta pueda tener efectos intoxicantes, que constituyan efectos secundarios no intencionales, su uso podría ser legítimo. Sin embargo, de acuerdo a la tradición católica, "el uso de una sustancia simplemente por sus efectos intoxicantes en lugar de terapéuticos no está permitido", recordaron los Obispos. "La intoxicación deliberada, ya sea a través del alcohol o de la marihuana, es errada por varias razones".
La primera de las razones es la pérdida del buen juicio y de la inhibición natural que puede conducir a graves daños o a decisiones pobres o incluso inmorales. "Cuando no hay una necesidad médica genuina para usar una droga y es usada solo para causar ebriedad, éste es un comportamiento pecaminoso", indicaron los prelados. La segunda razón es el riesgo de provocar problemas de salud y desórdenes mentales por el uso de marihuana, especialmente por jóvenes.
Una tercera causa de preocupación para los Obispos es el efecto de producir una conciencia alterada artificialmente que puede llevar a las personas a evadir los desafíos de la vida cotidiana o a dejar de recurrir a métodos legítimos para resolver situaciones de dolor o malestar psicológico. Finalmente, el riesgo de adicción por parte de los consumidores es otra causa de grave preocupación por la legalización del consumo.
Los prelados pidieron a los fieles reflexionar ante un eventual dilema moral sobre el uso de la sustancia para discernir si se trata de una terapia médica legítima empleada bajo supervisión médica. Reiteraron la condena de la doctrina católica al uso de drogas que, como explica el Catecismo de la Iglesia Católica, "inflige un grave daño a la salud humana y a la vida". "Aquellos que se involucran en este comportamiento deberían discutirlo con un sacerdote en la Confesión", aconsejaron los Obispos. "Si alguien que usted ama está abusando de drogas -cannabis, alcohol u otras sustancias- esa persona debería ser ayudada a obtener ayuda".
(RD/Aica)