El presidente ha cortado la tradición no escrita de recibir a la cúpula de la Iglesia Navidad sin encuentro: se enfría aún más la relación entre Milei y la jerarquía católica en Argentina
No habrá brindis entre el jefe de Estado y la nueva conducción eclesiástica, que está en sintonía con el Papa y hace poco criticó el ajuste a los medicamentos de los jubilados
Los obispos, además, pegarán el faltazo a un desayuno que organiza el secretario de Culto. Solo asistirá el obispo auxiliar de San Isidro
(C5N).- En vísperas de la Navidad era una tradición no escrita que los jefes de Estado reciban a la cúpula de la Iglesia Católica, llamada formalmente comisión ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). Desde que el presidente es Javier Milei se cortó.
Según pudo averiguar C5N, el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, hizo una invitación a un desayuno, pero desde la agenda de los obispos de la “comisión ejecutiva” no había margen por las actividades en sus diócesis de cara a la Navidad, el llamado Adviento que es la preparación al nacimiento del Príncipe de la Paz, que es la espera, el silencio y la esperanza activa.
La “mesa chica” de la CEA está federalizada. Por un lado, el presidente de los obispos, Marcelo Colombo, es arzobispo de Mendoza; el segundo es el cardenal y arzobispo, Ángel Rossi, de Córdoba; y el tercero es monseñor César Daniel Fernández, de Jujuy. Queda el secretario general, Raúl Pizarro, el único asentado en Buenos Aires, que es obispo auxiliar en San Isidro, que irá al desayuno junto al vocero de la CEA, Máximo Jurcinovic, sacerdote sansidrense que lleva siete años en el cargo.
No es prioritario para Milei
Milei marcó desde el inicio de su gobierno que recibir a los obispos antes de la Nochebuena no estaba en sus prioridades. Sí no desaprovechó, el mismo día que asumió la presidencia, la invocación religiosa convocada por Jorge Ignacio García Cuerva, en la Catedral porteña frente a Plaza de Mayo: Ese día es recordado por las elogiosas palabras del rabino que a las horas terminó elegido embajador en Israel y en febrero viajó con Milei al Vaticano, para el encuentro con el papa Francisco.
Para esta nueva conducción de los obispos la foto del encuentro con Milei no los desvive, ni les quita el sueño. Esperaran al mes de marzo. Formalmente ya enviaron una carta al presidente, que esperan el momento oportuno para darla a conocer.
“El nacimiento de Jesús nos impulsa a vivir la vida de un modo nuevo, con ojos y corazones nuevos”, reflexionó Colombo en su primer mensaje navideño como presidente de los obispos, el viernes 20. El día anterior, el mismo Colombo envió un mensaje para el brindis de fin de año del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (Copaju), que preside el juez porteño Andrés Gallardo, y el Instituto Fray Bartolomé de las Casas, que lidera el exjuez de la Corte Suprema, Raúl Eugenio Zaffaroni, donde les pidió que no olviden que “a más libertad, más dignidad de la persona y más cuidado de la casa común”, cerrando con “una libertad sin responsabilidad y cuidado de la comunidad humana y de su Casa, don Dios, no es creíble ni verdadera”.
La impronta ecologista de Colombo, en sintonía con un Papa ambientalista-social, augura choques con el poder político y económico de su propia provincia, Mendoza, como a nivel nacional. Ese compromiso por el cuidado de la casa común llevará al arzobispo, a mitad de febrero, hasta la provincia de Tierra del Fuego donde tiene previsto asistir a la invitación cursada por las universidades privadas y públicas a exponer sobre la Antártida.
Obispos críticos de la gestión libertaria
Sin caer en el pecado de omisión, Colombo hace una semana atrás criticó el ajuste desde el PAMI a los remedios de los jubilados. “Medidas que multiplican la pobreza”, lanzó, mientras que el segundo de la CEA, el jesuita Rossi, en tonada cordobesa dijo: “Nuestros abuelos, nuestros viejitos, están en una eutanasia disimulada. Deben elegir entre comer o los remedios”.
Se vienen renovaciones en la conducción de la Iglesia. Por un lado, el próximo viernes 27, en la provincia de Corrientes, inicia su ministerio pastoral José Adolfo Larregain. Más conocido por “Fito”, este religioso formado en la espiritualidad franciscana asume con su lema episcopal: “Nosotros somos testigos” y la imagen en su escudo colorido: el cielo celeste con la paloma del Espíritu Santo, el sol en el firmamento y debajo el verde de la copa de los árboles atravesados por aguas claras.
Al otro día, el sábado 28, en La Plata, capital de la provincia más grande de la Argentina y sede del gobierno provincial en manos de Axel Kiciloff desde hace cinco años, asumirá como arzobispo Gustavo Carrara. Este gobernador eclesial de extensa experiencia en las villas porteña y del conurbano, que viene de un año de vicario general en el gobierno del arzobispado porteño, pero que ahora por decisión del papa Francisco estará por primera vez en primera línea. “El Carra”, como lo llaman sus amigos, deberá asumir la conducción vacante de la estratégica diócesis platense, donde incluye tres municipios, que deberá combinar con la presidencia de Cáritas, con 40 mil voluntarios en todo el país para la ayuda a los más pobres del país.
Queda pendiente la diócesis de Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos, que el Pontífice acepte la jubilación de Juan Alberto Puiggari, quien este 21 de noviembre cumplió 75 años. Otro caso es el expresidente de los obispos durante dos períodos, Óscar Ojea, quien ya superó la edad para jubilarse, pero Jorge Bergoglio, obispo de Roma, no aceptó su retiro, aunque si le aceptó sucesor en la diócesis de San Isidro, llamado formalmente en la iglesia coadjutor, Guillermo Caride.
La última acción de envergadura nacional e internacional será la apertura del año Santo jubilar el próximo 29 de diciembre.
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