"El camino ya es imparable" Ecos de un Sínodo

Iglesia sinodal
Iglesia sinodal

"En los últimos cuatro años, el Sínodo de los Obispos ha abordado en profundidad la cuestión de la sinodalidad como el modus vivendi et operandi específico de la Iglesia"

"Concluimos la última sesión el pasado 27 de octubre con la aprobación de un Documento Final del Sínodo de 155 puntos que la Asamblea entregó al papa Francisco"

"En la Nota que acompaña la publicación del Documento Final, firmada por el Santo Padre en la solemnidad de Cristo Rey, se precisa el alcance jurídico de lo que implica su aprobación"

"Queridos hermanos y hermanas, el camino sinodal no ha terminado. Ahora nos toca impregnarnos de este documento final que hemos elaborado entre todos"

Hace unas semanas regresé de Roma, donde tuve la alegría de participar comoPadre sinodal en la última sesión de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad, celebrada durante todo el mes de octubre. Con el recuerdo todavía muy vivo de esta experiencia, me dirijo a vosotros.

‘Informe RD’ con análisis y el Documento Final del Sínodo

El Sínodo de los Obispos fue instituido por san Pablo VI el 15 de septiembre de 1965 mediante el motu proprio Apostolica sollicitudo. Su creación tuvo lugar en el contexto del Concilio Vaticano II, que con la constitución dogmática Lumen gentium invitaba a fomentar una colaboración más estrecha entre el Papa y los obispos de todo el mundo.

Sínodo
Sínodo

En los últimos cuatro años, el Sínodo de los Obispos ha abordado en profundidad la cuestión de la sinodalidad como el modus vivendi et operandi específico de la Iglesia. En palabras del Santo Padre, «el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia en el tercer milenio». Este Sínodo ha sido una oportunidad. Una oportunidad para que todo el Pueblo de Dios discierna cómo avanzar en el camino sinodal bajo la guía del Espíritu Santo. Queremos avanzar para ser una Iglesia en la que todos los bautizados participemos, en comunión y activamente, en la misión evangelizadora que nos confió Jesucristo.

De hecho, con este Sínodo podemos ver que el proceso de reforma de la Iglesia avanza. Una reforma ya anunciada en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, publicada por el papa Francisco en 2013 para presentar las líneas maestras de su pontificado, poco después de ocupar la cátedra de Pedro. Una reforma continua que responde a la constante llamada del Señor a la conversión. Una reforma de la Iglesia en clave de conversión pastoral y misionera, que ha encontrado una concreción significativa en la constitución apostólica Praedicate evangelium sobre la Curia romana y su servicio a la Iglesia y al mundo.

Un aspecto significativo de esta Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad ha sido la presencia de todos los miembros del cuerpo que conformamos la Iglesia. Han participado obispos, presbíteros, diáconos, religiosos y laicos. Todos ellos, Padres y Madres sinodales con voz y voto.

Vademécum – C. E. Laicos, Familia y Vida

Concluimos esta última sesión el pasado 27 de octubre con la aprobación de un Documento Final del Sínodo de 155 puntos que la Asamblea entregó al papa Francisco. Los puntos se fueron definiendo conforme a una metodología de escucha en el Espíritu. Una vez hablado y consensuado el documento, lo plasmamos por escrito. Cada punto fue objeto de votación y, cabe decir, que todos los puntos fueron aprobados. El papa Francisco estuvo presente durante la votación y dio su visto bueno. Como expresó el Santo Padre, «asumo lo que ha dicho el Pueblo de Dios tras la escucha del Espíritu Santo».

En la Nota que acompaña la publicación del Documento Final, firmada por el Santo Padre en la solemnidad de Cristo Rey, se precisa el alcance jurídico de lo que implica su aprobación. Una aprobación que supone una novedad, ya que, hasta ahora, lo que habitualmente han hecho los Santos Padres ha sido elaborar únicamente una exhortación apostólica posterior a los documentos finales de los sínodos. El papa Francisco, en la mencionada Nota, nos recuerda que el documento para «su aplicación requerirá diversas mediaciones», pero tendremos que ir aplicándolo en nuestras Iglesias particulares, en nuestras parroquias, en nuestras vidas.

Queridos hermanos y hermanas, el camino sinodal no ha terminado. Ahora nos toca impregnarnos de este documento final que hemos elaborado entre todos. Tal vez lo iremos asimilando lentamente, pero el camino ya es imparable. Tras este Sínodo, ahora todos debemos aprender a abrazar la sinodalidad, participando, escuchando al Espíritu y caminando juntos para anunciar el Evangelio de Jesucristo al mundo.

Sinodalidad

Volver arriba