Tras varios pedidos de las defensas, el juicio se retoma el 5 de octubre Con Becciu en la sala, comenzó el mega-juicio por corrupción en el Vaticano
Primera audiencia de la causa que investiga supuestas irregularidades, malversaciones y desfalcos a la secretaría de Estado del Vaticano y a los fondos de caridad del Papa
Becciu afirmó en un comunicado tras las siete horas de audiencia que espera "con serenidad" la continuación de las audiencias para demostrar su "inocencia frente a cada acusación"
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
Con el purpurado sentado en la última fila de la sala de audiencias montada en los Museos Vaticanos, se inició hoy el juicio por "malversación y abuso de funciones" contra el cardenal italiano Angelo Becciu, acusado junto a otras nueve personas en la causa que investiga supuestos fraudes con la compra de un edificio en Londres por casi 200 millones de euros en una completa trama de espías, fondos de inversión y cuantiosas pérdidas para el fondo de caridad del Papa.
Removido de sus cargos en la Curia romana en septiembre de 2020 y despojado incluso de sus derechos como cardenal, Becciu afirmó en un comunicado tras las siete horas de audiencia que espera "con serenidad" la continuación de las audiencias para demostrar su "inocencia frente a cada acusación" una vez que el juicio se retome desde el 5 de octubre, como dispuso el Tribunal vaticano.
Becciu, "obediente al Papa que me envió a juicio"
En ese marco, Becciu se reconoció “obediente al Papa que me envió a juicio" durante el juicio.
"Siempre he sido obediente al Papa, él me ha confiado muchas misiones en mi vida, quería que viniera a juicio y yo vengo al juicio. Estoy tranquilo, tengo la conciencia tranquila, tengo la confianza de que los jueces podrán ver bien los hechos y mi gran esperanza es la certeza de que reconozcan mi inocencia", aseveró.
Becciu y los otros nueve acusados enfrentan diversos cargos de delitos financieros como malversación, blanqueo de capitales, fraude, extorsión y abuso de funciones, tras más de dos años de investigación a funcionarios laicos y religiosos por supuesta malversación de fondos en la compra y venta de propiedades.
El proceso es el primero de la historia en el que un purpurado será juzgado por un delito penal ante un Tribunal de jueces laicos en la Santa Sede.
Uno de los ejes del proceso es un inmueble en el número 60 de Sloane Avenue, en el barrio Chelsea, de Londres, que según la acusación fue adquirido en 2014 con fondos reservados mientras Becciu se desempeñó como "número 3" de la Santa Sede y que provocó pérdidas millonarias al fondo de caridad que gestiona el Papa.
La primera audiencia, en la que solo estuvieron presentes Becciu y su ex mano derecha monseñor Mauro Carlino, se centró en los diversos pedidos de nulidad de parte de las defensas frente a los que el Tribunal se reservó dar hoy una respuesta. Al confirmar el cuarto intermedio, el Vaticano solo liberó de estar presente en el proceso al operador financiero Gianluigi Torzi, acusado de haberse quedado con una comisión de 15 millones de euros por la compra-venta del palacio de Sloane Avenue de Londres, después de que su defensa informara un proceso abierto en Inglaterra que lo obliga a estar en Inglaterra incluso con monitoreo electrónico.
Entre los acusados está también quien, según la ley, debía controlar las operaciones desde dentro del Vaticano: el ex presidente de la Autoridad de Supervisión Financiera de la Santa Sede (AIF), René Brülhart, además de su mano derecha, Tommaso di Ruzza.
Sin participar en el próximo cónclave
El año pasado, cuando se hizo pública la investigación, Becciu fue removido de su cargo de prefecto de Congregación de las Causas de los Santos en septiembre pasado y fue despojado de sus derechos como cardenal por el papa Francisco.
Ex sustituto de la Secretaría de Estado y considerado el "número 3" del Vaticano entre 2011 y 2018, Becciu perdió tras su remoción la posibilidad de participar en un eventual cónclave, y por ende de ser Papa a causa de la investigación.
Entre las personas enviadas a juicio se encuentra también la italiana Cecilia Marogna, acusada de "peculado" tras haber sido investigada por la supuesta malversación de 500.000 euros que Becciu le había otorgado para supuestamente formar una red de diplomacia paralela en la Santa Sede, y que fue primero arrestada y luego puesta en libertad tras ser denunciada a Interpol por la justicia vaticana.
Este martes, su defensa pareció confirmar las sospechas de que Marorgna trabajaba para como espía italiana al hacer referencia a un pedido para que sea liberada de secreto que al parecer la vincula con los servicios de inteligencia.
Edgar Peña Parra y Parolin, interrogados
Más allá de las pérdidas para el fondo de caridad papal, la secretaría de Estado de la Santa Sede se presenta como parte civil, con representación legal de la abogada y ex ministra de Justicia italiana Paola Severino.
Durante la investigación, la fiscalía interrogó al sucesor de Becciu, Edgar Peña Parra y al entonces y actual secretario de Estado, Pietro Parolin, pero ninguno de los dos ha sido acusado de delito.Sí se espera, de todos modos, que Parolin sea uno de los testigos que serán llamados a declarar por la defensa de Marogna.
El Tribunal para el proceso estará presidido por el magistrado italiano y exfiscal de Roma Giuseppe Pignatone, que estará acompañado por el director del Departamento de Jurisprudencia de la Universidad Tor Vergata de Roma, Venerando Marano, y por el honorario de Derecho Procesual de la misma casa de estudios, Carlo Bonzano.
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