El Pontífice recibe mañana a familiares de rehenes israelíes y de palestinos atacados Francisco prepara su nuevo gesto humanitario por la paz en Tierra Santa
El Papa recibirá mañana en el Vaticano a familiares de palestinos atacados y, en una reunión separada, a familias de los rehenes cautivos por Hamas. La apuesta al diálogo y al fin de la violencia en el corto plazo con “los dos Estados” como norte con la estrategia “iceberg” de la Santa Sede
"El pensamiento todos los días va a la gravísima situación en Israel y Palestina. Estoy cercano a todos los que sufren, palestinos e israelíes. Los abrazo en este momento oscuro y rezo tanto por ellos"
"Todo ser humano, sea cristiano, judío o musulmán, de cualquier pueblo o religión, es sagrado, precioso a los ojos de Dios y tiene el derecho a vivir en paz", sostuvo el Papa en su oración
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
En una nueva apuesta humanitaria por la paz con el manual bergogliano en mano, el papa Francisco recibirá mañana en el Vaticano a familiares de palestinos atacados en Gaza por el ejército de Israel y a un grupo de familiares de rehenes cautivos por el grupo islamista palestino Hamas desde el 7 de octubre.
Un pontífice que está convencido que la violencia macro no se terminará si no se convierten los corazones. Y que, en este y otros temas, sabe que siempre los cambios deben empezar “desde abajo”. Con esa premisa central, y con un fuerte componente humanitario, Jorge Bergoglio volverá a posicionarse como un líder “primus inter pares” a nivel mundial con un nuevo mensaje de verdadera búsqueda de la paz.
Lejos de las visiones interesadas o colonialistas que buscan respuestas simples a un conflicto complejo, Francisco saca del centro a la industria armamentistas y pone como eje al ser humano. “Todos merecen vivir en paz”; dijo hace dos semanas en una de sus ya tantas intervenciones por el fin del conflicto. Y mañana predicará con el ejemplo: las familias de los que más sufren, sean palestinos o israelíes, recibirán un trato preferencial en el Vaticano para que puedan contarle al Papa sus sufrimientos.
Con este espíritu anunció las reuniones el vocero papal Matteo Bruni, quien sostuvo que "con estos encuentros, de carácter exclusivamente humanitario, el papa Francisco quiere demostrar su cercanía espiritual al sufrimiento de cada uno".
Las reuniones de mañana serán en definitiva el bloque de hielo de la estrategia iceberg de la negociación vaticana. Como los grandes bloques congelados, la estrategia es “10% visible y 90% bajo la superficie”.
Porque las reuniones de mañana, con el enfoque humanitario de las negociaciones, van paralelas a los otros diálogos “con muchos actores” que mantiene el Vaticano, como incluso reconoció esta semana el secretario de Estado Pietro Parolin.
El sábado, hace apenas tres días, Francisco recibió en el Vaticano al presidente de Irak, Abdul Latif Jamal Rashid, en una reunión de 25 minutos que tuvo en la agenda "el conflicto en Israel y Palestina".
Otra vez, la estrategia de mostrar una parte para mostrar movimiento y trabajar en silencio por abajo para lograr resultados. Así, en el comunicado dado a conocer por el Vaticano, se refiere que el mandatario tuvo como preocupación compartida en sus diálogos en Vaticano el “esfuerzo urgente por la paz y la estabilidad" en la región.
La COP28 de Dubai, ¿punto de inflexión?
Una región que la semana próxima recibirá al Papa, que en su camino a la cumbre climática COP28 de Dubai sobrevolará con seguridad uno de los grandes posibles garantes de la paz en el área, Arabia Saudita. Se espera algún tipo de gesto por un trabajo conjunto durante el telegrama que Francisco mandará desde el cielo al sobrevolar el país.
Los encuentros de mañana son también una continuidad lógica de los múltiples llamados que ha hecho Francisco desde este nuevo reinicio del conflicto. La semana pasada, por ejemplo, El Papa volvió reclamar "que se protejan los civiles" en Gaza y que llegue más ayuda humanitaria.
"El pensamiento todos los días va a la gravísima situación en Israel y Palestina. Estoy cercano a todos los que sufren, palestinos e israelíes. Los abrazo en este momento oscuro y rezo tanto por ellos", planteó el pontífice a mediados de mes tras rezar el Ángelus desde el Vaticano.
Frente a miles de fieles que lo escuchaban en Plaza San Pedro, el Papa reclamó además "que en Gaza se socorra rápido a los heridos, se proteja a los civiles y que se haga llegar más ayuda humanitaria a esa población exhausta" así como "que se liberen los rehenes, entre los que hay tantos ancianos y niños”.
"Todo ser humano, sea cristiano, judío o musulmán, de cualquier pueblo o religión, es sagrado, precioso a los ojos de Dios y tiene el derecho a vivir en paz", sostuvo el Papa en su oración de entonces, en un preámbulo conceptual de lo que sucederá mañana. Lo que ratifica que, en temas de paz, Francisco va del dicho al hecho.
Más allá de Francisco en el frente público y de Parolin en el de las negociaciones subacuáticas, otro actor de peso en la estrategia vaticana es el Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa.
Convertido en el principal sostén espiritual y en cierto modo “escudo” de los cristianos en la región, Pizzaballa dedica las 24 horas de sus días a salvaguardar a “una comunidad pequeña, muy pequeña, de 150 personas", ahora refugiada "en el recinto de la Iglesia, donde ya había muchas otras personas".
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