Francisco destacó la contribución de los católicos chinos a la "convivencia social" El Papa evoca los 100 años del Concilio de Shangai y lleva tranquilidad a Beijing con la línea de "evangelizar, no colonizar"

El Papa evoca los 100 años del Concilio de Shangai
El Papa evoca los 100 años del Concilio de Shangai

"El Papa dejó claro -una vez más- que el poder político comunista no tiene nada que temer ante la acción de una Iglesia que busca 'evangelizar y no colonizar'"

"Los participantes del primer Concilio en Chino miraron hacia el futuro. Y su futuro es nuestro presente", sostuvo el pontífice en el videomensaje enviado este martes a un encuentro organizado en la Universidad Urbaniana de Roma

"El Señor, en China, ha salvaguardado la fe del pueblo de Dios en el camino y la fe del pueblo de Dios ha sido la brújula que ha señalado el camino a lo largo de este tiempo, antes y después del Concilio de Shanghai, hasta llegar hoy"

"También nosotros, como los Padres conciliares de Shanghai, podemos mirar hacia el futuro"

En un profundo mensaje con el que buscó al mismo tiempo evocar el histórico Concilio de Shangai,  el único "hasta ahora" de la Iglesia del gigante asiático y tender un lazo a las autoridades del país con el que el Vaticano deberá en un par de meses renovar su acuerdo para la designación de obispos, el papa Francisco destacó hoy el aporte de los católicos de la nación oriental a la "convivencia social" y dejó claro -una vez más- que el poder político comunista no tiene nada que temer ante la acción de una Iglesia que busca "evangelizar y no colonizar".

"Los participantes del primer Concilio en Chino miraron hacia el futuro. Y su futuro es nuestro presente", sostuvo el pontífice en el videomensaje enviado este martes a un encuentro organizado en la Universidad Urbaniana de Roma por el primer centenario del encuentro de 1924 considerado un paso clave para la organización de la Iglesia en el país.

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Concilio sinense

Para Francisco, en ese marco, "el camino de la Iglesia a lo largo de la historia ha transcurrido y pasa por caminos inesperados, incluso en tiempos de paciencia y de prueba. El Señor, en China, ha salvaguardado la fe del pueblo de Dios en el camino y la fe del pueblo de Dios ha sido la brújula que ha señalado el camino a lo largo de este tiempo, antes y después del Concilio de Shanghai, hasta llegar hoy".

El mensaje del Papa, un fuerte gesto de mano tendida, se da a cinco meses de que la Santa Sede y China deban renovar una vez más el acuerdo firmado en 2018 para la designación conjunta de obispos que puso fin a más de medio siglo de luchas entre Roma y Beijing por los nombramientos.

Sinense

Desde el primer momento de las negociaciones, China temió que la entrada del catolicismo pudiera alterar el férreo orden y control social presente en su territorio y mantuvo sus reservas sobre posibles efectos de una mayor cantidad de practicantes en la motorización de mayores demandas sociales.

El Papa se encargó hoy de echar por tierra esas hipótesis y llevar tranquilidad a una China que emerge cada vez con más fuerza como actor global: "Los católicos chinos, en comunión con el obispo de Roma, caminan en el tiempo presente. En el contexto en el que viven, dan testimonio también de su fe con obras de misericordia y de caridad, y con su testimonio dan una contribución real a la armonía de la convivencia social, a la construcción de la casa común", animó.

Las palabras del Papa, a nivel conceptual, fueron en la misma línea que las pronunciadas durante su viaje a Mongolia de 2023, a pocos kilómetros de la frontera con China, y que tan bien habían sentado al poder comunista de Beijing.

Concilio sinense

"Quienes siguen a Jesús aman la paz y se encuentran junto a todos los que trabajan por la paz, en un tiempo en el que vemos actuar fuerzas inhumanas que parecen querer acelerar el fin del mundo", enfatizó el Papa en esa misma dirección.

A la hora de focalizarse en el Concilio del que se cumplen 100 años, el Papa recordó que "una contribución importante, en la promoción" del evento "provino del arzobispo Celso Costantini, primer Delegado Apostólico en China, quien por decisión del Papa Pío XI fue también el gran organizador y Presidente del Concilio". Para despejar cualquier tipo de temor chino, en una frase sobre la historia pero que se proyecta también sobre el futuro, el Papa aseveró que "Costantini se limitó a repetir que la misión de la Iglesia era ´evangelizar, no colonizar'". 

Con esa guía, durante el Concilio, "la comunión entre la Santa Sede y la Iglesia en China se manifestó con frutos fructíferos, frutos de bien para todo el pueblo chino", según Jorge Bergoglio.

"También nosotros, como los Padres conciliares de Shanghai, podemos mirar hacia el futuro. Y recordar el Concilio de Shanghai puede sugerir también hoy a toda la Iglesia nuevos caminos y caminos abiertos que debe recorrer con audacia para anunciar y testimoniar el Evangelio en el presente", siguió luego.

Así, Francisco recordó que "precisamente en estos días, en el mes de mayo, dedicado por el pueblo de Dios a la Virgen María, muchos de nuestros hermanos y hermanas chinos peregrinan al Santuario de Sheshan, para encomendar sus oraciones y esperanzas a la intercesión de la Madre. de Jesús". Se trata del mayor Santuario mariano chino, que ha estado presente más de una vez en los deseos públicos de Francisco.

"Dentro de unos días, el 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora, la Iglesia en todo el mundo rezará con los hermanos y hermanas de la Iglesia en China, como pidió el Papa Benedicto XVI en su Carta a los católicos chinos. También idealmente yo subo a la colina de Sheshan", enfatizó, con un nivel de cercanía muy fuerte, en un mensaje que volvió a mostrar la disponibilidad del Papa para mejorar todo lazo con el gigante asiático.

Papa y China

Texto íntegro

Queridos hermanos, queridas hermanas, 

Me alegra poder dirigirme a ustedes con ocasión del Congreso dedicado al Centenario del Concilium Sinense, el Primer, y hasta ahora único, Concilio de la Iglesia católica china, que tuvo lugar en Shanghai entre mayo y junio de 1924, hace exactamente 100 años. 

El título de este congreso es "100 años del Concilium Sinense: entre historia y presente". Y sin duda, este aniversario representa una ocasión de gran importancia por muchas razones. 

1) Ese Concilio fue, en efecto, un importante paso en el camino de la Iglesia católica en el gran país que es China. 

En Shanghai, hace 100 años, los Padres reunidos en el Concilium Sinense vivieron una experiencia auténticamente sinodal, y tomaron decisiones importantes JUNTOS. El Espíritu Santo los reunió, hizo crecer la armonía entre ellos, los condujo por caminos que muchos de ellos no habrían imaginado, superando perplejidades y resistencias. Así actúa el Espíritu santo que guía a la Iglesia. 

Casi todos procedían de países lejanos. Y antes del Concilio, muchos de ellos aún no estaban preparados para considerar la posibilidad de confiar la dirección de sus diócesis a sacerdotes y obispos nacidos en China. Luego, reunidos en el Concilio, todos ellos realizaron un verdadero camino sinodal y firmaron las disposiciones que abrían nuevas vías para que también la Iglesia católica en China pudiera tener cada vez más un rostro chino. Reconocieron que éste era el paso que había que dar, porque el anuncio de la salvación de Cristo sólo puede llegar a cada comunidad humana y a cada persona si habla en su "lengua materna". 

Los Padres conciliares siguieron las huellas de grandes misioneros como el padre Matteo Ricci, Li Madou. Se movieron en el surco abierto por el apóstol Pablo, cuando predicaba que había que hacerse «todo a todos» para anunciar y dar testimonio de Cristo Resucitado. 

2) Una importante contribución en la promoción y orientación del Concilium Sinense la aportó el Arzobispo Celso Costantini, Primer Delegado Apostólico en China, que por decisión del Papa Pío XI fue también el gran organizador y Presidente del Concilio. 

Costantini aplicó una perspectiva verdaderamente misionera a la situación concreta. Y atesoró las enseñanzas de la Maximum Illud, la Carta Apostólica sobre las Misiones publicada en 1919 por el Papa Benedicto XV. Siguiendo el impulso profético de ese documento, Costantini se limitó a repetir que la misión de la Iglesia era «evangelizar, no colonizar». En el Concilio de Shanghai, también gracias a la labor de Celso Costantini, la comunión entre la Santa Sede y la Iglesia en China manifestó sus frutos, frutos de bien para todo el pueblo chino. 

3) Pero el Concilio de Shanghai no sólo sirvió para hacer caer en el olvido planteamientos erróneos que habían prevalecido en épocas anteriores. 

Vaticano y China

No se trataba de "cambiar de estrategia", sino de seguir caminos más acordes con la naturaleza de la Iglesia y su misión, confiando sólo en la gracia de Cristo mismo, y en su atracción. Los participantes en el primer Concilium Sinense miraban al futuro. Y su futuro es nuestro presente. 

El camino de la Iglesia a lo largo de la historia ha pasado y pasa por senderos imprevistos, atravesando también tiempos de paciencia y de prueba. El Señor en China ha guardado la fe del pueblo de Dios a lo largo del camino. Y la fe del pueblo de Dios ha sido la brújula que ha mostrado el camino a lo largo de todo este tiempo, antes y después del Concilio de Shanghai, hasta hoy.

Los católicos chinos, en comunión con el Obispo de Roma, caminan en el tiempo presente. En el contexto en el que viven, dan testimonio de su fe también con obras de misericordia y de caridad, y con su testimonio contribuyen efectivamente a la armonía de la convivencia social, a la construcción de la casa común. 

Quienes siguen a Jesús aman la paz, y están junto a todos los que trabajan por la paz, en un tiempo en el que vemos actuar fuerzas inhumanas que parecen querer acelerar el fin del mundo. 

Sinense

4) Los participantes en el Consejo de Shanghai miraban al futuro. Y pocos días después de terminar el Concilio, fueron en peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Sheshan, cerca de Shanghai. Como los Padres Conciliares de Shanghai, también nosotros podemos mirar al futuro. Y hacer memoria del Concilio de Shanghai también puede sugerir a toda la Iglesia de hoy nuevos caminos y senderos abiertos que recorrer con audacia para anunciar y testimoniar el Evangelio en el presente. Precisamente estos días, en el mes de mayo, dedicado por el Pueblo de Dios a la Virgen María, muchos de nuestros hermanos y hermanas chinos peregrinan al Santuario de Sheshan, para confiar sus oraciones y esperanzas a la intercesión de la Madre de Jesús. 

Dentro de unos días, el 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora, la Iglesia de todo el mundo rezará con los hermanos y hermanas de la Iglesia en China, como pidió el Papa Benedicto XVI en su Carta a los católicos chinos. 

Yo también subo a la colina de Sheshan con la mente. Y todos juntos encomendamos a María, Auxilio de los cristianos, a nuestros hermanos y hermanas en la fe que están en China, a todo el pueblo chino y a todo nuestro pobre mundo, pidiéndole su intercesión, para que la paz siempre triunfe por doquier. 

María, Auxilio de los Cristianos, Nuestra Señora de Sheshan, ruega por nosotros.

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