Ante las próximas elecciones no vale el “pasar de la política”, por más que muchos políticos se lo merezcan. La responsabilidad ciudadana nos obliga a implicarnos y mojarnos.

Dijo el líder de la oposición al presidente del gobierno: “Usted tiene un problema de corrupción en su partido que afecta a decenas de responsables políticos. Le pido que como presidente del partido actúe con contundencia, celeridad y ejemplaridad”.

Respuesta del presidente: “Estoy de acuerdo con lo que usted ha dicho sobre la corrupción y no se me ocurre otra cosa que hacerle la misma recomendación que me ha hecho usted a mí”.

La respuesta infantil “y tú más” causa vergüenza ajena. Y no beneficia en nada a la credibilidad de los partidos políticos, ya estén en el gobierno o en la oposición.

Un joven hablaba con un señor de más edad sobre el país, el gobierno los políticos…

El señor le dice al joven: “los políticos, son como una tortuga en un poste."

"No comprendo bien la analogía, dice el joven.

El señor le responde:

Si ves una tortuga encima de un poste de alumbrado, haciendo equilibrio. 1º: No entenderás cómo llegó ahí. 2º: No podrás creer que esté ahí. 3º: Sabrás que no pudo haber subido sola hasta ahí. 4º: Estarás seguro que no debería estar ahí. 5º: Serás consciente de que no va a hacer nada útil mientras esté ahí. Y tienes la certeza de que lo único sensato sería ayudarle a bajar."

Ante las próximas elecciones sería deseable que ningún político "inútil" suba al poste.

No se trata de que sean de izquierdas o de derechas. Se trata de que miren por el bien común; de que cumplan lo que prometen; de que sean transparentes en su gestión. Y que el que la haga la pague.