Nigeria 3 años después de los secuestros de cientos de niñas

En Nigeria acaban de ser liberadas 82 niñas de los cientos que habían sido secuestradas hace más de tres años por el grupo yihadista Boko Haram.
¿Cual es la situación en ese país?

El misionero Fabio Mussi, del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras, describe así las consecuencias de la guerra provocada por Boko Haram.

A finales de noviembre logré alcanzar la localidad de Fotokol. Ubicada en la frontera entre Nigeria y Camerún había sido una floreciente ciudad por el importante comercio que había en ella. Ahora se ha convertido en una gran aldea, invadida por refugiados y desplazados a causa de la guerra. La catástrofe ha anulado cualquier intento de cambio, de progreso y bienestar, para reducir a la población al fatigoso esfuerzo de sobrevivir”.

Una de las consecuencias de esta desgracia, explica el religioso, “ha sido el cierre de todas las escuelas de la ciudad y de las regiones vecinas por razones de seguridad”.

En total, más de 180 escuelas han cerrado sus puertas desde septiembre de 2014, dejando en la calle a unos 7.500 alumnos.

En septiembre de 2016, prosigue el misionero, “más de 70 escuelas han abierto sus puertas para acoger de nuevo una marea de alumnos que quedó en el lugar”. “Han tenido que contentarse con los muros que han quedado en pie tras los enfrentamientos armados”.

“Cuando he visitado la clase de primero me he encontrado ante una maestra y 220 alumnos, sentados la mayoría en el suelo, que repetían en voz alta los días de la semana y los números”, insiste el religioso.

“Lo maravilloso es que ningunos de los niños se lamentaba de esta incómoda situación, sino que estaban contentos de volver a la escuela”, enfatiza.

El misionero reconoce que “si pudiera hacer un milagro, haría llegar bancos para todos los alumnos, les daría libros, cuadernos, bolígrafos y lápices para seguir las clases, y les regalaría algo para jugar…”
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