En Pakistán soplan vientos de cambio para los cristianos perseguidos

En los últimos años, Pakistán ha sufrido varios episodios de violencia de masas. Y según dicen los líderes cristianos muchos de esos actos quedaron impunes. El caso más reciente, la absolución a finales de enero de 115 personas acusadas de incendiar un barrio cristiano entero en Lahore. Pero algo está a punto de cambiar. Y para bien.

La Asamblea Nacional paquistaní ha aprobado una serie de medidas legislativas que mejorarán las condiciones de las minorías religiosas del país.

La declaración de objetivos y razones del proyecto de ley dice que “el terrorismo, el sectarismo y el extremismo se han apoderado de todo el país y estos actos están al orden del día”.

Por primera vez, se hace legalmente enjuiciable el linchamiento por parte de grupos organizados o multitudes que se toman la justicia por su mano.

Las medidas aprobadas permitirán que el sectarismo, el linchamiento de masas y las conversiones forzadas sean castigados. Y también la persecución de las minorías religiosas, la incitación a la violencia sectaria, el odio étnico, el uso deliberado de palabras que puedan herir los sentimientos religiosos de otros o los matrimonios forzados de niñas menores de edad o de mujeres que pertenecen a las minorías.

Y ¿qué dice al respecto la Iglesia cristiana?

El arzobispo de Lahore, Monseñor Shaw ha reconocido que “los retos son muchos”. “Los cristianos viven algunas dificultades debido a la presencia de grupos militantes islámicos en el Punjab. Nuestra respuesta para neutralizar la violencia es comprometerse cada vez más en el diálogo interreligioso que acerca a los creyentes de diferentes credos. A través del diálogo entre los líderes religiosos, aprendemos unos de otros, podemos influir en las personas comunes de manera constructiva, y trabajamos juntos para hacer de Pakistán un país mejor.

Alegrémonos de que eso sea así y rebelémonos contra quienes creen que nada puede cambiar. Y si quieres ayudar a esa Iglesia necesitada te propongo lo hagas a través de alguna Institución que no genere dudas en torno a su gestión. Es el caso de Obras Misionales Pontificias.
Volver arriba