Otro caso en el que los intereses económicos se anteponen a los derechos humanos

En relación con el comercio de armas España antepone los intereses políticos y económicos a la protección de los derechos humanos y a la prevención de conflictos.

España ocupa el sexto lugar en la lista de países exportadores de armas. Y no es achacable a ningún gobierno en concreto. Lo fue también con Zapatero, Aznar, Felipe y Suarez.

No es un logro del cual haya que estar orgullosos. De hecho el gobierno lo sabe. Y por eso practica el ocultismo y la opacidad. Prueba de ello es que las estadísticas al respecto son enrevesadas y ambiguas. Es difícil saber qué es exactamente lo que se vende y a quien se vende.

Afortunadamente hay, en la sociedad civil, organizaciones que hacen una gran labor peleando contra la opacidad, como es el caso del Centro de Estudios por la Paz.

Gracias a esos estudios sabemos que a pesar de la inestabilidad que hay en Oriente Medio entre 2005 y 2014 hemos vendido en esa zona del mundo 511 millones € en armas. Y sabemos que vendemos armas a países tan “democráticos” como Arabia Saudí, Libia, Bahrein, Egipto, Irak, Omán, Colombia o Venezuela.

Según la UE no debería autorizarse exportar armas a países en conflicto, sometidos a embargo o que violen los DDHH. Pero no lo prohíbe.

Además la UE hace referencia expresa a los “intereses económicos” de los países exportadores. La consecuencia es que se favorece a las grandes industrias en detrimento de la prevención de conflictos y de la defensa de los DDHH.

¿SOLUCIÓN?

Reclamar transparencia y establecer mecanismos efectivos de control de la exportación de armas.

Es nuestra responsabilidad como ciudadanos cuestionar y denunciar lo que está ocurriendo. Contribuir a impedir que las armas españolas se empleen para provocar sufrimiento y daños irreparables a millones de personas.
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