David López Royo Juanma Moreno en una nueva proyección
Esperemos que el Partido Popular no caiga en el engreimiento y en la altanería y que sepa muy bien interpretar los magníficos resultados. No puede olvidar que quienes lo han llevado hasta el punto en el que se encuentra han sido los votantes que han ejercido libremente y con sentido común la elección de la papeleta del Partido Popular, en este caso de Juanma Moreno Bonilla
Los acontecimientos van marcando los ritmos que las personas tenemos que adoptar para dar respuesta a todo lo que nos plantea el devenir de la historia. La inflación; el ataque de Putin a Ucrania; los movimientos migratorios, éstos cada vez son mas incisivos por la gran inestabilidad existente en los países de origen; la dependencia energética; la covid que, aunque intentemos olvidarnos de esta pandemia, sigue estando presente; los conflictos bélicos sin resolver, muchos de éstos ubicados en África y de los que nadie habla. Estos son algunos de los acontecimientos que de manera aguda van configurando nuestro presente y que marcarán nuestro futuro.
No vivimos momentos fáciles, son momentos recios como señalaba Santa Teresa de Ávila. No harían mal los políticos en fijarse en esta mujer, intrépida, valiente y decidida. Como señala José A. García Sánchez, «Teresa Sánchez de Cepeda y Ahumada fue una mujer guapa, lista, viva, inquieta, quintaesencia de la mística barroca, que ha pasado a la historia como Teresa de Ávila, Santa Teresa, la primera Doctora de la Iglesia Universal, que siempre se rebeló contra la mediocridad y es admirada incluso por agnósticos y ateos...Teresa era una obsesa de la sencillez. Huía de los neologismos, ridiculizaba las bachillerías y las gramatiquerías, y aconsejaba usar palabras sencillas, mejor pasar por rústico que por pedante, decía. Buscando la humildad y la sencillez, encontró sin saberlo el camino de la literatura auténtica, ingresando sin pretenderlo en las filas de los clásicos de la mejor literatura castellana”.
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Traigo en la reflexión de este domingo a Santa Teresa porque considero que bien pudiera ser un ejemplo para los políticos que tienen la misión de solventar los problemas y buscar la mejor de las soluciones.
Existe mucha soberbia y autosuficiencia en la clase política, van de salvadores cuando deberían ir de humildes servidores.
La arrogancia es muy mala consejera y, sin embargo, se empeñan en marcar muchas de sus intervenciones cargadas de altanería y con un orgullo subido de tono ¡cuánto se equivocan!
Precisamos personas sencillas y humiles porque, por regla general, los que ejercemos el derecho al voto procedemos de ambientes sencillos y humildes, somos simples trabajadores que buscan un desarrollo personal que nos permita vivir en paz y en condiciones dignas.
Los que votamos, sí los que acudimos cada cuatro años o cuando se nos convoque para ejercer libremente nuestro derecho, lo hacemos con sentido común y éste, nadie, absolutamente nadie, nos lo puede quitar.
Los ciudadanos de a pie huimos de la bizarría y no solemos jactarnos de nada, trabajamos, intentamos formar una familia, tenemos nuestras creencias y las manifestamos libremente sin pretender herir ni insultar, deseamos formarnos y para ello sabemos que tenemos que esforzarnos porque si no lo hacemos estaremos generando una masa sin capacidad crítica.
Los políticos no están para salvarnos, existen para buscar lo más apropiado y justo, nada de pensarse que son los dioses del firmamento. Les propongo que tengan como referente a Santa Teresa de Ávila.
Andalucía está en una nueva proyección política y ésta ha marcado una revolución política y no lo está haciendo únicamente en esa Comunidad Autónoma, sino que está significando una dimensión diferente en el conjunto de España.
Esperemos que el Partido Popular no caiga en el engreimiento y en la altanería y que sepa muy bien interpretar los magníficos resultados. No puede olvidar que quienes lo han llevado hasta el punto en el que se encuentra han sido los votantes que han ejercido libremente y con sentido común la elección de la papeleta del Partido Popular, en este caso de Juanma Moreno Bonilla.
Es curioso el leer las distintas interpretaciones que hacen los particos políticos que han concurrido a las elecciones y que se han quedado totalmente noqueados por los resultados obtenidos. Están aturdidos y sienten que su espíritu ha sido derribado. Aunque no lo reconozcan públicamente se sienten derrotados. Están buscando las causas y, la verdad, no dejan de sorprender a las conclusiones a las que llegan.
Les recomiendo que no ahonden tanto en las mismas, simplemente les recomiendo que miren a Santa Teresa de Ávila y vean cuanto difiere el comportamiento de la Santa del que ellos están teniendo ante los acontecimientos que van marcando el ritmo de nuestras vidas, sí de los que votamos y lo hacemos, mal que les pese, con sentido común.
Los comportamientos soberbios que tienen los políticos no se arreglan en un día y mucho menos pretendiendo repartir dádivas como si fueran regalos que dan a los ciudadanos, para que interpretemos que son ellos quienes los reparten porque son buenos y santos. Se olvidan los políticos que lo que ellos consideran donaciones al pueblo salen de nuestros impuestos, es decir de lo que cada ciudadano aporta al Estado y el Estado, precisamente no son los políticos, somos todos los que vivimos en España, independientemente de la Comunidad Autónoma, Provincia, Ciudad, Pueblo, Pedanía en la que estemos cesados.
Queremos ver y sentir que los políticos creen en el bien común; pero no en un bien común adaptado a sus intereses, deseamos un bien común que fomente la libertad y desde ésta se pueda generar riqueza social a través del libre ejercicio del emprendimiento empresarial. Necesitamos emprendedores y para que puedan existir es imprescindible que se engendre un marco educativo adecuado para ello. Hay que huir de las subvenciones clientelares y de todas las medidas gubernamentales que fomenten la dependencia de los políticos. Lo que éstos quieren es precisamente esto.
Sin duda estamos en una nueva proyección política, vivimos momentos recios y precisamos que la humildad sea la marca que identifique a los políticos. El sentido común de los votantes sabrá distinguir quién en verdad actúa con humildad o quién pretende seguir falseando su comportamiento, esto último es fraude de ley, vamos, querer parapetarse en una ley que dé cobertura a sus intereses particulares pretendiendo burlar otra norma ¡Ojo! que esto puede estar ocurriendo con la proliferación de los Decretos Leyes. Un Decreto Ley tiene como base lo excepcional y no puede convertirse en una práctica normal.
Hay que formar emprendedores porque con el emprendimiento existe libertad y capacidad económica. Bien harían los responsables políticos en profundizar en perfiles como los de Santa Teresa de Ávila que fue mujer emprendedora y humilde, con carácter, pero sabiendo hacer una revolución adecuada y pertinente, nada de clientelismos y alejada del populismo de la época.
Confiemos en que Juanma Moreno Bonilla sea un fiel seguidor de Santa Teresa de Ávila y esté atento a lo que señalaba al principio de esta reflexión “Los acontecimientos van marcando los ritmos que las personas tenemos que adoptar para dar respuesta a todo lo que nos plantea el devenir de la historia”.
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