La novela de Jesús Bastante Santiago en el fin del mundo
"Descubrir a un Santiago limitado por los mismos límites que tenemos el total de los seres humanos, te hace reflexionar sobre la vedad de la Fe"
"El camino de Santiago es simplemente el camino iluminado por el debate existente en su interior acerca de la verdad de la vida. La verdad no es, no puede serlo, lo que la Iglesia se empeña en decir que es lo único y verdadero, sus normas y sus rezos"
"La novela de Jesús Bastante es el reverso de una moneda que se nos ha presentado brillante y pulida por una Iglesia que no nos ha sabido transmitir la delicadeza y el amor infinito con el que fue construido el camino al fin del mundo"
"Quien se anime a leer esta magnifico relato, hecho novela, podrá sentir que su fe no depende de los discursos, muchas veces vacios, de clérigos y de sumos sacerdotes"
"La novela de Jesús Bastante es el reverso de una moneda que se nos ha presentado brillante y pulida por una Iglesia que no nos ha sabido transmitir la delicadeza y el amor infinito con el que fue construido el camino al fin del mundo"
"Quien se anime a leer esta magnifico relato, hecho novela, podrá sentir que su fe no depende de los discursos, muchas veces vacios, de clérigos y de sumos sacerdotes"
Uno de los libros al que he dedicado un tiempo de lectura en este tiempo estival, ha sido la novela escrita por Jesús Bastante «Santiago en el fin del mundo».
Al concluirla, en los agradecimientos me ha impactado el siguiente párrafo, «este libro hunde sus raíces en el pasado, pero solo es posible mirando al futuro. Gracias Diego -tu nombre nos remite a Jacob- por las ilusiones renovadas. Y soñando que aprendas a leer, y disfrutes sumergiéndote en los libros. Que son un arma cargada de futuro. Y a los que quieren ir, siempre, más allá. La vida, en definitiva, no es más que eso»
Conociendo como conozco al autor hay una gran dimensión afectiva y una gran carga de ayudar a innovar muchas cosas dentro de la Iglesia y de la sociedad.
Me he adentrado surcando los caminos, el camino de Santiago, el hijo del Zebedeo y de Teodoro y Atanasio a través del relato innovador de esta novela sobre la presencia de Santiago en la España labrada de historias forjadas por pueblos y comunidades con experiencias propias.
Descubrir a un Santiago limitado por los mismos límites que tenemos el total de los seres humanos, te hace reflexionar sobre la vedad de la Fe. Una fe que se va fraguando entre las tormentas de la duda y las noches serenas que puede ofrecer la luna de la confianza.
El camino de Santiago es simplemente el camino iluminado por el debate existente en su interior acerca de la verdad de la vida. La verdad no es, no puede serlo, lo que la Iglesia se empeña en decir que es lo único y verdadero, sus normas y sus rezos.
La verdad es la experiencia profunda del sufrimiento que conlleva creer en la verdad que uno experimenta, y ésta no es otra que la que emana a través del manantial de la bondad.
El Hijo del Trueno -Santiago- en su peregrinar a la península ibérica, sintiéndose enviado, tiene que hacer su propio proceso de conversión.
Siempre en la perspectiva del relato de una novela Santiago se presenta a veces fuerte y a veces débil. Es plenamente humano, ama, engendra un hijo, se siente vulnerable, duda de su Señor, sufre la experiencia de la traición, ve morir a personas queridas y lo achaca a su incompetencia; pero al final descubre que los brazos de su Señor se manifiestan en los momentos menos previsibles.
Lo que no cabe ninguna duda es que ejerce el liderazgo de la constancia y de la convicción. Asume con naturalidad lo que le va ocurriendo, sabe aceptar lo bueno y todo aquello que puede tornarse en piedras en su camino, como por ejemplo la humillación y el formar parte de una cultura del descarte hacia su misión.
La novela de Jesús Bastante es el reverso de una moneda que se nos ha presentado brillante y pulida por una Iglesia que no nos ha sabido transmitir la delicadeza y el amor infinito con el que fue construido el camino al fin del mundo. Esta perspectiva del camino ha quedado siempre oculta, nunca ha interesado que pudiera ver la luz porque entre el claro oscuro siempre se pone en evidencia la verdadera historia del camino. Una historia completada por las experiencias humanas del común de los mortales, que son las que cuentan.
La novela relata con maestría el rol de Hergómenes y el empeño de Fileto por cumplir a raja tabla las ordenes del sumo sacerdote. El odio y el rencor de un sumo sacerdote que se inventa un relato acusatorio contra Santiago y la lucha interna de Fileto por dejarse llevar por lo experimentado junto al Hijo del Trueno o por ser un títere en manos de los que odian y solo buscan la destrucción. La religión institucional de la época destruye y mata, el poder la convierte en la expresión más diabólica de su presencia. Manipula inventando historias y aniquila a las personas buenas y de buen corazón.
El camino es una experiencia vital y existencial. Quien se anime a leer esta magnifico relato, hecho novela, podrá sentir que su fe no depende de los discursos, muchas veces vacios, de clérigos y de sumos sacerdotes, sino que su cercanía a Dios es una proximidad buscada siempre por el Señor de la Verdad. Un Padre generoso que se aleja de la manipulación y de los relatos inventados aunque tengan el sello institucional de una Iglesia que, muchas veces, solamente mira al futuro en clave de poder y destrucción. Dedican tiempo a fabricar pruebas falsas acordes con sus intereses, son semejantes a la persona de Samara que con maestría dibuja y perfila Jesús Bastante en la novela.
Hergómenes es el vivo ejemplo de la estrategia que tienen los que ven la Fe como signo de poder exclusivo, planifican y definen la estrategia utilizando a personas como Fileto.
Santiago y los suyos, sin embargo, buscan cumplir una misión que se vio afectada por infinidad de dificultades, llegando, inclusive, a ser altamente vejados y humillados, muriendo por defender, de verdad, la Verdad.
El ir siempre más allá rompe esquemas y pone en evidencia los intereses particulares de quienes aceptando la religiosidad de Hergómenes no saben descubrir la grandeza de la duda de Fileto.
La religión no es norma. Santiago, el Hijo del Trueno, en su caminar por la península Ibérica no tuvo ninguna norma; su única referencia fue cumplir con la Misión de su Señor. No podían existir normas, solamente la confianza puesta en quien él consideraba que era el camino a seguir.
Termino mi reflexión con un párrafo que corresponde al inicio de la novela «Unos remos se mueven entre la bruma. En el silencio, casi sin tocar el agua. No es la primera vez que recorren esa ribera. Será la última. De noche, cualquier ruido es amenaza. Y esta es particularmente oscura. Las aguas corren tranquilas, aunque congeladas. No importa la estación, la humedad y el frío son una constante en estas tierras. No pueden despistarse o serán descubiertos»
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