Mayores: los maltrados de la crisis del covid-19 en España 58 años y más: la dimensión sociosanitaria
El coronavirus ha delatado a la sociedad y a los responsables políticos con respecto a este gran colectivo que constuye las personas mayores. La manera de proceder de los señores políticos está dejando mucho que desear
Estamos asistiendo en estos días a una información que pone de manifiesto una supuesta, e increíble realidad, que podemos definir como el arrinconamiento de las personas mayores. El coronavirus ha delatado a la sociedad y a los responsables políticos con respecto a este gran colectivo, y lo que escribo con respecto al mismo lo hago desde el punto de vista del reconocimiento que la sociedad debería de tenerles. Son un gran colectivo porque por este país, España, dieron prácticamente todo. Además hay que tener presente que en número también son un colectivo con un gran peso específico en el estadística. Habría que invitarles a que se constituyeran en un partido político porque de esta manera el potencial voto, a partir de los 58 años, supondría que obtendría también, miremos la concordancia, una gran representación.
No recomiendo la constitución de este partido porque esto rompería el equilibrio y la salud que debe de existir y tener una sociedad democrática; pero ganas no deberían de faltarnos a los que ya hemos superado la barrera de los 58 años para hacerlo, y máxime ante el comportamiento de nuestros responsables políticos.
La manera de proceder con la gran población de personas mayores por parte de los señores políticos está dejando mucho que desear; yo lo que les recomiendo a los mismos es que no se echen la inmundicias unos a otros, porque ¿quién estará libre de pecado? el que lo esté que tire la primera piedra.
Esta pandemia ha puesto en evidencia la fragilidad de nuestro sistema ante la doble atención que la población afectada precisaba, y en concreto en las dimensiones social y sanitaria; y los políticos no han estado a la altura de haber sabido trabajar de manera conjunta, haciendo que los recursos gestionados directamente por las administraciones públicas y los gestionados por entidades privadas hubieran servido, haciendo la oportuna planificación, para dar una respuesta integral e integradora. No, porque en el fondo, los intereses políticos que son partidistas, no tienen asumido que, en lo relacionado a la atención a la gran población de mayores, es necesario, desde hace años, la reorganización de la atención social y sanitaria, lo que hoy todos llaman respuesta sociosanitaria.
Da tristeza lo que supone para la sociedad no haber atendido, como era debido, a este gran colectivo. Es impotencia, es sorpresa, es vergüenza, es, sin dudarlo, falta de coherencia. Nuestra democracia ha tenido un gran fallo y esto, no tengan ninguna duda, tendrá consecuencias sociales, además de las económicas. Ahora, con toda probabilidad, vendrán una tras otra muchas demandas y, el día a día de los juzgados se complicará más, y puede darse el caso que la atención a las personas mayores pueda ser la no adecuada.
Desde mi punto de vista, lo que hay que hacer es ponerse a trabajar planificando una reorganización del sistema social y sanitario que busque una atención adecuada a la gran población de personas mayores. Los políticos no deberían dedicarse a echarse la culpa unos a otros; pierden demasiado tiempo en estos asuntos y, dejan de aportar valor, en hallar soluciones.
No soy nadie para juzgar el comportamiento de los responsables políticos; pero sí soy, como ciudadano, responsable de no exigirles que miren hacia el futuro. Me convierto si no se lo pido en corresponsable de sus errores y equivocaciones.
El futuro es trabajar por establecer una área sociosanitaria en la atención a nuestros mayores. Pero para esto, ya he escrito con anterioridad algún artículo al respecto, hay que ser innovadores, atrevidos y rompedores con lo establecido.
El debate no hay que llevarlo, como pretenden, algunos políticos a que las residencias deben de ser exclusivamente gestionadas por las Administraciones Públicas; tampoco podemos centrarlo en los políticos por su propia incapacidad de saber trabajar en equipo; ni mucho menos en tirarse los trastos a la cabeza, porque aquí siempre habrá defensores de unos o de otros en función de nuestras tendencias políticas. Claro, casi que no lo escribo, el problema no se soluciona cambiando unas competencias de una Consejería a otra; esto para lo único que puede servir es para generar una tensión innecesaria entre clase política. Quizá convenga un nuevo esquema en el organigrama de los Gobiernos Autonómicos que supere la tensión que se da entre la Consejería de Servicios Sociales y la Consejería de Sanidad, cuando existen estas dos Consejerías. Lo sociosanitario debería de depender en esta etapa, que podemos considerar en todas las Comunidades Autónomas de un nuevo redescubrimiento por parte de los responsables políticos, de la Presidencia de los Gobiernos Autonómicos. Esto, a mi entender, superaría los intereses que cada Consejería tiene con respecto a un tema tan sensible como es la atención a las personas mayores, claro que lo sociosanitario no se agota en dar respuesta a las necesidades de este colectivo; pero empecemos por algo concreto y que, por favor, sea con este gran grupo de personas. La importancia del problema, puesto de manifiesto por la pandemia, es buscar un modelo de atención sociosanitario.
Les dejo a los responsables políticos, a partir de esta párrafo, una serie de reflexiones que están recogidas en mi tesis doctoral, y que considero que son muy útiles para articular una respuesta sociosanitaria, al menos, a la gran población de mayores existente en nuestro país. Ellos, se lo merecen, y no pueden ser objeto de intereses políticos derivados de la pandemia.
En cuanto a los artículos de prensa que analicé en mi tesis doctoral, las conclusiones a las que he llegado me llevan a la necesidad de proponer el Modelo de Atención Polivalente Sociosanitario como una herramienta que puede ayudarnos a salir de la dimensión partidista que ejercen los Particos Políticos cuando intentan sacar rédito político a proyectos que deberían ser, sin excusas, de los ciudadanos; por cuanto, un Partido cuando llega a gobernar lo que tiene que hacer es proyectar, de manera conjunta, un proyecto que sume y no que reste. Para esto, ciertamente, hay que tener generosidad.
En el análisis, que hice en la tesis, de los programas electorales de los diferentes Partidos Políticos que concurrían a las elecciones desde el inicio de la democracia hasta las del 2011, he querido extraer aquellos puntos que unen y ayudan a sumar; éstos conllevan una dimensión práctica y “superan” la parte doctrinal que tienen los partidos políticos. Son términos que ponen en evidencia la realidad en la que estamos y nos hacen interrogarnos sobre muchos aspectos, y lo cierto es que son recurrentes poniendo en evidencia varios problemas en el desarrollo de un verdadero Sistema de Atención Social /Dependencia/Sociosanitario.
Debería de existir un progreso, que demostrara que, conforme se avanza en años de democracia, se obtienen soluciones y se plantean nuevas vías y nuevas respuestas ante las necesidades y/o demandas de la población. El ámbito de la Dependencia/Sociosanitario precisa de una respuesta de los Partidos Políticos a una demanda de la población.
La solución no puede ser alejarnos de la búsqueda de respuestas coherentes y solventes, la solución es conjugar un trabajo que tiene que ser conjunto, con una visión estratégica que vele realmente por los intereses de la población, para que ésta pueda tener respuestas adecuadas a las necesidades que se le van planteando en el ámbito de la dependencia y sociosanitario. Nos falta, en esta área, visión estratégica y de conjunto en donde existan objetivos comunes compartidos por todos, y a partir de este momento diseñar un Plan de Actuación que no esté sujeto a los cambios políticos ni a los intereses de cada partido.
Podríamos plantearnos para terminar una cuestión: ¿sumar años de democracia supone también crecer en democracia? La dejo simplemente planteada, porque una reflexión al respecto nos ayudaría a todos a poder valorar con coherencia nuestro sistema político, y lo que la población verdaderamente demanda o pide a los políticos que hagan en el ámbito de la atención a las personas mayores. Por favor, no discutan y discutan, simplemente trabajen con espíritu constructivo, y háganlo con el mayor de los consensos. Todos somos necesarios, empresas, tercer sector y administraciones, para instaurar un buen sistema sociosanitario.