David López Royo Lo imposible puede ser posible
"Es necesario que Pedro Sánchez y Pablo Casado descuelguen el teléfono y hablen. Le tocaría al Presidente hacerlo; pero si éste no lo hace que lo haga Pablo Casado"
"Cuando un país está en la tesitura que se halla España hay que apostar por un liderazgo compartido, no existe otra posibilidad que no sea la de trabajar de manera conjunta"
Estamos a mediados de agosto y quedan quince días para que comience septiembre. Será, posiblemente, un mes muy diferente a los anteriores septiembres. Existe a día de hoy bastante incertidumbre de cómo nos afectará la pandemia que nos está tocando vivir. Se intuye que muchas previsiones quedarán tocadas y esto tendrá consecuencias sociales. La magnitud de las mismas no puede tener una medida o estadística similar a la de otros años, se descubrirá con la propia evolución del Covid19.
La gran mayoría de personas que habitamos en este país nos preguntamos ¿es todavía posible un acuerdo PSOE y PP? Es bueno hacerse ilusiones y responder afirmativamente al sueño de España. Por otro lado también somos conscientes que nuestro actual Presidente con el Presidente del Partido Popular no tiene marcada una agenda de trabajo; pero lo imposible podría ser posible.
Hay que partir que las consecuencias a la que nos está arrastrando la pandemia serán salvables si ambos líderes de sientan en una mesa a negociar; las otras opciones vienen empujadas por intereses populistas y por un afán de división de España. Pero tienen que ser ellos en primera persona.
Si Pedro Sánchez y Pablo Casado se les viera dialogando en una mesa, el 80% de la población empezaría a cambiar la opinión que tienen de los políticos, y se configuraría la certeza de que las consecuencias negativas de los ámbitos económicos, sociales y políticos se podrían superar. Comenzaríamos a vivir una dimensión optimista y la ilusión volvería a nuestros hogares. Lo imposible sería posible. Pero no nos pongamos en posición de futuro; convirtamos este sueño en presente: Lo imposible es posible actualmente.
Para hacer que lo posible esté presente es necesario que Pedro Sánchez y Pablo Casado descuelguen el teléfono y hablen. Le tocaría al Presidente hacerlo; pero si éste no lo hace que lo haga Pablo Casado. No será una humillación, será el compromiso de una persona de estado que mira, ante todo, por España. En ambas posibilidades habrá que superar los asesores que ambos tienen. Desde luego, esto per se, es una gran dificultad a superar. Pero yo quiero creer en la independencia y en la coherencia de su profesión, han elegido servir a España.
Ser persona de estado y ser el líder de la oposición no es antagónico, es, no lo dudemos, lo que se espera de alguien que aspira a ser un día Presidente de España.
Lo mismo vale para Pedro Sánchez, llamar a Pablo Casado no es rebajarse, es cumplir con la responsabilidad que tiene como Presidente de todas las personas que habitamos en España.
Cuando un país está en la tesitura que se halla España hay que apostar por un liderazgo compartido, no existe otra posibilidad que no sea la de trabajar de manera conjunta.
Estamos cansados de que no exista consenso entre el PSOE y el PP, se pierde mucho tiempo en analizar lo que hace VOX y en los líos que tiene Unidas Podemos. Es legítimo que estos partidos quieran aspirar a ser el centro de la política; pero los tiempos que nos están tocando vivir no son para pretender ser el referente en exclusiva, son fuerzas con ideologías muy excluyentes en sus discursos. El presente que necesitamos conlleva rebajar la ideología y proponer propuestas creíbles y factibles. La proclamas populistas no pueden vencer a la cordura y a la razón.
He leído en estos días de descanso, entre otros libros, dos novelas que tienen como fondo la persecución nazi a la comunidad judía; más allá de los personajes que aparecen en estos relatos, se dio una triste realidad, la persecución a millones de personas. Una la escribió Dacia Maraini y se titula "El tren de la última noche", la otra lleva como título "Odessa" escrita por Frederick Forsyth.
Uno de los motivos para iniciar esta terrible aventura del ser humano fue el responsabilizar a los judíos de la crisis política, social y económica que se estaba viviendo en Europa ¡Atención que esto puede repetirse! y, normalmente, se replica en partidos políticos de corte populista. Claro los culpables siempre son los que no piensan como ellos. El argumento es el mismo, el fondo también, los discursos similares, como resultado, un ataque desmedido por quien se considera puro y legitimado. Esto se da en ambos extremos de la izquierda y de la derecha. Ha pasado mucho tiempo desde que en Europa se cometiera el gran error de apostar por el populismo; pero podemos volver a caer en el mismo pozo oscuro y terrible. El comunismo y el fascismo se entrelazan y se mezclan. De ahí la necesidad del consenso entre la socialdemocracia, la democracia cristiana y la tendencia liberal.
Pablo Casado tiene todo el derecho del mundo a intentar llegar a ser el próximo Presidente de España; pero yo le diría que, todavía, no toca. Lo que sí procede es intentar consensuar unos presupuestos con el Partido Socialista Obrero Español. Escribí hace unas semanas acerca de las personas que habían sido elegidas por el PP, considero que son las adecuadas; por favor dejemos que trabajen y busquen el consenso. Este es el presente y esto es posible. Si esto no se logra quienes tenemos derecho a votar sabremos quién habrá sido el responsable.
Yo quiero a un Presidente de Gobierno que busque de verdad en el entendimiento con el Partido Popular, me gustaría descubrir a un Pedro Sánchez que está preocupado por dar una respuesta a los diversos problemas que comenzarán a surgir a la vuelta del periodo vacacional. Necesitamos a un Presidente dispuesto a sentarse varias horas con Pablo Casado. Precisamos una socialdemocracia que quiera construir un país y para ello hay que contar con la mayoría parlamentaria, ésta es la suma del Partido Socialista y del Partido Popular.
Necesitamos a una Partido Popular con Pablo Casado como presidente; pero un presidente que busca consensuar y demostrar que, ante todo, es una persona de estado. Tiene Casado un buen equipo y tiene Alcaldes y Presidentes de Comunidades Autónomas muy validos y competentes. Tiene que hacer equipo con este grupo de personas porque son quienes le darán la medida justa para llegar a ser Presidente de España.
En España se está generando extremismo político y, de verdad, esto no es bueno ni conveniente. Los votantes debemos implicarnos con Partidos Políticos coherentes con nuestra Constitución y que tengan vocación de trabajar en equipo. Lo imposible es posible. Este tiene que ser nuestro presente, no esperemos al futuro; porque se puede ver trastocado por el resultado del desprecio mutuo entre aquellos partidos que deberían haber buscado el consenso y el equilibrio, es decir el PP y el PSOE. Sin duda, en la construcción del presente, Ciudadanos puede jugar un rol muy positivo por cuanto puede hacer posible que en la misma mesa se encuentren ellos, el PP y el PSOE. Lo imposible es posible, no hay que dejar de repetir esta frase. Es más, invito a estos tres partidos en que la conviertan en su titular de trabajo.
Si los líderes de estos partidos tienen vocación de servicio encontrarán la forma y la manera de entenderse; para ello el primer paso es el teléfono. Sencillamente hacer una llamada y ver si el otro responde y, aunque no lo haga, insistir, sí, insistir, por favor.
Es muy fácil devolver la ilusión y la esperanza a un pueblo que comienza a estar abatido por el Covid19. El desempleo crece y la economía desciende; de seguir este camino, muy pronto tendremos un gran problema social. A Pedro Sánchez le queda muy poco tiempo para que pueda controlar, como Presidente, la situación. A Pablo Casado le apremia el tiempo del entendimiento. A Inés Arrimadas le corresponde buscar la manera y la forma de motivar la llamada telefónica.
Casado podrá ser un buen Presidente de España; pero antes nos tiene que demostrar que busca una solución conjunta con el actual Presidente de Gobierno. Pablo hágale descubrir a Pedro que lo importante es trabajar conjuntamente, y que por su parte no va desistir ante la dificultades para lograrlo.
El titular tiene que seguir siendo, lo imposible puede ser posible, porque para que lo imposible sea hoy posible hay que superar un innumerable número de personas que asesoran a ambos, y esto, sin duda, es hoy por hoy algo insuperable ¡Qué pena! porque, al final, gobierna el marketing político y no la sensatez y la coherencia de Pedro Sánchez y de Pablo Casado.
Pedro tiene un reto, construir conjuntamente. Casado tiene un presente y un futuro, demostrar que es un hombre de estado porque de esta manera podrá alcanzar con esfuerzo y tesón, en las próximas elecciones, el ser Presidente de España. En el presente ambos tienen que lograr que lo imposible es posible.
El futuro político de ambos se está jugando actualmente en el presente, y el presente es trabajar conjuntamente.