"El mar es un espacio privilegiado para disfrutar de una belleza particular" Una mirada al mar
"Observar el mar desde la orilla o desde la atalaya de una pequeña montaña te hace avanzar hacia el futuro sin abandonar el presente"
"El mar puede ser previsible, lo que no es nada previsible son las personas que lo surcan"
"Un proyecto de futuro necesita fijar el punto en el horizonte que se pretende alcanzar y, navegar sin miedo"
"La realización de proyectos innovadores implica descubrir que la inmensidad se transforma en la fuerza y en la energía necesarias para poderlos realizar"
"Un proyecto de futuro necesita fijar el punto en el horizonte que se pretende alcanzar y, navegar sin miedo"
"La realización de proyectos innovadores implica descubrir que la inmensidad se transforma en la fuerza y en la energía necesarias para poderlos realizar"
Sentirse envuelto por el mar es como si cualquier persona se dejara perder en un espacio infinito y, una vez dentro del mismo, te arrullara una melodía que te conduce a la paz y a la tranquilidad.
Contemplar el horizonte a la orilla del Mediterráneo es imaginarse que estás en esa fase inicial de dejarse arrastrar por el agua cálida que en este mes de septiembre, todavía, puede acogerte con dulzura y con la esperanza de que se podrá disfrutar de un agradable chapuzón.
Observar el mar desde la orilla o desde la atalaya de una pequeña montaña te hace avanzar hacia el futuro sin abandonar el presente. Este último se construye día tras día intentando cumplir con rigor y con compromiso la misión que todo trabajo justo te encomienda. Cumplir con el objetivo de que las instituciones, cualquiera que éstas sean, no se dejen perder en el inmovilismo es un reto que hay que marcarse en el trabajo diario, sobre todo para que el futuro no termine agotando a las mismas.
Cualquier proyecto precisa de la voluntad decidida, por parte de quienes tienen la responsabilidad de desarrollarlo, de lograr que el futuro se construya desde el presente. No es tarea fácil, y mucho menos alejada del sufrimiento y del compromiso. Un proyecto de futuro necesita fijar el punto en el horizonte que se pretende alcanzar y, navegar sin miedo; pero sabiendo que habrá que superar las sorpresas que el mar pueda marcar.
Concretar el punto no es fácil, dado que esto supone intentar mejorar lo existente y, es aquí, en donde comienzan las primeras dificultades. Quien quiera empezar el camino de la renovación debe contemplar el mar observando cómo cada ola que llega a la orilla, en este recorrido, imprime una impronta particular; sin duda cada una alcanza su meta realizando su propio dibujo en la arena, ninguno es exactamente igual. Todo esto te advierte de que el infinito mar es inmenso, y ante esta realidad es muy importante tener claro el punto que te hayas marcado alcanzar. Sin embargo nunca hay que perder la confianza de que el objetivo se alcanzará, hay que dejar que el tiempo vaya ganando espacio porque cada segundo que pasa, cuando lo que se ha pretendido es proyectar el logro de un bien, ayudara a que la razón y el sentido común se impongan. Innovar es dar espacio a la capacidad de razonar.
El mar nos da la oportunidad de poder disfrutar de una travesía en donde el tiempo se confunde con la inmensidad del agua que forma parte del mismo. Pero cada recorrido que se trace en el mar conlleva la superación de las sorpresas que el propio mar te pueda dar. Es verdad que cada mar y cada océano tienen su particularidad. El mar Mediterráneo nos invita a adentrarnos sin miedo, porque cada milla que se recorre sobre el mismo te ofrece la oportunidad de descubrir lugares especiales, acaricia islas y baña costas de países que manifiestan el esplendor de una historia que ha marcado la existencia de sus habitantes.
El mar puede ser previsible, lo que no es nada previsible son las personas que lo surcan y esto puede hacer mucho daño a la ruta marcada porque desviarse de la misma puede hacer perder al navegante el punto fijado en el horizonte.
El mar es un espacio privilegiado para disfrutar de una belleza particular porque al interpretar lo que puede significar cada gota de agua que lo configura nos adentramos en lo desconocido, al mismo tiempo que te hace disfrutar de la inmensidad que te rodea.
La realización de proyectos innovadores implica descubrir que la inmensidad se transforma en la fuerza y en la energía necesarias para poderlos realizar; pero también implica el ser conscientes que su desarrollo podrá ser azotado por la fuerza de unas olas difíciles que quieren dificultar la innovación y, por tanto, el futuro. No obstante, no se puede olvidar, que la historia que baña y acaricia el mar Mediterráneo se ha construido con el sufrimiento de miles de personas que quisieron lo mejor para sus tierras y habitantes, y sin embargo tuvieron que superar, a veces, hasta con su vida las barreras de quienes no querían perder su estatus y poder.
Disfrutar del horizonte contemplando el mar Mediterráneo te puede dar la tranquilidad de que cada proyecto, que conlleva la innovación, puede hacer posible que las cosas comiencen a cambiar. Sin duda, es más beneficioso dejarse arrullar por el mar que contemplarlo y no disfrutar de su misterio, cada proyecto innovador implica romper con lo que no está bien orientado y orientarse hacia el infinito buscando el punto fijado.