25 años de Madres de la Candelaria-Línea Fundadora Álvaro, un padre entre las Madres de la Candelaria

Álvaro, un padre entre las Madres de la Candelaria
Álvaro, un padre entre las Madres de la Candelaria

Este sábado, marzo 16, celebramos en el Museo Casa de la Memoria de Medellín 25 años de lucha de las Madres de la Candelaria, Línea Fundadora.

Siempre fieles, los miércoles, al medio día, en el atrio de la iglesia de la Candelaria en el Parque Berrío, con las fotos de las víctimas, haciendo visibles a tantos hombres y mujeres que los poderes de la muerte quisieron borrar.

Quiero resaltar, a un padre entre ellas, uno que siempre está presente, uno que no se cansa, uno que siempre busca, a don Álvaro González Serna.  La mayoría de los desaparecidos son hombres y las mujeres son comúnmente las buscadoras; aquí hay un hombre que busca y verlo entre las mujeres es excepción. 

Álvaro perdió a su hijita, Vanesa González Quintero, de sólo seis años, el 21 de julio de 1997.

Tráfico humano, otra violencia que se añade a las muchas otras que hacen desaparecer a los seres humanos en Colombia.

Tenemos que seguir buscando, buscando con don Álvaro González Serna y con todas las madres.  Mientras hayan desaparecidos, Dios también estará desaparecido.

Este sábado, marzo 16, celebramos en el Museo Casa de la Memoria de Medellín 25 años de lucha de las Madres de la Candelaria, Línea Fundadora.  Amparo Mejía, defensora de los derechos humanos y voz de las víctimas, junto a otras muchas madres, buscando a los desaparecidos, acompañando a las familias que han perdido a sus seres queridos y que no saben su paradero, gritando en las calles y preguntando por ellos; siempre fieles, los miércoles, al medio día, en el atrio de la iglesia de la Candelaria en el Parque Berrío, con las fotos de las víctimas, haciendo visibles a tantos hombres y mujeres que los poderes de la muerte quisieron borrar.

Madres de la Candelaria Línea Fundadora
Madres de la Candelaria Línea Fundadora

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Es la celebración de las Madres de la Candelaria y quiero resaltar, a un padre entre ellas, uno que siempre está presente, uno que no se cansa, uno que siempre busca, a don Álvaro González Serna.  La mayoría de los desaparecidos son hombres y las mujeres son comúnmente las buscadoras; aquí hay un hombre que busca y verlo entre las mujeres es excepción. 

Álvaro perdió a su hijita, Vanesa González Quintero, de sólo seis años, el 21 de julio de 1997.  Se la arrebataron de sus manos, en su casa de San Cristóbal, en las afueras de Medellín; él trató de ir tras los que se la llevaban, dice él que eran paramilitares y que alguno de su parentela estaba aliado con ellos; no los pudo seguir, apuntándolo con una pistola, lo hicieron devolver.  Él no se ha cansado de buscar, anhela abrazar a su hija; todos los días la piensa, se pregunta cómo está, en manos de quién está; se la imagina, la sueña, la espera. 

Ha sabido algunas cosas de su hija, supo que fue víctima de tráfico humano, que después de que la raptaron fue a parar algunas veces al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, y que de allí, no se explica él cómo, volvía a quedar en manos de los traficantes; supo también que la niña había sufrido violencia sexual y que fue maltratada; que la sacaron después del país, trata de personas, y que el 28 de noviembre de 1998, fue a dar a los Estados Unidos.

Alvaro Gonzalez y Madres de la Candelaria
Alvaro Gonzalez y Madres de la Candelaria

Tráfico humano, otra violencia que se añade a las muchas otras que hacen desaparecer a los seres humanos en Colombia.  Álvaro, que cuenta toda esta historia y que nos conmueve termina con dolor y dice: “la voluntad de todos nosotros es mucha y muy grande, la de las instituciones es cero… es como si estuvieran desapareciendo algo sin vida ni significado…”.

El 30 de agosto de 2022, precisamente en la semana de los desaparecidos, recibimos una buena noticia que difundió el periódico El Colombiano y otros medios regionales, a y nos alegramos, alguien había visto la muchacha en Nueva York y Álvaro tuvo certeza de que realmente se trataba de ella.  Todo parecía solucionado y hubo fiesta.  Pero vino la desilusión, trabas inexplicables han impedido que el papá y la hija se puedan encontrar; y ella sigue perdida, y Álvaro, un padre entre Las Madres de la Candelaria, sigue buscándola. El país del norte construyó un muro para que los pobres no puedan entrar en su territorio y Álvaro es pobre; no ha recibido una visa humanitaria, no ha tenido apoyo para viajar y dar con ella.  Pudieron sí pasar los que traficaban con la niña, llevándosela lejos de su papá; por lo visto los traficantes si tienen visa. 

Este padre entre las madres buscadoras no pierde la esperanza, se le quiebra la voz cuando hace memoria y recuerda a su hija; años de frustración y rabia, años de resistencia y resiliencia; el siempre lleva la foto de su hija, retrato vibrando al ritmo de las palpitaciones de su corazón, y dice: “Tener a mi hija siempre en el pecho es tenerla siempre presente, tenerla siempre visible, tenerla siempre en mi corazón, de que estoy buscándola, de que sigo luchando por ella, por sus derechos, por toda la revictimización que hubo contra ella, por todas las infamias contra ella, por eso siempre la tengo es pegada a mi pecho, para tenerla visible siempre”.

Alvaro González, Foto de El Colombiano
Alvaro González, Foto de El Colombiano

Tenemos que seguir buscando, buscando con don Álvaro González Serna y con todas las madres.  Mientras hayan desaparecidos, Dios también estará desaparecido.  Madres de la Candelaria Línea Fundadora, don Álvaro, reciban nuestro abrazo; ustedes, su búsqueda, nos han mantenido humanos.

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