Debido a la inmovilización decretada los días 1-4 de abril, en Indiana hemos celebrado el Triduo Pascual entero, en una sola liturgia, el Miércoles Santo Max mix de Semana Santa
Nos quedamos moderadamente satisfechos: “es mejor que nada”. Creo que a los participantes les gustó el popurrí y les ayudará vivir estos días con más profundidad. Pueden seguir los oficios por facebook, pero ni por asomo eso puede reemplazar al encuentro personal, estar juntos en comunidad, ver, oír, oler, tocar y gustar… Accedemos a la realidad por la sensibilidad, y también así conectamos con Dios, que eligió dejarse encontrar por las mediaciones físicas y no por las pantallas. De hecho se entregó como alimento, nada más concreto y cotidiano.
Este año el gobierno ha decretado inmovilización total obligatoria del 1 al 4 de abril, los días feriados de Semana Santa. No puede haber actos religiosos a pesar de que la provincia de Maynas ya pasó de riesgo “extremo” a “muy alto”. Pero como Lunes, Martes y Miércoles Santo sí podíamos abrir la iglesia al 20% de aforo, pensé: ¿y si celebramos todo el Triduo Pascual entero, de un golpe, en una sola liturgia el miércoles?
La idea no es nueva, ya he perpetrado otras veces popurrís pascuales en andanzas por pueblos lejanos (ver por ejemplo, la entrada del11 de abril de 2015), de modo que compuse el esquema e incluso lo enviamos a todos los misioneros del Vicariato, por si les servía. Lo llamo “max mix” por aquellos discos con mezclas de canciones discotequeras que pegaban en mi adolescencia*. Por favor, Luis Fernando Álvarez, mi querido profesor de Liturgia, no sigas leyendo.
La super-celebración de anoche tuvo tres partes: la Cena del Señor, la Pasión y la Resurrección. Empezaba con un canto, la oración colecta del Viernes Santo y de frente a las dos primeras lecturas del Jueves: el Éxodo (la huida de Egipto) y 1 Cor 11 (la institución de la Eucaristía contada por Pablo). Un comentario y, para concluir la Cena, una presentación del pan y del vino que se colocaron sobre el altar desnudo, y en los que todos ofrecíamos nuestras vidas.
Tras una monición para que el personal no se perdiera demasiado, se leyó de manera dialogada un trozo de la Pasión, concretamente Jn 19, 16b-30. Otras breves palabras del presidente, y a continuación la Oración Universal propia del Viernes. La cruz hizo su entrada entonces desde el fondo de la iglesia, en silencio; una cruz de remocaspi (madera dura) portada por dos personas. De ahí los parroquianos se fueron levantando, sin aglomerarse, para llegar al pie de la cruz y adorarla. Según el protocolo no se podía tocar, pero los gestos fueron bien elocuentes y sentidos. Un par de familias veneraron la cruz todos al unísono, y eso me encantó.
Seguidamente, la Resurrección: con el cirio pascual ya prendido, se bendijo el fuego y, mientras yo iba por el pasillo pasando la luz a la gente, se cantaba el Pregón (Luis, te advertí que no continuaras); al final acabamos cantando todos el aleluya con las llamas alzadas. La foto está un poco movida, pero nadie se meneó de su sitio, igual que en el momento de la renovación del Bautismo, en que hice la aspersión simple. La bendición del agua y la liturgia eucarística discurrieron conforme a las rúbricas. Total: hora y cuarto. Sintético pero eficaz.
Nos quedamos moderadamente satisfechos: “es mejor que nada”. Hubo textos centrales, pero por reducir nos perdimos lecturas preciosas y típicas (el Siervo de Yahvé, la creación…). Logramos hacer algunos ritos únicos propios de estos días, como la adoración de la cruz, que siempre es una experiencia densa; pero en general, por el poco tiempo y la necesidad de condensar, muchos elementos no pudimos armarlos como a mí me gusta: partir y compartir un gran pan ázimo, escenificar el lavatorio de los pies, preparar una hoguera para ir en procesión con las velas encendidas, acercarnos a la pila para brindarnos el signo del Bautismo recíprocamente, por parejas o por grupos…
Creo que a los participantes les gustó el combo y les ayudará vivir estos días con más profundidad. Pueden seguir los oficios por facebook, pero ni por asomo eso puede reemplazar al encuentro personal, estar juntos en comunidad, ver, oír, oler, tocar y gustar… Accedemos a la realidad por la sensibilidad, y también así conectamos con Dios, que eligió dejarse encontrar por las mediaciones físicas y no por las pantallas. De hecho se entregó como alimento, nada más concreto y cotidiano.
Como posiblemente la Pascua sea lo que más me gusta, este max mix se me hizo muy corto y fugaz, me quedé con ganas de más. Extrañé mucho celebrar con el pueblo el año pasado, por eso anoche agradecí la oportunidad, y no pude evitar pensar sobre la marcha en cómo podríamos organizar esto o aquello en 2022… Deformación profesional y afición.
En fin, les deseo unos bonitos días. Felizmente en la resurrección no hay recortes, compendios ni resúmenes, solo plenitud. ¡Feliz Pascua!
* Un megamix parte de la idea de un collage musical y sonoro, en el que el productor combina elementos de diferentes canciones para crear un conjunto unitario; se trata de mezclar canciones de una manera estética y original. Así fue elaborado el Max Mix, el primer megamix español publicado en 1985 hasta 2008 y 2010 (ver en Wiki).