"Ha despertado nuestra capacidad de sonreír y de soñar en un futuro mejor" Papa Francisco: 10 años de esperanza transformadora
"Sabe que es la Curia Romana es uno de los grandes problemas, porque es una curia que vive en el confort, en el lujo, en la corrupción en todos los ámbitos y al servicio de los grandes poderes económicos. Sabe que va a ser la Curia Romana su gran enemigo"
"Francisco pone rostros a los empobrecidos, pero, también pone rostro y señala a los que provocan este sufrimiento, a los que provocan la muerte y destruyen el planeta"
"Francisco ha escuchado el clamor de los pobres, los gritos de los que se ahogan en el mar huyendo de la guerra y de la miseria. Ha escuchado el grito de la clase trabajadora que pide un trabajo digno"
"No es de extrañar que desde los lobbies financieros y económicos, juntos a determinados cardenales, quieran derrocarlo y condicionar el próximo cónclave, para recuperar a esa Iglesia triunfante y al servicio del capitalismo neoliberal"
"Francisco ha escuchado el clamor de los pobres, los gritos de los que se ahogan en el mar huyendo de la guerra y de la miseria. Ha escuchado el grito de la clase trabajadora que pide un trabajo digno"
"No es de extrañar que desde los lobbies financieros y económicos, juntos a determinados cardenales, quieran derrocarlo y condicionar el próximo cónclave, para recuperar a esa Iglesia triunfante y al servicio del capitalismo neoliberal"
| Joaquín Sánchez, sacerdote
Se convoca el cónclave para sustituir al papa Benedicto XVI y, ante las luchas entre las opciones más conservadoras y sus desacuerdos, sale elegido Jorge Bergoglio. Este dato es importante, porque Bergoglio no debe su papado a ninguna negociación, a ningún mercadeo de poder, sino a una elección libre, ante la cual él afirmó: “Ustedes sabrán lo que han hecho, porque ustedes me conocen”.
Y, en efecto, arranca su papado eligiendo el nombre de Francisco de Asís, el primer Papa que elige este nombre, para señalar que su pontificado va a estar atravesado por conseguir la paz, por la defensa de los empobrecidos, por amar la creación, por construir una iglesia pobre, de los pobres y con los pobres. Deja claro que los desposeídos, los desheredados van a ser el centro de su ministerio, no como una opción personal, sino una opción obligada que nace de los evangelios y de la Doctrina Social de la Iglesia. Y, lo hace desde el primer momento: Su salida al balcón lo hace con una vestimenta sencilla, no quiere oropeles, con una sonrisa, con sus propios zapatos viejos y pidiendo a los creyentes que recen por él.
Se queda en la residencia de Santa Marta y renuncia a la gran habitación papal, ante sorpresa y enfado de la curia. Se pone en marcha inmediatamente, porque los problemas del Vaticano no tienen espera y sabe que es la Curia Romana es uno de los grandes problemas, porque es una curia que vive en el confort, en el lujo, en la corrupción en todos los ámbitos y al servicio de los grandes poderes económicos. Sabe que va a ser la Curia Romana su gran enemigo. Y, lo primero que hace es una reforma de la economía para que no sea un paraíso fiscal del dinero proveniente de los negocios como es el tráfico de drogas, la venta de armas y la trata de seres humanos
Su experiencia argentina, con sus luces y sus sombras, va a estar muy presente. El sufrimiento de millones de personas es su punto de partida, un sufrimiento que nace de la avaricia, de la codicia, de la ambición, del engaño, de la manipulación y de la violencia de las élites sociales, económicas, financieras y militares con la complicidad de dirigentes políticos y religiosos. Francisco pone rostros a los empobrecidos, pero, también pone rostro y señala a los que provocan este sufrimiento, a los que provocan la muerte y destruyen el planeta.
Y, va más allá, señalando que el sistema actual económico mata y excluye a la persona. Es un sistema que descarta a la persona, como recoge en su encíclica Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio). Denuncia con mucha fuerza que es un sistema que idolatra el dinero y pone al servicio del dinero toda la existencia, incluido lo religioso. Es un mensaje tan directo, tan cercano, tan claro y tan profético que molesta a los amos de este mundo y ponen al Papa Francisco en su punto de mira.
Francisco ha escuchado el clamor de los pobres, los gritos de los que se ahogan en el mar huyendo de la guerra y de la miseria. Ha escuchado el grito de la clase trabajadora que pide un trabajo digno. Ha escuchado el grito de las familias que le han arrebatado su vivienda, que le han expulsado de su tierra. Son las tres “T” del Encuentro Mundial de los Movimientos Populares: “Ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ninguna persona sin la dignidad que le da el trabajo”. Y, desde este clamor defiende que la política debe estar al servicio de la dignidad humana, del bien común y del cuidado de la casa común. Francisco escucha la voz de los movimientos sociales, de los se comparten la vida con los empobrecidos, luchan cada día por la transformación del mundo desde la no violencia para que reine la paz, la justicia social, la libertad y la fraternidad. Escucha a los pobres y calla a los ricos.
Alguna persona me ha preguntado por qué Francisco tiene un gran reconocimiento y otros papas, habiendo escrito encíclicas muy profundas y proféticas tienen bastante menos reconocimiento. Les respondo que el Papa Francisco tiene un mayor reconocimiento fuera de la iglesia que dentro. El reconocimiento viene dado por su coherencia entre lo que escribe y lo que hace. Su credibilidad es que habla de los pobres y está al lado de los pobres, en conflicto con los que provocan la pobreza. Les digo que el papa Francisco no es muy aceptado dentro de la Iglesia, incluso, tiene una gran oposición y abierta, cuyos representantes son los cardenales, entre otros, Burke, Müller, Sarah, Rouco Varela. Le acusan de hereje, de antipapa, de comunista, de heterodoxo, hasta alguno lo degrada como Papa y lo llama ciudadano Bergoglio.
De hecho, el cardenal Sarah cuestionó la última encíclica de Francisco, Fratelli Tutti (Todos Hermanos). Una encíclica que denuncia el racismo la xenofobia, el rechazo a los pobres y que nos pide que acojamos los inmigrantes y a los refugiados. Y, como dice Francisco que su pretensión en esta encíclica es: “un humilde aporte a la reflexión para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras”. No es de extrañar que desde los lobbies financieros y económicos, juntos a determinados cardenales, quieran derrocarlo y condicionar el próximo cónclave, para recuperar a esa Iglesia triunfante y al servicio del capitalismo neoliberal, de un Dios convertido en el becerro de oro.
Hay que reconocer que el sacerdocio de la mujer ha quedado fuera de su pontificado al igual que el celibato opcional. Reconoce que no le queda más fuerza para iniciar este proceso, aunque ha dado pasos importantes, entre ellos, el Sínodo, donde ha querido dar la voz al laicado para poner los pilares para construir una iglesia más comunitaria y evangélica.
Creo que el papa Francisco ha sido, porque lo ha vivido en cada decisión actuación, esperanza, rebeldía y humanización desde una fe profunda y honda en Jesucristo, como camino de fraternidad, de caridad social y política, de justicia, de libertad, de paz y de reconciliación. Ha despertado nuestra capacidad de sonreír y de soñar en un futuro mejor, en contra de la globalización de la indiferencia.
Francisco ha sido esperanza transformadora porque ha dado vida a las palabras, no es un demagogo del evangelio y eso es insoportable para las élites económicas, financieras y sociales que pensaban que tenían a la Iglesia en nómina, a su servicio. Por todo esto, solo nos queda decir “Gracias Papa Francisco” y, a la misma vez, traducir esa fe profunda y manifestada con tanta coherencia en compromiso en nuestras vidas.
Termino este reconocimiento utilizando una petición de Francisco en los diversos encuentros mundiales de movimientos populares: A los creyentes le digo que pidan por mí y a los no creyentes que me manden ondas positivas. Por eso, como creyente pido por Francisco.