“Las monjas han tomado una decisión ilegítima por unilateral y no dialogada” Ángel Santamaría, párroco de Belorado: “Aquí, nadie defiende a las monjas, principalmente por los compañeros de viaje que han elegido”
“La mayoría de las personas de Belorado y pueblos de alrededor están perplejos. No sé esperaban algo así. En ningún momento dieron pistas de lo que hicieron”
"No sé explican cómo unas monjas jóvenes y universitarias han podido caer en esas manos”, dice el sacerdote
“Al principio creía que era lo económico, que estaban agobiadas y que habían creído a estos tipos. Pero hacerse monja de clausura, dejarlo todo... y abandonar la Iglesia por dinero tampoco me cuadra”
"La gente siente que ya no hay vuelta atrás y que, pase lo que pase, es muy probable que Belorado pierda un monasterio que lleva aquí siglos”.
“Al principio creía que era lo económico, que estaban agobiadas y que habían creído a estos tipos. Pero hacerse monja de clausura, dejarlo todo... y abandonar la Iglesia por dinero tampoco me cuadra”
"La gente siente que ya no hay vuelta atrás y que, pase lo que pase, es muy probable que Belorado pierda un monasterio que lleva aquí siglos”.
“Fui el primer sorprendido de la decisión de las monjas”. Y eso que Ángel Santamaría Saiz seguramente es una de las personas que mejor las conoce por dos razones: por ser párroco de Belorado, el lugar donde está enclavado el monasterio de las clarisas, y, además, capellán de las ahora religiosas cismáticas.
Y por eso está tan dolido y, siendo jovial pero discreto por naturaleza, se resiste a salir en los ‘papeles’: "Pon una foto de la parroquia". Lo suyo es ser un cura de pueblo, que vive al lado de su gente “las luchas, las alegrías y las penas", como dice la oración a Jesús Obrero de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), el movimiento del que es consiliario.
Sorprendido y dolido, como todos sus feligreses de Belorado y de las otras 24 parroquias del entorno a las que sirve, junto a su compañero Norberto. “La mayoría de las personas de Belorado y pueblos de alrededor están perplejos. No sé esperaban algo así. En ningún momento dieron pistas de lo que hicieron”, dice Santamaría.
La gente de los pueblos de la zona es incapaz de entender a las que, hasta hace poco tiempo, eran ‘sus’ monjas. “Aquí, nadie las defiende en lo que hacen, principalmente por los compañeros de viaje que han elegido. No sé explican cómo unas monjas jóvenes y universitarias han podido caer en esas manos”, dice el sacerdote.
Al propio padre Santamaría le cuesta entenderlo: “Al principio creía que era lo económico, que estaban agobiadas y que habían creído a estos tipos. Pero hacerse monja de clausura, dejarlo todo... y abandonar la Iglesia por dinero tampoco me cuadra”.
Y, como es lógico, al ser el párroco del pueblo y, además, capellán del monasterio, todos sus feligreses le cuestionan sin parar sobre las clarisas: “Cuando me preguntan, trato de explicarles que las monjas han planteado un debate legal, abierto hace 2000 años: Tradición frente a actualización. Pero han tomado una decisión ilegítima por unilateral y no dialogada”.
Pero la gente no acaba de creerse que sus monjas de toda la vida, a las que les llevan cestas de huevos, para que recen y haga buen tiempo, cuando se les casa un familiar, quieran irse de la Iglesia. Les apena el tema, les duele salir en los medios de comunicación de medio mundo por ese motivo y, como matiza el cura, “sienten que ya no hay vuelta atrás y que, pase lo que pase, es muy probable que Belorado pierda un monasterio que lleva aquí siglos”.
Encima, Ángel Santamaría sabe que, en caso de que se proclame la excomunión de las 10 monjas cismáticas, será él el encargado de leer los decretos en la iglesia, para que la gente del pueblo se entere y sepa a qué atenerse en adelante en su trato con las monjas que dejarían de ser monjas católicas. Y, resignado, ante el papel nada grato de excomulgador: “En lo de leer las excomuniones, lo que me digan”.