El arzobispo de Madrid preside la misa de celebración de santo Tomás de Aquino en San Francisco el Grande Cardenal Cobo: "No solo las palabras, sino también las acciones, hablan de Dios"

Cardenal  José Cobo
Cardenal José Cobo

"No debemos conformarnos con una visión reduccionista del ser humano que ignore sus inquietudes más profundas", aconsejó el arzobispo en su homilía, que se ha querido centrar en la "preocupación existencial" de Santo Tomás de Aquino por "la verdad de la vida"

La celebración ha congregado en el templo a profesores y alumnos de la universidad y estuvo concelebrada por José Tolentino de Mendonça, Juan Antonio Martínez Camino, Juan Antonio Aznárez Cobo y Nicolás Álvarez de las Asturias

El arzobispo hizo un llamado especial a los presentes: "Que nuestro estudio no sea un ejercicio de erudición, sino el mejor modo de aprender a contar santamente a Dios con nuestra propia vida, con la verdad de nuestra existencia"

Los actos empezaron en la Universidad Eclesiástica San Dámaso (UESD) con una ponencia del cardenal José Tolentino de Mendonça y la entrega de las medallas de plata de la Universidad a la promoción 1999-2000 con ocasión de los 25 años de su graduación

(Archimadrid).- «No solo las palabras, sino también las acciones, hablan de Dios», así lo ha expresado el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, en la Misa que ha presidido, en la Real basílica de San Francisco el Grande con motivo de los actos para la festividad de santo Tomás de Aquino. La celebración ha congregado en el templo a profesores y alumnos de la universidad y estuvo concelebrada por el cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación; el obispo auxiliar, Juan Antonio Martínez Camino; el arzobispo castrense, Juan Antonio Aznárez Cobo; el rector de la UESD, Nicolás Álvarez de las Asturias.
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Los actos empezaron en la Universidad Eclesiástica San Dámaso (UESD) con una ponencia del cardenal José Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, y la entrega de las medallas de plata de la Universidad a la promoción 1999-2000 con ocasión de los 25 años de su graduación.

Durante la homilía, el arzobispo de Madrid se ha querido centrar en la «preocupación existencial» de Santo Tomás de Aquino por «la verdad de la vida», una verdad «que proviene de Dios en quien todo conocimiento encuentra su fundamento. Una verdad que consiste simplemente en caminar por ella ajustándose a la ley de Dios y llevar una vida recta conforme a la razón y a la voluntad del Señor». El cardenal José Cobo resaltó la importancia del silencio y la contemplación en la vida de santo Tomás para responder a las preguntas fundamentales de la existencia: «¿Quién eres? ¿Dónde quieres ir? ¿Qué quieres hacer con tu vida?».

«Estas preguntas solo se pueden procesar en un ambiente de silencio y contemplación. Es el ambiente donde sonaron las preguntas fundamentales desde su infancia. Si no hay silencio, si no nos ponemos delante de Dios con honradez, no escucharemos ni encontraremos la verdad de la vida», ha subrayado el arzobispo de Madrid.

San Damaso

El cardenal también hizo énfasis en el valor del diálogo – tanto con los maestros antiguos, a quienes Tomás consideraba sus predecesores intelectuales -, como con Dios mismo, a través de la oración. Esta interacción permitió al santo comprender que la fe y la razón son caminos complementarios para alcanzar el conocimiento y la plenitud del ser humano: «No debemos conformarnos con una visión reduccionista del ser humano que ignore sus inquietudes más profundas. Tomás luchó por la vocación que descubrió, incluso contra la oposición familiar que le quería abad de Montecasino».

Cobo destacó el compromiso y la vocación de Santo Tomás, quien, a pesar de la oposición familiar, se mantuvo fiel a su misión como fraile mendicante de la Orden de Predicadores: «He tomado la decisión de dedicarme sólo a exponer la verdad de la fe católica, de modo que no sólo mis palabras, sino mis acciones hablen de Dios». «Esa es la clave: que no solo las palabras, sino también las acciones, hablen de Dios. San Pablo VI repetía que el mundo necesitaba más testigos que maestros. En Jesús se da la síntesis más perfecta del testimonio y del magisterio. La elocuencia de los signos y la claridad autorizada de sus Palabras», ha remarcado el arzobispo de Madrid.

En su mensaje, el arzobispo de Madrid hizo un llamado especial a los presentes para que, al igual que Santo Tomás, se conviertan en «transmisores del Verbo de la verdad» – como dice el lema de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso - y en «acompañar vitalmente a la búsqueda del sentido de la vida, sin recetas ni respuestas simplistas a cuestiones profundas».

«Queridos amigos, que el ejemplo de Tomás de Aquino nos ayude a poner todo el empeño en estudiar y al mismo tiempo todas las energías en que nuestro estudio no sea un ejercicio de erudición, sino el mejor modo de aprender a «contar santamente a Dios» con nuestra propia vida, con la verdad de nuestra existencia».

Tolentino San Damaso 1

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