Entrevista al arzobispo de Santiago de Compostela tras su encuentro con Francisco Francisco José Prieto, al Papa: "Santiago sigue esperando que su amigo Pedro lo vaya a visitar"
"Es un Jubileo que nos invita a ser peregrinos de esperanza (...). Necesitamos desterrar miedos, suavizar tensiones y caminar todos bajo una esperanza que no declina en cuanto a un horizonte hacia el que esta humanidad tiene que encaminarse de nuevo"
"Tengo la esperanza de una Iglesia que sea y siga siendo un hogar acogedor. Que seamos verdaderamente sacramento de encuentro y de salvación, en perspectiva también sinodal, que la necesitamos, y ojalá una escuela de comunioón, sin máscaras ni hipocresías"
"Los migrantes no pueden convertirse en un arma política. Ya acumulan bastante dolor por el desarraigo y el abuso de las mafias, como para sumar el dolor de la tensión política. Acojámoslos desde la legalidad y en fraternidad"
"Los migrantes no pueden convertirse en un arma política. Ya acumulan bastante dolor por el desarraigo y el abuso de las mafias, como para sumar el dolor de la tensión política. Acojámoslos desde la legalidad y en fraternidad"
"Santiago sigue esperando que su amigo Pedro lo vaya a visitar". Estas fueron las palabras del arzobispo de Compostela, Francisco Prieto, durante su reciente encuentro con el Papa, acompañando a la comunidad del Seminario Interdiocesano de Galicia, uno de los primeros 'frutos' de la reforma implantada por Roma para la Iglesia española. Un Papa al que vio "fluido, libro, con empatía y capacidad de escucha y de respuesta", que dejó a un lado el mensaje preparado y dedicó tiempo a las preguntas de los seminaristas, a quienes pidió "ternura, compasión y cercanía".
"Tengo la esperanza de una Iglesia que sea y siga siendo un hogar acogedor. Que seamos verdaderamente sacramento de encuentro y de salvación, en perspectiva también sinodal, que la necesitamos, y ojalá una escuela de comunioón, sin máscaras ni hipocresías" sueña Prieto en una imaginaria 'Carta a los Reyes Magos', en la que también ruego por el fin de la violencia, de las polarizaciones y del maltrato político y social a los migrantes. Y, entre los cristianos, que "cuando pronunciemos el 'Creo' de nuestra fe, lo hagamnos como un 'Creemos', en plural, como una armonía de voces".
¿Cómo fue el encuentro con el Papa?
La primera impresión es que, con él, enseguida se suscita un diálogo fluido, libre, desde una empatía que brota fundamentalmente de su capacidad de escucha y de respuesta a los interrogantes. Junto a las palabras de saludo, hubo un momento de diálogo con los seminaristas muy interesante. Ellos le plantearon sus retos de futuro, su formación como pastores. Y de las respuestas del Papa, destacaría dos elementos clave: p. Por una parte, el Papa destaca siempre la necesidad de esa 'percha humana', esos valores sobre los que debemos construir nuestra vida como pastores del pueblo de Dios. Insiste mucho en esas cualidades, sobre todo la ternura, la compasión y la cercanía. Pero al mismo tiempo en sus respuestas recalcaba la necesidad de una vida centrada.
Él aludía a su encíclica reciente, la Dilexit Nos, centrada en el corazón de Cristo y por lo tanto con los mismos sentimientos de Cristo. Ternura, compasión y cercanía, pero no como meras emociones humanas, pero fundamentalmente desde una vida espiritual profunda y saludable. Esas fueron las claves que se llevaron.
Sabes que él ejemplifica con anécdotas, experiencisa de su vida, fíjate tú, como jesuita, sacerdote, como obispo, arzobispo... Y como Papa, su experiencia de Iglesia es extraordinaria y profunda. Creo que fue un encuentro muy didáctico, muy cercano. Ahora tenemos que ahondar, adquirir, fundamentar bien las cualidades humanas como pastores. En medio del pueblo de Dios, tienen que realizarse en una vida espiritual profunda, de corazón a corazón. Del corazón del seminarista, del corazón del pastor, al corazón del buen pastor que es Cristo el Señor.
Desde Compostela a Roma, de Santiago a Pedro...
Hay una vinculación de Roma con Santiago, en sus palabras quedó explícito, y nosotros le obsequiamos con dos regalos. Uno es una hermosa litografía de Santiago Peregroino, que le gustó especialmente. Ya hicimos patente en los dos obsequios que le regalamos al Santo Padre. Una es una hermosa litografía, alusiva a la imagen de Santiago Peregrino, que le gustó especialmente. Yo trataba de explicarle dos escenas a los pies. De un lado, la Traslatio de los restos del apóstol desde las tierras de Palestina hasta Galicia. Del otro, el descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago por el abad Pelayo y el obispo Teodomiro en el siglo IX. Y después le regalamos un libro magnífico sobre el Pórtico de la Gloria, donde también aparecen esos dos discípulos vinculados por la llamada del Señor.
¿Vendrá el Papa a Santiago?
Santiago fue el primer discípulo que dio la vida por el Señor, y yo le dije, con cierto humor, que 'Su amigo Santiago sigue esperando que Pedro lo vaya a visitar'. Le reiteré la invitación a que ojalá pueda admirarlo de nuevo. Veremos.
¿Qué le contestó el Papa?
No hubo una respuesta explícita, pero sonrió cuando le dije que ojalá pueda contemplar el Pórtico de la Gloria. No perdemos la esperaqnza, como dice el mismo jubileo del 2025 y para el jubileo de 2027. Oye, quién sabe, en eso seguimos confiando.
¿Qué espera del Jubileo que está a punto de empezar?
Es un Jubileo que nos invita a ser peregrinos de esperanza. Hago mías la invitación que hace el Papa en la bula de convocatoria: que podamos vivir en y bajo una esperanza que no declina. Creo que es una invitación que puede acoger toda la humanidad. Para los creyentes, la esperanza es Cristo mismo, pero toda la humanidad necesita ahora más que nunca no verse aprisionada o excesivamente tensionada. Necesitamos desterrar miedos, suavizar tensiones y caminar todos bajo una esperanza que no declina en cuanto a un horizonte hacia el que esta humanidad tiene que encaminarse de nuevo.
Este jubileo, además de todo ese vivir la comunión con Roma, con Pedro, el encuentro jubilar, universal, de los peregrinos por distintas realidades, eclesiales, pastores, etc..., más allá de eso, creo que el Papa se va a encargar de dar esa palabra de esperanza más necesaria que nunca en estos momentos, cuando parece que mires donde mires todo suscita tensiones, guerras, enfrentamientos y conflictos. Yo le recordé unas palabras de Dante, refiriéndose a Santiago en la boca de Beatriz, en el Cántico del Paraíso: "Aquí -refiriéndose a Santiago- renace la esperanza". Pues lo que yo deseo es que en Roma el año que viene, en Santiago en 2027, renazca la esperanza en el corazón de esta humanidad y claro que sí, de manera especial, en el corazón de la Iglesia.
Se acerca la Navidad. ¿Cuál es la 'carta a los Reyes Magos' del arzobispo de Santiago?
Has puesto una tentación en las manos... Recientemente he escrito una carta, voy a ver si tomo la costumbre de dirigirme a la diócesis en este tiempo de Adviento. Y es que la esperanza profética alumbra en aquel que nace en la noche en el silencio de Belén, en el seno y en el corazón de María y en el cuidado de José. ¿Cuál sería mi carta? La escribiría bajo la esperanza de una Iglesia que sea y siga siendo un hogar acogedor. que seamos verdaderamente sacramento de encuentro y de salvación, en perspectiva también sinodal, que la necesitamos, y ojalá una escuela de comunioón, sin máscaras ni hipocresías.
Lo necesitamos. Lo pido para la Iglesia Universal, lo pido para nuestra iglesia en España, lo pido para la Iglesia diocesana. Pido también que, cuando pronunciemos el 'Creo' de nuestra fe, lo hagamnos como un 'Creemos', en plural, como una armonía de voces. Una armonía de lo distinto, que nos une y que haga sonar la única voz por la que tienen que reconocernos, que es la voz del Evangelio.
Necesitamos miradas de sensibilidad evangélicas. Sobre todo, ante el momento que estamos viviendo, ante los que están sufriendo graves injusticias, víctimas de guerras, de trata, de violencia, falta de un trabajo digno y seguro
Y pediría también al Señor de señores que abandonemos la retórica de los buenos propósitos, del 'abriqueísmo', del que habla el Papa Francisco, la cómoda actitud de quienes son escépticos ante lo que sucede dentro y fuera de la Iglesia y de nuestra sociedad. Necesitamos aprender a caminar descubriendo que el que está a tu lado no es enemigo ni contrario, sino compañero de camino. Necesitamos miradas de sensibilidad evangélicas. Sobre todo, ante el momento que estamos viviendo, ante los que están sufriendo graves injusticias, víctimas de guerras, de trata, de violencia, falta de un trabajo digno y seguro. Necesitamos integrar a las personas migradas. No pueden convertirse en víctimas. Los migrantes no pueden convertirse en un arma política. Ya acumulan bastante dolor por el desarraigo y el abuso de las mafias, como para sumar el dolor de la tensión política. Acojámoslos desde la legalidad y en fraternidad.
Un deseo de fin de año...
En estos días del año que acaba y del que comienza, sigue teniendo el rostro concreto de los que han sido afectados por la reciente DANA, que asoló tantos pueblos y tantas vidas. Sigue habiendo dificultad en acceder a la vivienda de jóvenes y familias, la lacra del paro juvenil o adicciones que tanto esclavizan la libertad y la dignidad de las personas. Por eso quizás necesitamos una esperanza, encarnada y comprometida, que nos permita recuperar una vida en la que vivir sea algo más que sobrevivir. Una vida de esperanza, una vida de gracia, una vida de fe, una vida eclesial precisamente sostenida por una esperanza que no declina. Una sociedad que necesita que no declinen sus grandes ideales, aquello que hacen de la humanidad realmente es esclavizarse, el espacio donde todos somos acogidos.