“Una Iglesia de puertas abiertas y con espacio para el que no piense como yo” Roselló tiene “un sueño” para la Iglesia en Navarra y se lo cree: “Si no, no hubiese aceptado venir”

Florencio Roselló
Florencio Roselló Iglesia Navarra

Poco complaciente -aunque, eso sí, con el horizonte del Jubileo de la esperanza de 2025 en mente- expuso las líneas maestras de ese “sueño”, donde está el de “una Iglesia en salida”, porque “hemos perdido la calle, como dicen los políticos”, por lo que abogó por una “presencia pública y sentido de pertenencia fuera de nuestros ámbitos, donde nos sentimos seguros”

“Todos tenemos un sitio. Hay que dar espacio también al que no piense como yo. No somos los mejores, sino los llamados”, incidió Roselló, reiterando la llamada a esa Iglesia de puertas abiertas y con la mirada puesta en los pobres

“Creo que estos sueños son posibles -concluyó su exposición-, si no, no hubiese aceptado venir aquí. Creo en la utopía, aunque soy muy racional, y creo en la esperanza. Si tú me ayudas, podemos ver realizados estos sueños. Cuento contigo”

Comienzo de curso en la Iglesia navarra, el primero tras la toma de posesión, hace ocho meses, de su nuevo arzobispo, Florencio Roselló. Expectación al principio de esa jornada, 28 de septiembre, con el salón de actos del Seminario a rebosar. Fuerte aplauso al final tras la desgranar “el sueño” que este religioso mercedario tiene para la diócesis, de la que quiso habar ante todos “con libertad y claro”.

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Poco complaciente -aunque, eso sí, con el horizonte del Jubileo de la esperanza de 2025 en mente- expuso las líneas maestras de ese “sueño”, donde está el de “una Iglesia en salida”, porque “hemos perdido la calle, como dicen los políticos”, por lo que abogó por una “presencia pública y sentido de pertenencia fuera de nuestros ámbitos, donde nos sentimos seguros”.

“Que seamos capaces de influir algo. Hay que estar en los lugares donde se toman decisiones. Y hay que ser testigos en la vida pública. Hay que decir que somos creyentes”, expuso el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela.

El arzobispo de Pamplona Florencio Roselló
El arzobispo de Pamplona Florencio Roselló Iglesia Navarra

Una Iglesia en salida y donde se les dé “importancia a los laicos”. “Los curan deben asumir que el laico no es un ayudante, sino que tiene un papel crucial”, señaló, ratificando también la apuesta sinodal que ha relanzado el papa Francisco, para “dar voz a todos”.

"Obispo de todos"

“Yo soy obispo de todos, también de los que no les gusten mis decisiones o de los que discrepen”, indicó, subrayando también la necesidad, en este sentido, de “mejorar la comunicación de la Iglesia diocesana, desde la comunión”.

“Todos tenemos un sitio. Hay que dar espacio también al que no piense como yo. No somos los mejores, sino los llamados”, incidió Roselló, reiterando la llamada a esa Iglesia de puertas abiertas y con la mirada puesta en los pobres.

“Al pobre no se le cuestiona, se le atiende -subrayó quien se ha encontrado con ellos tantas veces cara a cara en las prisiones-. No se le juzga, ya le juzgarán otros. He querido darle importancia a la trata que mueve más dinero que la droga”, afirmó, señalando que, “como diócesis, necesitamos un gesto jubilar para los pobres”.

“Creo que estos sueños son posibles -concluyó su exposición-, si no, no hubiese aceptado venir aquí. Creo en la utopía, aunque soy muy racional, y creo en la esperanza. Si tú me ayudas, podemos ver realizados estos sueños. Cuento contigo”. Un fuerte aplauso selló lo que parece un pacto.

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