Promover el desarrollo humano integral
Para la Comece, la Fafce y la DBI, la UE debe velar para que el crecimiento del empleo de los jóvenes vaya acompañado de la promoción de su desarrollo humano integral, fundamental para la madurez de los ciudadanos y para que se reconozca la dignidad de toda profesión. Por eso, en el contexto del Año Europeo de las Competencias, se insiste en que, en educación, la formación técnica y el sistema de competencias deben ser complementarios.
De este modo pueden ser un motor de fraternidad, paz y justicia a escala mundial. Para lograrlo, afirma el documento de las tres instituciones, es esencial garantizar un proceso de mejora y actualización de las cualificaciones accesible e integrador, en el que las organizaciones de la sociedad civil puedan desempeñar un papel clave para llegar a los más vulnerables, actualmente en riesgo de sufrir una mayor desigualdad social y discriminación debido a un potencial acceso elitista.
Se necesitan políticas demográficas y de conciliación de la vida laboral y familiar
Pero hay que tener en cuenta que en la UE la crisis demográfica, el reto educativo y la crisis migratoria impregnan el contexto de la oferta de competencias. La población europea está disminuyendo y envejeciendo drásticamente, y para 2070 se espera que el 30,3% de la población tenga al menos 65 años. Esto significa una contracción de la mano de obra disponible y un aumento de la tasa de dependencia de la tercera edad.
En la zona euro, por tanto, se espera que los flujos migratorios netos sólo compensen parcialmente el descenso de la población en edad de trabajar, a lo que se añade el hecho de que la inmigración también provoca una fuga de cerebros en detrimento del desarrollo económico. Comece, Fafce y DBI defienden, por tanto, la necesidad de invertir en políticas demográficas y favorables a la familia, especialmente en políticas de conciliación familia-trabajo.
La importancia del enfoque holístico en la formación
Tampoco debemos olvidar los efectos a largo plazo de la pandemia de Covid-19, las tasas de riesgo de pobreza, que han aumentado, y el retraso en el rendimiento de los alumnos. Por eso es necesario que el sector educativo sea más resistente y adaptable a los cambios y a los estudiantes. El documento que se entregará a la Comisión Europea señala que, dado que la educación formal es la base para la recualificación y la mejora de las competencias de los jóvenes profesionales y los adultos con empleo, el Año Europeo de las Capacidades debe centrarse en la conexión entre los sistemas de educación y formación y la enseñanza de las capacidades. También hay que tener en cuenta la evolución social y económica actual, que muestra la necesidad de cambiar el paradigma tradicional de escuela-trabajo-jubilación.
Comece, Fafce y Dbi creen que el enfoque holístico, en el que el aprendizaje permanente y los objetivos educativos y formativos de empleabilidad y crecimiento económico están vinculados al desarrollo personal, es un elemento clave, no sólo para la realización personal del individuo, sino también para el desarrollo de una sociedad equitativa y más inclusiva. De ahí la invitación a la Comisión Europea a basar las próximas iniciativas del Año de las Capacidades precisamente en este enfoque, atento a las necesidades y capacidades individuales, en particular de quienes se encuentran en situaciones vulnerables.
Formar el respeto a los demás en sociedades multiculturales
La aportación ofrecida por Comece, Fafce y DBI pone entonces de manifiesto lo importante que es para el individuo aprender a vivir y crecer, a través del respeto a los demás, en las sociedades actuales donde confluyen diferentes culturas. Esto debe tenerse en cuenta en la formación y la mejora de las competencias, por lo que la UE debe promover procesos de cooperación entre las instituciones educativas y de formación, para que los estudiantes de todas las edades tengan la mejor formación holística posible, y reforzar los itinerarios sobre salidas profesionales en los últimos años de bachillerato, para aumentar la concienciación sobre las posibilidades del mercado laboral.
También se pide reforzar la formación en competencias digitales y promover programas de educación y formación que proporcionen conocimientos correctos, inclusivos y accesibles, independientemente de la situación socioeconómica, y que se adapten a todas las capacidades (físicas y mentales), tanto para niños como para adultos. Pero el plan de acción para la educación digital, se advierte, debe sin embargo poner de relieve los peligros del uso excesivo de Internet en la salud física y mental de los niños: privación del sueño, trastorno de hiperactividad, desarrollo cerebral más débil, menor rendimiento escolar, déficit de inclusión social, etc. Y también debe incluir un programa para prevenir los riesgos en línea de abusos sexuales a menores.
Aprendizaje permanente también para quienes disfrutan de permiso parental
El documento dirigido a la Comisión Europea exige asimismo que las personas en permiso parental se beneficien también del aprendizaje permanente. En cuanto a los padres, especialmente las madres, se exige que tengan un mejor acceso al aprendizaje permanente, la formación profesional y el reciclaje para apoyar su posible reincorporación al mercado laboral. Y se señala que los jóvenes procedentes de entornos socioeconómicamente desfavorecidos también luchan por adquirir las competencias necesarias para acceder al mercado laboral, de ahí que se reclamen experiencias de profesionalización remuneradas, como las prácticas remuneradas. Se mencionan como ejemplo los Centros Salesianos de Formación Profesional; hay 196 en 19 países europeos que atienden a más de 62.000 alumnos (el 90% de los cuales son jóvenes vulnerables), con una formación integral sobre los principales sectores económicos. Pero también programas de intercambio entre Europa y África.