Pequeños grupúsculos, jaleados por sectores tradicionalistas, trataron de 'reventar' la cuidada organización de la JMJ en la CEE Una minoría 'cara al sol' y 'entxapotada', que no apaga la luz de cien mil jóvenes españoles, 'casi todos', con el Papa

El Papa de la paz, también desde Fátima
El Papa de la paz, también desde Fátima Vatican Media

Mientras tanto, el Papa continúa sorprendiendo a todos con sus improvisaciones. También, a la prensa acreditada: tres de sus discursos no fueron pronunciados, sustituyéndose por intervenciones 'a braccio'

Que jóvenes cuyos abuelos ni siquiera conocerían a José Antonio canten el 'Cara al Sol' por las calles de Lisboa resulta tan absurdo como los gritos de 'Que te vote Txapote' de otros jovenzuelos españoles de escuela cara y escaso conocimiento  cuya actitud muestrael problema que existe en algunos lugares y en algunos altavoces, que continuamente les jalean y les animan a atacar templos donde se llevan a cabo plegarias con grupos LGTBI. Sólo les faltó el 'Dios lo quiere'. Por fortuna, los chicos y chicas 'normales' son más, muchos más, y no se avergüenzan de seguir al Jesús que acoge a todos, todos, todos...

Si alguien pensaba que este viaje, en pleno verano, a un lugar 'civilizado', con un Papa cansado después de dos internamientos hospitalarios en el año, iba a ser sencillo,se equivocaba de pleno. Ya lo decíamos el primer día: Francisco va a salir "rejuvenecido" de esta JMJ de Lisboa... y al menos a los periodistas que cubrimos el evento, nos lleva con la lengua fuera.

No sólo por el vigor, no sólo por los actos añadidos a los oficiales (encuentro con las víctimas, almuerzo con jóvenes, encuentro con jóvenes de Ucrania, la clásica reunión con los jesuitas...), no solo porque al menos tres de los discursos preparados por la organización no han sido pronuncidos por el Pontífice, sustituyéndolos por intervenciones 'a braccio' (y obligando a los periodistas acreditados a rehacer unas crónicas que, habitualmente, están a medio escribir antes de que arranquen)... Rectifico: cuatro, pues también se 'saltó' el de la Vigilia, antes más de un millón y medio de fieles.

Fundamentalmente, el Papa nos lleva con la lengua fuera porque va varios pasos por delante del común de los creyentes, que andamos más preocupados por las polémicas, la cantidad de botones que deben tener una sotana y su significado, los vasos ornamentales o la necesidad de arrodillarse o levantarse aquí o allá (si un extraterrestre aterrizara hoy en la Tierra pensaría que muchas de nuestras misas son clases de spinning, la verdad).

Francisco, por si cabía alguna duda, volvió a repetir que en la Iglesia caben "todos, todos, todos". Incluso esa -por fortuna minoritaria- ralea de tipos que, infiltrados en una peregrinación juvenil católica, se dedicaron a vociferar en plena calle (y con varias cervezas 'Bock' en la mano, todo hay que decirlo) el 'Cara al sol'.

Son de la misma 'calidad' moral que los que, en la misma concentración de jóvenes católicos, entonaban el 'Que te vote Txapote' en el Metro de Lisboa. 

Afortunadamente, una rotunda minoría, que no ha de desmerecer el excelente trabajo llevado a cabo por un espléndido equipo, capitaneado por Raúl Tinajero, que se ha empeñado, desde el principio, en dar cabida a todos (todos, todos), arriesgándose a que algunos, con ínfulas de vedette, se borraran de algunos actos para ejercer como protagonistas en otros, sin ser eclipsados por la masa. 

Por fortuna, como decimos, la mayoría se ha comportado como lo que son: chicos y chicas jóvenes, con inquietudes, ganas de divertirse, de compartir y, también (porque estamos hablando de una JMJ) de encontrar respuestas a sus preguntas en el Evangelio y en las palabras del Papa Francisco. Cierto es que los mismos que vociferan estos cánticos son los que después 'asaltan' misas donde otros jóvenes tratan de llevar adelante su fe, con sus problemas, con sus incomprensiones, como las de todos (todos, todos). Porque la Iglesia no es el rincón de los puros, porque Cristo murió en un madero abandonado por todos (todos, todos). También por esos discípulos que ahora nos dicen solo eran hombres y por eso el sacerdocio solo puede ser de una manera (y las mujeres en casa 'y con la pata quebrada', que se oía antes). Por fortuna, Jesús no nos abandonó. Nunca. Y nos enseñó a distinguir el trigo de la cizaña.

Un Papa que hoy fue a Fátima, donde improvisó, rezó el Rosario (según apunta Cope, una adolescente española hasta recuperó la vista), y después, por la noche, se dirigió a velar los sueños y las esperanzas de los jóvenes en la Vigilia del Parque Tejo. Una vigilia donde ya se notaron las caras de cansancio, y la sensación de que esto se acaba. Aunque, como bien ha señalado Toño Casado en una entrevista con José Lorenzo en RD, para que la 'llamada' funcione, hay que ver cómo los frutos maduran más allá de la emoción del momento. Y para eso, nada mejor que la normalidad. La de Jesús de Nazaret, que no te pide heroicidades, sino alegría.

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