Francisco vuelve a clamar por la paz en Ucrania y contra las divisiones en la Iglesia Balance del viaje a Hungría: el Papa sobrevuela la 'trampa' de Orbán y proclama la Teología de los 'ismos'

Francisco se despide de Hungría junto a la presidenta del país
Francisco se despide de Hungría junto a la presidenta del país

Nacionalismos. Extremismos. Comunismo. Capitalismo. Consumismo. El Papa Francisco ya vuela de regreso a Roma, después de un intenso viaje a las fronteras orientales de Europa, casi tocando al "martirizado pueblo ucraniano", y superando, con nota, las 'trampas' que le tendió el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en su evidente intención de reivindicarse con un perfil propio en la convulsa Unión Europea

"Estoy contento", se despidió Bergoglio, antes de excusarse y salir "a la puerta de servicio", la plataforma móvil, en lugar de la tradicional escalerilla

Francisco quiere superar la dialéctica de buenos y malos, blancos y negros. Y nada mejor que la denuncia rotunda contra la dictadura de los 'ismos'

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Nacionalismos. Extremismos. Comunismo. Capitalismo. Consumismo. El Papa Francisco ya vuela de regreso a Roma, después de un intenso viaje a las fronteras orientales de Europa, casi tocando al "martirizado pueblo ucraniano", y superando, con nota, las 'trampas' que le tendió el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en su evidente intención de reivindicarse con un perfil propio en la convulsa Unión Europea.

Un viaje, el 41 de este pontificado, que deja varios titulares: los más visuales, el 'buen rollo' entre el Papa y la presidenta del país, que se arrancó con el castellano; y la cercanía de las multitudes que acompañaron a Francisco durante estos tres días. "Estoy contento", se despidió Bergoglio, antes de excusarse y salir "a la puerta de servicio", la plataforma móvil, en lugar de la tradicional escalerilla.

El adiós del Papa a Orbán
El adiós del Papa a Orbán

En cuanto a los discursos (seis, más el encuentro privado con los niños, la reunión sorpresa con Hilarión y el tradicional encuentro con los jesuitas del país), la sensación de que Francisco quiere superar la dialéctica de buenos y malos, blancos y negros. Y nada mejor que la denuncia rotunda contra la dictadura de los 'ismos'. Así, el Papa ha arremetido por igual contra los extremismos, los nacionalismos,el comunismo, el consumismo o el capitalismo salvaje.

Al tiempo, ha tenido ocasión de acercarse a los más refugiados, los sin techo, y reivindicar a los pobres y descartados como centro del Evangelio de Jesús; de volver a clamar por la paz en Ucrania, a denunciar, frente a las políticas de odio al extranjero de Orbán, "las puertas cerradas al extranjero, al que es diferente, al migrante, al pobre", exigiendo la construcción de "un futuro lleno de cunas, no de tumbas".

El Papa se despide desde el avión
El Papa se despide desde el avión

Y, como no podía ser de otro modo, sonreir ante los niños y los jóvenes, a quienes ha vuelto a pedir que sean protagonistas de la construcción del futuro de la sociedad y la Iglesia europeas, así como a cargar contra la polarización en la Iglesia: "Nos dividimos y, en vez de jugar en equipo, jugamos al juego del enemigo".

A la espera de lo que pueda decir en el vuelo de regreso (del que informaremos, como siempre, #primeroRD), ya se puede decir que Bergoglio ha superado, con nota, uno de los viajes más estratégicamente complicados de los últimos meses. Y que, para desazón de los profetas de desventuras, su rodilla, y su ánimo, están mejor que nunca. Tenemos Papa para rato.

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