El 8 de diciembre, volverá a tañir en la catedral más icónica de Europa El espíritu olímpico y la campana de Notre Dame

Notre Dame, en plenas obras
Notre Dame, en plenas obras J. B.

Un gesto que se convirtió en tradición: cada campeón olímpico en el estadio acudía a una de las esquinas del templo del atletismo para golpear, con saña y felicidad, una campana. La campana de los campeones

Cinco años después del devastador incendio que casi destroza una de las joyas del arte europeo, Francia ha hecho los deberes, y el templo volverá a ser abierto al culto el Día de la Inmaculada

La campana de Notre Dame seguirá sonando en los Juegos Paralímpicos y, a partir del 8 de diciembre, en su ubicación original, en una ceremonia de la que se sabe muy poco pero que a buen seguro será impactante, y maravillará al mundo. ¿Con sorpresa papal incluida? Veremos

Este miércoles, el Stade de France de París acogerá la inauguración de los Juegos Paralímpicos en la capital francesa. Apagados ya los ecos de los Juegos Olímpicos (y más, mucho más, la 'artificial' polémica acerca de una supuesta 'blasfemia' durante su inauguración), muchos olvidarán que el espíritu olímpico sigue vivo en las orillas del Sena.

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Este verano tuvimos ocasión de viajar en familia, en coche (después nos quejaremos del precio de los peajes en España), por toda Francia, admirando la belleza de la luz en la infinidad de templos góticos presentes por todo el territorio francés. Por no hablar de esa maravilla natural y espiritual que es Mont St. Michel, o el impacto de los cementerios de las playas de Normandía, con miles de cruces, y también estrellas de David, en memoria de los miles de muertos por la libertad frente a la barbarie nazi. 

La campana de Notre Dame

Y, como no, tuvimos la suerte de conocer un París casi vacío de parisinos (no hubo apagón sagrado por la supuesta blasfemia en la ciudad. Simplemente, los vecinos huyeron del previsto caos -que no fue tal- que se genera en un evento como las Olimpiadas), donde no había que guardar cola para conseguir entrar al Louvre o a la maravillosa Saint Chapelle. Y que se volcó con los Juegos Olímpicos. Uno de los momentos más simbólicos para la familia fue la tarde en el estadio Olímpico, que arrancó con las medallas para nuestros marchadores (después, lograrían la de oro en relevo mixto), y un gesto que se convirtió en tradición: cada campeón olímpico en el estadio acudía a una de las esquinas del templo del atletismo para golpear, con saña y felicidad, una campana. La campana de los campeones.

Una campana que, por cierto, será una de las que vuelvan a resonar en Notre Dame a partir del 8 de diciembre próximo. Cinco años después del devastador incendio que casi destroza una de las joyas del arte europeo, Francia ha hecho los deberes, y el templo volverá a ser abierto al culto el Día de la Inmaculada. Para los que sigan pensando en ataques sistemáticos contra la fe, los campeones olímpicos tañían la campana de Notre Dame, y los líderes religiosos rezaban en la explanada del templo por una 'tregua olímpica' que, lamentablemente, no ha sido posible.

La nave de la Catedral de Notre-Dame de París, todavía en obras de restauración
La nave de la Catedral de Notre-Dame de París, todavía en obras de restauración EFE

El Ayuntamiento de País ha instalado una grada frente a las obras de Notre Dame, donde los visitantes pueden pararse a descansar y contemplar la maravillosa estructura que, ocho siglos después, sigue maravillando al mundo. Algo realmente difícil en una ciudad ya de por sí bellísima. Las piedras del templo, aún en obras -que continuarán después de la reapertura-, ha ganada en blancura, lo cual resta un poco de mística al edificio, que continúa siendo imponente, se vea desde donde sea vea: de frente, desde la explanada; por detrás, desde los puentes de la isla de France; o navegando por el Sena. Además, un impactante espectáculo de realidad virtual en la cripta muestra el pasado, presente y futuro del templo, santo y seña del cristianismo en Francia.

La campana de Notre Dame seguirá sonando en los Juegos Paralímpicos y, a partir del 8 de diciembre, en su ubicación original, en una ceremonia de la que se sabe muy poco pero que a buen seguro será impactante, y maravillará al mundo. ¿Con sorpresa papal incluida? Veremos.

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