"Como antiguo amigo, casi navarro, me atrevo a decirte ánimo, 'aurrera' (adelante)" Florencio, obispo de los encarcelados
Había y hay en España obispos de diverso tipo: uno de la Diócesis tarraconense, otro de Galaecia, uno hispalense... Gracias a Dios llega, se está ordenando D. Florencio, obispo de los encarcelados. Gracias, Florencio, por aceptar y por ser. Un abrazo. Te mando la imagen, sacada y enviada por un amigo de Pamplona (27.1.24, 11.40 a.M.)
| Xabier Pikaza
Hay obispos importantes: El de Toledo, primado de las españas; el de Madrid, patriarca de las indias occidentales, el castrense, animador de los castros militares...
Francisco había creado Arzobispo de Buenos Aires, niña de sus ojos, a García Cuerva (conocido antiguo, cura villero, capellán/amigo de encarcelados, en contra de otros anteriores que más parecían carceleros que encarcelados).
Ahora vienes tu, Florencio Rosselló, de la Orden de Merced, redención de cautivos, en España, como voz de alerta y llamada de redención.
He mantenido alguna "discusión" contigo, sobre temas pertinentes de Iglesia, pero tú tenías razón, como amigos íbamos, como amigos, hemos quedado, recordando al P. B. Lahoz, nuestro común maestro, del que acabo de re-escribir algo, para los "papeles" de nuestro admirado colega Joaquín Millán, O de M.
Recuerdo a Florencio, buena misión redentora le deseo
Recuerdo también contigo a J. Sesma, navarro, mercedario universal, con quien trabaje años y años sobre el tema de la cárcel en la Biblia y Sociedad, con quien varios amigos venerables (V. RENES, J. L. SEGOVIA, R. PRAT, J. DEVESA... ) escribimos un manual titulado grandes líneas de de teología y pastoral penitenciaria que no fue aprobado entonces (año 2000) por los dirigentes de la CEE.
A J. Sesma, cristiano ejemplar y mercedario, trabajador infatigable de la CEE, no le aprobaron entonces su proyecto los obispos (cf. Anejo). En su línea sigues. No se trata de que tú retomes a la letra aquel documento (mucha agua ha pasado desde entonces bajo los puentes del Arga), ni de que te enfrentes con nadie, sino de que hagas las cosas que tú sabes, por y con los encarcelados a los que quieres y por quienes eres obispo.
Francisco Papa no te ha hecho obispo en general, sino de Pamplona/Tudela y de los "encarcelados", para cumplir el deseo de Jesús que dijo "estuve encarcelado" y me visitasteis (vinisteis a mi, me escuchasteis, comisteis conmigo, me disteis la mano, el abrazo y me abristeis camino de libertad.
Tienes una diócesis doble: La local de Pamplona/Tudela y la virtual de los encarcelados. Tú has de ser voz de alerta de liberad y esperanza para navarros y cautivos (gran pareja), voz de evangelio dentro de un sistema social que sabe encarcelar (según ley), pero no liberar/educar/socializar a los encarcelados, como manda la Constitución Española (25&2).
Amigo Florencio, te ha caído una diócesis buena, la mejor de las Españas, la de Pamplona/Tudela (Iruña/Tutera) y la de los encarcelados, privilegiados y primeros hermanos de Jesús (Mt 25, 31-46).
Tendrás caminos para recorrer, puertas a las que llamar, encarcelados a los que visitar, dejándote evangelizar por ellos. Los pobres os evangelizarán, nunca mejor dicho que ahora.
Como antiguo amigo, casi navarro, me atrevo a decirte ánimo, aurrera (adelante), osasuna (salud, vas a necesitarla). De buen tronco vienes, de la Merced Redentora, de la Virgen del Olivo (olivar, junto a tu pueblo). Contigo vaya siempre Jesús Redentor, por cárceles y camino, desde el Pirineo a la Ribera, desde la cárcel de Pamplona a la de Jerez de la frontera. Un abrazo, agur (=buen augurio), es decir, hasta siempre. Xabier
ANEJO. OBRA MERCEDARIA, 226, AÑO 2000
GRANDES LÍNEAS DE UNA PASTORALPENITENCIARIA PARA EL TERCER MILENIO ( inicio)
La revista OBRA MERCEDARIA que, desde sus orígenes (¡hace ahora 55 años!), ha venido dedicando innumerables páginas a la Pastoral Penitenciaria, porque nació en
Barcelona, en enero de 1945, como «Revista de Estudios Apologéticos y Penitenciarios», pone a disposición de los interesados en esa importante parcela de la
Pastoral de la Iglesia Católica un estudio serio y bien fundamentado sobre tan preocupante y actual tema.
Partiendo de la realidad de la Pastoral Penitenciaria en España, cuando el segundo milenio del cristianismo está tocando a su fin, y puesta la proa de la navecilla de la esperanza hacia las nuevas singladuras de los profundos y radicales cambios
sociales que se adivinan en el nuevo milenio, debido a la mayor sensibilidad en la defensa de los Derechos Humanos que va tomando cuerpo en las espíritus y en las leyes de los países civilizados, un grupo de técnicos en antropología, sociología,
criminología, teología bíblica y pastoral católica, se aventuró a trazar las grandes líneas de un posible proyecto de Pastoral Penitenciaria para el nuevo milenio, con el único deseo y propósito de brindar el caudal de sus conocimientos específicos a quienes corresponda elaborar y aprobar un Plan de dicha Pastoral para el tercer milenio.
Al P. José Sesma León, religioso mercedario ejercitado en Pastoral Penitenciaria, por su experiencia acumulada en los últimos treinta años, como responsable de los Pisos de Acogida para reclusos y ex-reclusos abiertos por la Orden de la Merced en Barcelona y como Capellán de prisiones en la propia ciudad condal y otras ciudades de España (Castellón y Valencia), debemos que una comisión constituida por el sociólogo Víctor Renes Ayala, la trabajadora social Mª. Ángeles González Barbero, los juristas Ángel Gómez Muñoz y José Luis Segovia Bernabé, el teólogo Xabier Pikaza Ibarrondo, el pastoralista católico Ramón Prat Pons y el redactor-coordinador Juan Devesa Blanco, comenzara a trabajar el 5 de mayo de 1997 y diera por terminada su aportación al posible proyecto de Pastoral Penitenciaria el 3 de mayo de 1999, con la redacción del texto de «Grandes líneas para una Pastoral Penitenciaria» que ahora, en pleno Jubileo del año 2000, publica OBRA MERCEDARIA.
La PRIMERA PARTE del presente esbozo de proyecto de Pastoral Penitenciaria para el tercer milenio describe con objetividad la «Situación de los destinatarios de la Pastoral Penitenciaria» en España y analiza y diagnostica las actuaciones frente a la realidad de la reclusión, proponiendo posibles y realizables penas alternativas a la de
prisión.
Dichos descripción, análisis y diagnóstico podrían, guardando las debidas proporciones, aplicarse a todos los países del mundo, en los que, en mayor o menor
medida: germina la mala hierba de la delincuencia; no siempre la justicia, cuando se aplica, está orlada de humanidad; y la represión y el encarcelamiento son los más socorridos recursos para mantener limpias las calles y plazas de aquellos a los que la sociedad no ha sabido o no ha querido o no ha podido proporcionar centros de educación y reeducación, vivienda digna, trabajo debidamente remunerado, pero sí supo y quiso y pudo construir infiernos carcelarios, en los que, casi todos los que entran pierden la esperanza de una vida medianamente adaptada a una sociedad que seguirá considerándolos « carne de presidio».
La SEGUNDA PARTE del estudio que se publica («La Pastoral Penitenciaria a la luz de los gestos y de las palabras del Señor Jesús que asumió y perfeccionó la tradición mesiánica israelita») quiere fundamentar en la Palabra de Dios una Pastoral Penitenciaria que tiene sus más profundas raíces en la libertad integral que Jesucristo, el Salvador, consiguió para la humanidad: libertad preanunciada en las escrituras y celebraciones del pueblo judío y hecha realidad por Cristo, en los últimos tiempos, según el designio del Padre dador de todo don perfecto.
Por ser redactadas estas «grandes líneas» para una Pastoral Penitenciaria futura en la proximidad del Jubileo del Año 2000, se ha introducido, en esta segunda parte del estudio, el apartado primero titulado «Promesa mesiánica de Israel: Justicia y Liberación social», con referencias explícitas al Año Sabático y al Jubileo del pueblo judío: considerados como proféticos anticipos de los tiempos mesiánicos, en los que, el nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, debería comprometerse con la causa de los marginados, esclavos y encarcelados, cuyo fundamental derecho a la libertad se vería coartado, negado y escarnecido de mil maneras por los poderosos, con actitudes sociales indignas de la persona humana.
Esas referencias a las prácticas liberadoras del viejo pueblo de Israel son mas bien anecdóticas y se aducen como pruebas fehacientes de cómo el avasallador dominio del hombre débil por el hombre fuerte, hasta reducirlo a simple objeto y moneda
de cambio, es tan antiguo como la humanidad misma; y de que ese afán despótico del corazón soberbio sólo podrá ser vencido por el «mandamiento nuevo» de aquel verdadero hombre y verdadero Dios que amó a sus semejantes en humanidad, hasta el extremo de dar la vida por todos los hombres y mujeres del mundo.
Y en la TERCERA PARTE del trabajo, se apuntan las «Directrices para una Pastoral Penitenciaria acomodada a las necesidades de los tiempos nuevos», en los que la Pastoral Penitenciaria de la Iglesia Católica tiene que ser la Pastoral del
Amor, de la Esperanza, de la Justicia y de la Libertad. Dicha Pastoral Penitenciaria para el tercer milenio, se prevé que se moverá dentro de las siguientes coordenadas:
a) La Cultura del amor cristiano y del reconocimiento efectivo, traducido en obras, de la dignidad de todo ser humano dotado del don de la libertad;
b) La mentalidad consolidada de que la Pastoral Penitenciaria es un todo pedagógico indisociable, que comprende la prevención, la atención intracarcelaria, la reeducación y la reinserción social;
c) un poder judicial que actúe no con automatismo legal sino con la moderación del humanismo integral cristiano, considerando al presunto culpable y a los mismos
culpables como seres humanos capaces de delinquir pero capaces también de regenerarse, si no son tratados por la justicia y por la sociedad como irredimibles;
y d) el sentido de la solidaridad que considere la Pastoral Penitenciaria como tarea común de todas las instancias, organismos e instituciones que conforman la Iglesia de Jesucristo en España, desde el Episcopado hasta el último creyente: pasando por el arciprestazgo, la parroquia, las congregaciones de vida consagrada, los movimientos apostólicos laicales y las familias.
(José Sesma y Juan Devesa)
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