"Es urgente identificar, visibilizar y corregir el abuso, también el abuso espiritual" El abuso espiritual

El abuso espiritual
El abuso espiritual

"Ignorado, desconocido o incluso negado, el AE consiste en usar la autoridad religiosa que se tiene para guiar/servir a otros con el objetivo de lograr lo que queremos, al precio que sea necesario y hacerlo con argumentos de contenido religioso"

"Se trata de personas con un alto grado de incoherencia, que siempre te mirarán con una mirada evaluativa"

Un abusador espiritual siempre tendrá unos pocos favoritos mientras margina al resto. Su lema es: “favorecer a quien me cae bien y asfixiar a quien me cae mal”

"Este tipo de abusadores aman rodearse de aduladores. Su círculo interno, a menudo incluye amigos cercanos, escogidos más porque siempre le van a decir que sí que por sus cualidades"

Soy consciente de que quienes niegan los abusos en la Iglesia, se van a reír al leer este artículo sobre el abuso espiritual. Pero, ¿qué le vamos a hacer? Si, dentro de la Iglesia hay personas que aún niegan la llegada del ser humano a la luna o el holocausto nazi, ¿cómo no van a negar que exista un tipo de abuso que es espiritual? Por cierto, quienes niegan éste, ¿qué más cosas niegan? ¿Tal vez el magisterio del Papa Francisco, la igualdad entre el hombre y la mujer, el derecho a migrar, el Vaticano II, la justicia social…? La pregunta es pertinente y, a mi modo de ver, de lo más interesante, pues detrás de ese tipo de “negacionistas” hay un perfil narcisista de la personalidad que habla por sí solo. En otro momento, hablaremos de ello. Ahora, volvamos al abuso espiritual.

Ignorado, desconocido o incluso negado, el AE consiste en usar la autoridad religiosa que se tiene para guiar/servir a otros con el objetivo de lograr lo que queremos, al precio que sea necesario y hacerlo con argumentos de contenido religioso.

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Abusos
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Voy a exponer lo que es el AE a partir del perfil del abusador espiritual y ello a partir también, de lo que han ido compartiendo diferentes víctimas a las que he acompañado.

Algunos rasgos del abusador espiritual:

Siempre buscan una estructura minimalista de responsabilidad, es decir, cuantas menos personas estén al mando y cuantas menos personas a las que haya que dar cuentas mejor. Les gusta salirse con la suya, actúan de manera autocrática, obviando muchas veces, mecanismos de control, buenas prácticas, deliberaciones de un determinado Consejo… Este tipo de abusadores siempre emplean un liderazgo pesado y siempre de arriba hacia abajo.

Raramente manifiestan el fruto del Espíritu. San Pablo habla de estos atributos específicamente en Gálatas 5 y menciona el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad, la fe, la gentileza y el autocontrol; frutos que no suelen verse en quienes ejercen el AE, ya que todo aquello que no va de acuerdo con sus metas deberá ser simplemente erradicado.

Esperan de los demás comportamientos que no esperan de sí mismos, en otras palabras: haz lo que yo digo pero no lo que hago. Se trata de personas con un alto grado de incoherencia, que siempre te mirarán con una mirada evaluativa, donde si no pasas todos los requisitos que se te imponen para que entres en su círculo serás tratado de malas maneras.

Personas que tratan a casi todos los demás como inferiores a ellos mismos, que critican y hablan de manera despectiva de los demás. Un ejemplo podría ser el obispo que critica a su presbiterio, la superiora que habla mal de su comunidad o el sacerdote que critica a sus fieles… (Como la vida misma).

Un abusador espiritual siempre tendrá unos pocos favoritos mientras margina al resto. Su lema es: “favorecer a quien me cae bien y asfixiar a quien me cae mal”.  Cuidado, porque el favoritismo puede llevar de nuevo al nepotismo. ¡Cuántas veces, dentro de la Iglesia, se reparten cargos en función de las filias y no de las capacidades!

Abusos
Abusos

Quienes abusan espiritualmente tienen ataques de ira cuando no se salen con la suya o cuando creen que los que están por debajo de ellos, están tomando facultades que no son debidas, o simplemente cuando destacan por algo. 

Buscan despedir o marginar a las personas con las que no están de acuerdo, antes que intentar desarrollarlas e integrarlas, de manera que sumen. Su máxima es “o conmigo o contra mí”, es decir “o como yo, o te vas”. Podemos decir que, para un abusador, las personas son medios para su fines, meros instrumentos a utilizar.  Muchas de sus decisiones son “ya no te necesito”.

Carecen de transparencia. Su mayor temor es ser atrapados abusando de su poder y tener que perderlo o ser puestos en evidencia, por lo que crean una tela de araña que viene a velar todo lo que hace, de modo que es casi imposible para su entorno tener un panorama completo de la situación, pues a cada uno les dice solo una pequeña parte de la historia, que muchas veces está tergiversada para crear una reacción específica, siempre favorable a su persona.

 No permiten desacuerdos. Si alguien no está de acuerdo conmigo o me confronta, directamente me lo cargo. Y víctimas no faltan. Este tipo de abusadores aman rodearse de aduladores. Su círculo interno, a menudo incluye amigos cercanos, escogidos más porque siempre le van a decir que sí que por sus cualidades. Los mejores amigos de estos abusadores son la coacción y el autoritarismo. 

También tienen pésima comunicación con su equipo. La claridad de comunicación revelaría su comportamiento autoritario, por lo que mantienen sus comunicaciones muy obtusas. Un abusador espiritual tiene una capacidad única para hacerte ver lo que él quiere que veas, para hacerte sentir lo que quiere que sientas, para hacerte decir lo que quiere que digas… 

Absortos en sí mismos, en sus planes y ambiciones. Si una persona se atreve a confrontarlo, lo más probable es que el abusador espiritual use todo tipo de artimañas psicológicas para hacerle dudar hasta de sí mismo, dejándote siempre como el culpable o simplemente como el relegado. Como me decía una persona que sufrió abuso espiritual de su superior: “me convenció de que yo era el malo y aún lo sigo creyendo”.

Estas personas se mueven siempre por un espíritu de control (control freaks), son expertos en el arte de la sutileza, encantadores de serpientes, controladores que se saltarán, si fuera necesario, la ley de protección de datos (por poner un ejemplo). Si tienes éxitos pastorales, será gracias a él o a ella,  y si haces algo sin consultarle, tu proyecto está destinado al fracaso. Te hará sentir que si obedeces y sigues ciegamente su voluntad tendrás todo su favor, porque el que le obedece nunca se equivoca.

Libro sobre abusos espirituales

Agnes y John Lawless argumentan en su libro The Drift into Deception (La deriva hacia el engaño, 1995) que existen ocho características que aparecen en el ámbito del abuso espiritual como son:

Carisma y orgullo.
Miedo e intimidación.
Codicia y fraude.
Inmoralidad.
Estructura autoritaria.
Exclusividad.
Demanda de lealtad y honor.
Hechos revelados.

El abuso espiritual suele incluir al menos una de las siguientes conductas:

Abuso psicológico.
Acto o palabras que humillan, dañan o menosprecian la dignidad de la persona.
Intimidación. Sumisión a una autoridad espiritual sin derecho a réplica.
Control irracional sobre el derecho básico de la persona a tomar decisiones en temas espirituales. “Yo sé lo que tú necesitas”. “Dios y yo hemos decidido esto para ti”.
Acusaciones falsas y críticas repetitivas, etiquetando negativamente a la persona como desobediente, rebelde, falto de fe, demonizado, apóstata o enemigo de la iglesia.
Aislamiento o separación de la familia y amigos debido a su filiación religiosa. “No le digas nada a tu familia. No lo van a entender”.
Abusos sexuales.
Abusos de poder.
Exclusividad, dando a entender al abusado que las críticas exteriores vienen indicadas por el mal.
Abuso económico, en nombre de Dios deben pagar un diezmo para pertenecer al templo, de lo contrario son excluidos. Y también, “como no haces lo que yo te digo, no te doy dinero para cubrir tus necesidades”.
Exigencia de un estilo de vida legalista, ello te hace superior y “propietario” de la salvación de Jesucristo.

Esto son sólo unas pinceladas de algo muy real que sucede en nuestra iglesia y que es muy dañino. Cualquier abuso lo es, pero utilizar a Dios para algo así lo hace aún más perverso. 

Abusos-crucifijo
Abusos-crucifijo

Propongo a la gente sencilla, a los creyentes de a pie, a que escuchen con detenimiento el tipo de discurso espiritual que se les da (una homilía, un retiro, una conversación, una reunión…). Puede resultar difícil reconocer el abuso espiritual, pues venimos de una sociedad que ha normalizado todo tipo de abusos, pero es urgente identificar, visibilizar y corregir el abuso, también el abuso espiritual

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