El Papa reaparece en la ventana del Palacio Apostólico: "Las personas son más importantes que la economía" Francisco recuerda a los indígenas del Amazonas, "particularmente vulnerables" ante el coronavirus, a los siete meses del Sínodo
"El encuentro con el Señor Resucitado pone la vida de los Apóstoles patas arriba y los transforma en valientes testigos"
"Necesitamos tanto la luz y la el poder del Espíritu Santo! La Iglesia lo necesita, para poder caminar juntos y valientemente al ser testigo del Evangelio. Y toda la familia humana lo necesita, para salir de esta crisis más unida y nunca más dividida"
"Invocamos al Espíritu Santo para que dé luz y fuerza a la Iglesia y a la sociedad en la Amazonia, que ha sido duramente golpeada por la pandemia"
"De esta crisis no saldremos igual: saldremos mejores o peores. Tengamos el coraje de salir mejores"
"Invocamos al Espíritu Santo para que dé luz y fuerza a la Iglesia y a la sociedad en la Amazonia, que ha sido duramente golpeada por la pandemia"
"De esta crisis no saldremos igual: saldremos mejores o peores. Tengamos el coraje de salir mejores"
"Hoy, que la plaza está abierta, podemos regresar, con mucho gusto". Han pasado casi tres meses desde la última ocasión en que el Papa, con un ligero resfriado (luego saltaron las alarmas), aparecía en el balcón del Palacio Apostólico para rezar el Angelus. Desde entonces, apenas dos o tres apariciones para saludar, pero hasta hoy Francisco no había orado el Regina Coeli en directo con los fieles romanos que lo esperaban, con todas las medidas de precaución, en una plaza de San Pedro que poco a poco va recuperando su color.
En la solemnidad de Pentecostés, Francisco quiso hacer un guiño a la Amazonía, ahora que se cumplen siete meses del Sínodo que trajo a Roma los sentimientos y los sueños del pulmón del planeta. "Hace siete meses finalizó el Sínodo de la Amazonia; hoy, la fiesta de Pentecostés, invocamos al Espíritu Santo para que dé luz y fuerza a la Iglesia y a la sociedad en la Amazonia, que ha sido duramente golpeada por la pandemia", pidió Francisco.
Que no falte la atención sanitaria
"Muchos son los infectados y los muertos, incluso entre los pueblos indígenas, que son particularmente vulnerables. Por la intercesión de María, Madre del Amazonas, rezo por los más pobres e indefensos de esa querida región, pero también por los de todo el mundo, y pido que a nadie le falte atención sanitaria" apuntó. E improvisó: "Las personas son más importantes que la economía".
Antes, Bergoglio reflexionó sobre la solemnidad de Pentecostés, recordando a "la primera comunidad cristiana" y las palabras de Jesús resucitado. "¡La paz sea con vosotros!", que "expresan el perdón concedido a los discípulos que lo tuvieron abandonado. Estas son palabras de reconciliación y perdón"
"Jesús perdona y ofrece su paz a sus amigos", destacó Francisco, y los reúne y "los hace su Iglesia: una comunidad reconciliada y lista para la misión". El encuentro con el Señor Resucitado "pone la vida de los Apóstoles patas arriba y los transforma en valientes testigos", apuntó el Papa.
No es hora de encerrarse
Como entonces, "no es hora de quedarse encerrado", porque "la alegría de la Resurrección es grande, pero es una alegría expansiva, que no debe guardarse para sí misma", explicó. Por ello les envía el Espíritu Santo, "el fuego que quema los pecados y crea a hombres y mujeres nuevas; es el fuego del amor con el que los discípulos podrán "incendiar el mundo", ese amor de ternura que favorece a los pequeños, a los pobres, a los excluidos".
Tras el rezo, Francisco también recordó que en Italia se celebra, hoy, el Día Nacional del Socorro, "para promover la solidaridad en la a los enfermos", y señaló que "necesitamos tanto la luz y la el poder del Espíritu Santo! La Iglesia lo necesita, para poder caminar juntos y valientemente al ser testigo del Evangelio. Y toda la familia humana lo necesita, para salir de esta crisis más unida y nunca más dividida".