Las 'armas' de los medios sanitarios contra el coronavirus Tres respiradores, trece camas y mucha imaginación en Centroáfrica

Tres respiradores, trece camas y mucha imaginacion
Tres respiradores, trece camas y mucha imaginacion

Ante la gravedad de la pandemia, las sociedades africanas tienen que realizar una dificilísima elección: o exponerse a contagios que podrían resultar mortales, o dejar a su población sin salir de casa y por lo tanto sin ningún medio para alimentarse

El único laboratorio del país que hace los tests PCR ha realizado pruebas a 2.130 personas, todas las cuales (excepto los 50 infectados) han dado negativo. Pero los centroafricanos miran con preocupación a su vecino del Oeste, Camerún, la nación de África subsahariana (si exceptuamos a Sudáfrica) con mas casos hasta ahora, algo mas de 1.700

Centroáfrica se cuenta entre los países africanos que han optado por no declarar el confinamiento de la población, aunque sí que han cerrado las escuelas, los lugares de consumo público como los bares y las iglesias y mezquitas

Tres respiradores y un centro de aislamiento en un hospital de la capital con 13 camas para tratar a personas afectadas por el coronavirus. Estos son los medios sanitarios con los que cuenta hoy la República Centroafricana, país de cinco millones de habitantes y que está siempre en la lista de cola de países con menor desarrollo humano. Las autoridades, con ayuda de los socios internacionales, intentan aumentar la capacidad de respuesta y en todas partes se multiplican las actividades de información publica para evitar los contagios.

Estos escuetos datos dan idea de lo catastrófica que podría ser la situación si los casos se multiplicaran. Por suerte, Centroáfrica cuenta, hoy por hoy, con muy pocos casos declarados. Cuando escribo estas líneas (30 de abril) se acumulan 50 casos, desde que se detectara el primero el pasado 14 de marzo. Diez personas se han curado ya y no ha habido ningún muerto. El único laboratorio del país que hace los tests PCR ha realizado pruebas a 2.130 personas, todas las cuales (excepto los 50 infectados) han dado negativo. Pero los centroafricanos miran con preocupación a su vecino del Oeste, Camerún, la nación de África subsahariana (si exceptuamos a Sudáfrica) con mas casos hasta ahora, algo mas de 1.700. El gobierno ha cerrado la frontera, excepto para los vehículos comerciales, y ya el mes pasado cerró el aeropuerto internacional de Bangui. El pasado 27 de abril prohibió también la circulación entre la capital y las provincias, así como entre varias prefecturas. Poco mas puede hacer un país con escasos medios y donde varios grupos armados siguen usando la violencia para atacar, realizar ajustes de cuentas con sus enemigos y aprovecharse de los recursos naturales.

Centroáfrica
Centroáfrica

Centroáfrica se cuenta entre los países africanos que han optado por no declarar el confinamiento de la población, aunque sí que han cerrado las escuelas, los lugares de consumo público como los bares y las iglesias y mezquitas, estas últimas con un seguimiento desigual puesto que varios imanes se han negado a cumplir con las normas. Ante la gravedad de la pandemia, las sociedades africanas tienen que realizar una dificilísima elección: o exponerse a contagios que podrían resultar mortales, o dejar a su población sin salir de casa y por lo tanto sin ningún medio para alimentarse. Aquí la mayor parte de la gente vive al día. Hombres y mujeres salen de casa por la mañana: trabajas en tu plantación de mandioca, vendes tus artículos en el mercado, ganas unos pocos francos con tu mototaxi, haces unas horas como guardia de seguridad o -los mas afortunados- acudes a la oficina de tu empresa o del gobierno.

Esto significa que al final del día comes (generalmente una sola vez) con lo que has ganado ese día. Con un poco de suerte, las ganancias pueden llegar al equivalente a entre dos o cuatro euros. Comes y ya está. Es muy raro que puedas ahorrar, y en caso de que lo consigas ya vendrá una enfermedad que te consumirá los pocos ahorros que tengas e incluso hará que te endeudes. Sin olvidar lo que supone ayudar a los familiares menos afortunados que tú. Conozco infinidad de familias en Bangui que acogen desde hace anos a varios familiares desplazados por la guerra que se quedaron sin casa y sin dinero. Decía mi antiguo compañero de blog que la solidaridad africana es uno de los factores que hacen que mucha gente no pueda progresar económicamente, y es una verdad como un templo. Imaginemos lo que supondría para una sociedad así que de la noche a la mañana la gran mayoría de sus habitantes se quedaran sin poder procurarse los ingresos cotidianos.

"Con un poco de suerte, las ganancias pueden llegar al equivalente a entre dos o cuatro euros. Comes y ya está. Es muy raro que puedas ahorrar, y en caso de que lo consigas ya vendrá una enfermedad que te consumirá los pocos ahorros que tengas e incluso hará que te endeudes"

La mayor parte de los sistemas sanitarios en países africanos son débiles. El colonialismo dejó infraestructuras muy deficientes y, con algunas honrosas excepciones, los gobernantes que han dirigido a sus pueblos han invertido poco en la salud pública. Sin embargo, es posible que, con la prohibición de los vuelos internacionales, muchos dirigentes empiecen a despertar cuando se den cuenta de que ellos ya no pueden ir a Europa o a Estados Unidos para recibir tratamiento médico, como ha sido la norma. Es posible que muchos de ellos, si enferman, pisen por primera vez en sus vidas un hospital de su propio pais.

Pero a pesar de esta falta de medios, no son pocos los países africanos que, empujados por la necesidad, se han convertido en expertos en gestionar emergencias sanitarias. Recuerdo, durante los 20 años que trabaje en Uganda, como el país supo responder de forma ejemplar en los anos 80 y 90 cuando se desato la pandemia del SIDA, con una campaña masiva de sensibilización que ya hubieran querido para si muchas de nuestras sociedades occidentales.

En el año 2000 viví cinco meses en una zona del norte azotada por el Ébola. Con pocos medios, pero con una enorme voluntad de salir adelante, todo el mundo unió sus fuerzas -algunos a costa de sacrificar sus vidas- hasta que consiguió derrotar a la enfermedad. A todo esto contribuyeron socios internacionales, empezando por la OMS, que, con todos sus defectos, es fundamental para poder contener la situacion, algo que dirigentes alejados de la realidad como Donald Trump no entienden o no quieren entender.

Esa misma voluntad, combinada con buenas dosis de imaginación, está aflorando también en Centroáfrica. En todas las partes se multiplican las iniciativas de sensibilización, que en muchos casos se realizan puerta por puerta, o se confeccionan mascarillas caseras o comerciantes realizan colectas para comprar equipos para lavarse las manos en lugares públicos. Varios artistas se han unido y han realizado también un video en sango, la lengua nacional, para educar sobre como prevenir los contagios (https://www.youtube.com/watch?v=UGV1f8hEjY0).

La ultima iniciativa que me ha sorprendido gratamente ha sido la de un grupo de “Cineastas de la Parroquia de Fátima”, la iglesia de los combonianos de Bangui a la que desde 2012 voy a misa siempre que puedo. Si entran en Youtube y escriben “Cineastes paroisse Fatima Bangui” encontrarán unos cuantos muy bien hechos. Y si todavía tienen tiempo, quieren ver como en África la gente también se toma sus problemas con una pizca de humor, busquen los videos de “Les perroquets de Bangui” sobre el mismo tema y vean como también en África la gente se toma sus problemas con buenas dosis de humor. Que Dios nos proteja a todos.

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