A pesar de todo, mayo florido y hermoso -1-v -2018--

Este día se abre el mes de mayo, llamado el de las flores recién estrenadas y de los pajarillos recién nacidos. Mes de bellezas y de vida reciente. Mes de apogeos primaverales, que no quiere decir “sazones”, porque esas vendrán más tarde, aunque ya este mes les dé la bienvenida. Mes, en una palabra, de fulgores, de fervores y hasta de revoluciones, porque como la sonada de aquel “Mayo del 68” –de la que ahora mismo se cumplen 50 años-, que tantas cosas dió que decir y tantas otras que callar.
Mayo, en fin, es un mes de venturas primaverales, aunque quizás lo sea menos de corduras, si por cordura hemos de entender ese equilibrio que ni se contenta con lo mediocre, ni se extasía demasiado con lo esplendoroso; ese justo equilibrio, que ni es ataraxia o insensibilidad manifiesta, pero tampoco es movimiento continuo de trastorno bipolar. Mayo, como la primavera, un recital de colores vivos, con algunos tonos grises y hasta de negro azabache.
Mayo se me antoja más sonrisa de “gioconda”, aunque sea con frecuencia enigmática sonrisa, que “aguafuerte” de Goya, creado por su mente de artista, para poner en su sitio y liberar de romanticismos aéreos la gesta heroica del Dos de mayo.

“Marzo airoso y abril lluvioso sacan a mayo florido y hermoso”. Así reza ese refrán del “pueblo” que, siendo tal vez más ignorante que docto e ilustrado, “se las sabe todas”, como también se dice, cuando de mirar al cielo y sacar conclusiones de buen sentido y mejor humanismo se trata.

Mayo amanece hoy en Madrid resueltamente decidido a brindarse a sí mismo los honores de ser el centro esencial de una primavera. Un cielo sin nubes; un amanecer cargado de promesas; luz a raudales; y las flores y los pajarillos llenando la tierra y el aire de bellezas, de ilusiones, de colores para todos los gustos y de arpegios que arrullan al amor desde los corazones enamorados de las avecillas del campo. Ni Salomón, en todo su fasto, acertó a vestirse con el primor de la más humilde flor de un campo de margaritas o de violetas.
Por ello, tal vez, ni el silbo galante de un mirlo, ni el nocturno romántico del ruiseñor en vela de su amor han dejado nunca de ser retos vivos para la inspiración de los artistas.
Y todo eso es mayo….

Mayo llega hoy a mi ventana como en los mejores tiempos; sin pizca de marañas en el cielo; anunciando bellezas de luz y color; retando, audaz, a enamorarse de la Verdad, de la Belleza, del Amor y –sobre todo lo demás- de la Vida, que de Dios viene y con Dios está, por mucho que los innumerables francotiradores de la Muerte se empeñen en tirotearla sin piedad por todos los caminos del hombre…
Mayo es “divino” entre los meses del año, tal vez porque nunca deja de ser “humano”. Parece un juego malabar la frase, pero –si se la mira bien- puede que tenga “miga” para esas almas de hombre y de mujer -de un humanismo integral las dos conjuntamente-, siempre que se afanan por “ver donde hay” y no se obstinan en “ver donde no hay”, como me sugiere la óptima idea de Quinto Septimio Severo acerca de las dos cegueras, viejas las dos como los vicios del hombre, pero tan actuales como la post-verdad asentada en todos los proscenios de esta “modernidad” líquida, o ya tal vez gaseosa.

Pero no nos pasemos en romanticismos. Mayo hermoso y primaveral no quita un ápice de realismo y verdad a los buenos y malos augurios de nuestro tiempo.
Por eso, a estas reflexiones mías de hoy, de mayo, no les puedo negar su punto de sal y pimienta; y si se ven y nos sorprenden cosas y más cosas por su negritud, hasta en mayo, hay otras que invitan seriamente a vivir y a ser optimistas, como ese voluntario de hacer el bien que, cual ruiseñor en la noche, canta sus amores del alma; o ese periodista que no se vende a la ideología de quien le paga; o esa joven que –acorralada por una “manada” o •piara”- no tiene más remedio que “resignarse” a lo peor –el miedo, no se olvide, acobarda y acochina-, con riesgo de que unos ojos poco avispados la tomen por lo que no es: porque “intimidan” los palos y las pistolas, pero también lo hacen los relativos recursos humanos que se llevan dentro y, a veces, no dan para más ante los “matones” cuando acosan en pandilla.

Hoy, desde el amanecer, me estoy asomando a la luz de mayo. Y aunque haya mucho de bonito y optimista, esa misma luz radiante hace que “lo negro” que sigue pisando la tierra aún se vea con mayor nitidez y hondura. Y hoy mismo, a pesar de la promesa de luz de su amanecer, hay noticias tan infaustas como las que saltaron en el “marzo airoso” o en el “abril lluvioso”
Y no es –creo yo- patología bipolar este paso continuo del blanco al negro o del morado al azul y viceversa… Es muestra simplemente del “claroscuro” perenne de que está hecha la humanidad desde que Dios –por fortuna para el hombre- decidió hacernos libres, y se juró a sí mismo mantenerse fiel a su designio, a pesar de todo y pasase lo que fuere de bueno y de malo.
Y es este sino maravilloso, hecho de luces y sombras, el que me ha movido esta mañana del 1 de mayo, antes de volar hacia otras reflexiones, a dirigir a Dios la oración, con que aquella mujer libre que fue siempre Concha Sierra –miembro que fuera de la Comisión General de Codificación y abogada tan experta como recia y firme en sus defensas- se dirigía a Dios cada mañana al poner los pies en el suelo para rogarle: “Señor, no te canses hoy de haberme hecho libre”. Me dijo más de una vez que lo hacía por mayo que es cuando le cuadra mejor a la libertad; pero seguía haciéndolo en los días cortos de diciembre y en los fogosos de agosto.

Y para cerrar este encanto del uno de mayo que es hoy, nada más oportuno que los versos de un poema de los Laudes de un sábado cualquiera del año, aunque no sea mayo florido y hacendoso:
“Alfarero del hombre, mano trabajadora/ que de los hondos limos iniciales/ convocas los pájaros a la primera aurora,/ al pasto a los primeros animales.
De mañana te busco, hecho de luz concreta,/ de espacio puro y tierra amanecida;/de mañana te encuentro, Vigor, Origen, Meta de los sonoros ríos de la vida
EL árbol toma cuerpo y el agua melodía/ Tus manos son recientes en la rosa/ Se espesa la abundancia del mundo a mediodía/ y estás de corazón en cada cosa
No hay brisa si Tú no alientas, ni monte si no estás dentro;/ ni soledad en la que no te hagas fuerte/ Todo es presencia y gracia. Vivir es este encuentro/ Tú por la luz; el hombre por la muerte
¡Que se acabe el pecado! Mira que es desdecirte dejar tanta hermosura en tanta guerra…/ Que el hombre no te obligue, Señor, a arrepentirte/ de haberle dado un día las llaves de la tierra!”.
Para un amanecer de un uno de mayo como el de hoy, es difícil hallar algo mejor para encararse al vino con el claroscuro de la libertad del hombre y con sus dramas.

Lo dicho: “Marzo airoso y abril lluvioso sacan a mayo florido y hermoso”. Eso reza el dicho popular y eso puede entonar cualquiera que tenga ojos y tino para leer entre líneas las paradojas de nuestra condición.

La fiesta universal del Trabajo. La Cruz de mayo. El mes de las flores y de los gorjeos enamorados... Y sin embargo ayer mismo una bomba en Kabul mataba niños y periodistas…. Una mujer maltratada –en casi todas partes- era acosada o aniquilada en algunos ambientes…. Un niño es aún más hermoso que mayo y, a pesar de eso, se les maltrata y utiliza…. Y algunos rampantes populismos que cantan de mañana a los “dioses” de la verdad, de la justicia o de la libertad, no tienen inconveniente, por la tarde, en aplaudir. o tal vez hacer mutis que es parecido, ante los “matones” de Alsasua, y lo hacen sin inmutarse como si no se viera de sobra que “los votos” les interesan más que “las verdades”…

Lo de siempre. Mayo florido y hermoso, pero, con más frecuencia de la deseada, abierto así mismo a las heladas y a negritudes también. Por eso creo que, hasta en “mayo florido”, es tontería dejar de pensar y reflexionar. Porque, si eso se deja, mayo puede ser enero…

A media mañana, el día se va nublando y el cielo se va cubriendo de luces y sombras. ¿Para no quitar del todo mal a los meteorólogos? ¿Para dejar ver que donde haya luces ha de haber sombras? Bien. Pero , a pesar de todo, amigos, “mayo florido y hermoso”.

SANTIAGO PANIZO ORALLO
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